Del mismo modo que la historia de amor entre Vivian y Edward sigue enganchando, el cuidado vestuario, trabajo de la diseñadora Marilyn Vance, que en su día sedujo a la realeza europea, continúa despertando tanto interés que muchos de sus diseños están en auge.
Por Carmen Martín
Madrid, 10 de abril (EFE).- Mujer bonita, la película que batió récords de taquilla en su estreno es ahora, treinta años después, un clásico, con escenas memorables, en el que el vestuario de la protagonista, creado por Marilyn Vance, sigue siendo una fuente de inspiración inagotable para diseñadores y estilistas.
Tres década han pasado desde que el 23 de marzo de 1990 se estrenara la historia de amor entre Viviam (Julia Roberts, de 23 años) y Edward (Richard Gere, de 41), una comedia que ha marcado un antes y un después en la historia del cine. ¿Quién no ha visto Mujer bonita?
Del mismo modo que la historia de amor entre Vivian y Edward sigue enganchando, el cuidado vestuario, trabajo de la diseñadora Marilyn Vance, que en su día sedujo a la realeza europea, continúa despertando tanto interés que muchos de sus diseños están en auge.
Desde que se estrenara la película, Julia Roberts se convirtió en «la sonrisa de América» y un ícono de moda. Su amplia sonrisa y su melena pelirroja rizada han sido sus sellos de identidad.
Mujer bonita ha dejado escenas memorables y de gran fuerza estilística para el universo de la moda; basta recordar a Vivian en su apartamento dispuesta a salir a trabajar embutida en un vestido elástico ajustadísimo y minifaldero, peluca rubia, gorra negra y botas súper altas de charol con cremallera, un conjunto por el que muchísimas jóvenes de la generación Z suspiran.
Aún permanece en las retinas de estilistas y diseñadores la imagen de Vivian dándose un baño de espuma con los cascos puestos cantando «Kiss» de Prince, mientras un atónito Richard Gere la observa, o saliendo de una prestigiosa boutique en Rodeo Drive ataviada con un vestido blanco con hombros rectos, largo midi y manga abullonada, un modelo rematado con una pamela negra.
«Una pieza clásica y recatada, que hoy sigue vigente», ha explicado a Efe el diseñador Jorge Vázquez, director creativo de la firma Pertegaz, quien reconoce que el vestuario de esa película es «fabuloso».
Esta temporada, el traje de chaqueta, tanto masculino como femenino, se lleva con bermuda a imagen y semejanza del modelo que lucía Vivian cuando recibe en el hotel la visita de su amiga Kit, un conjunto que es tendencia no por su atrevimiento sino por la silueta y el vibrante color, como muestran firmas como Bottega Veneta o Versace.
El vestido negro corto de encaje con escote barco y detalle en el cuello es otra de las piezas míticas de esta película que sigue inspirando estilismos dada su elegancia y apuntes sensual, una pieza infalible para cualquier evento social.
Quizá el vaporoso vestido marrón de seda con lunares blancos y sombrero a juego que luce Vivian para asistir a un partido de polo sea la prenda de máxima tendencia de este 2020.
Un modelo que ha sido imitado hasta la saciedad. Firmas como Carolina Herrera, Altuzarra o Stella McCartney han realizado distintas versiones de esta coqueta pieza, que no necesita grandes complementos, y que no han dudado en lucir la reina Máxima de Holanda o la princesa Mary de Dinamarca.
Otra de las escenas más recordadas y que también han marcado estilo es la del collar, cuando Edward muestra a Vivian un estuche que guarda una increíble joya y Julia Roberts trata de tocarla, pero él la cierra a modo de broma.
Un momento en el que la protagonista luce un impresionante vestido escarlata de hombros caídos, una pieza romántica y clásica que sigue resultando atractiva y actual.
A lo largo de la película el vestuario de Vivian evoluciona hasta el minimalismo, como se ve en la escena final, donde aparece vestida con un modelo «casual chic» compuesto por pantalones vaqueros, camiseta de algodón blanca y americana azul marino, un modelo que se convertiría en el uniforme de las mujeres en la década de los 90 y que ahora, tres décadas después, sigue de plena actualidad.
Pero no sólo el vestuario de Julia Roberts inspira nuevas tendencias, también el de Richard Gere, confeccionado por la casa italiana Cerruti, incluidas las corbatas.
Uno de los trajes más llamativo aparece en la escena final de la película, cuando Edward, con un impecable traje de chaqueta gris con doble abotonadura, camisa blanca y ramo de rosas rojas en mano, asciende por la escalera de incendios para reencontrarse con Vivian y besarla.