Un reciente estudio publicado en la revista Cardiovascular Research afirma que la contaminación del aire acorta la vida en todo el mundo en casi tres años de promedio e incide en 8.8 millones de muertes prematuras anualmente.
Mientras que la asociación Greenpeace México destacó que la mala calidad del aire está vinculada con la muerte anual de al menos 17 mil personas en el país, entre ellas niñas, niños y personas adultas mayores.
Por Cristina Sánchez Reyes
México, 5 abr (EFE).– La contaminación ambiental y el sistema de transporte de las grandes urbes aumentan los riesgos de contraer infecciones respiratorias como el coronavirus o complicar la enfermedad, según coinciden varios especialistas.
«La mayoría de las personas expuestas a la contaminación se enfrenta a una respuesta inflamatoria en los pulmones», dijo a EFE la química farmacéutica bióloga, Gabriela Molina Olvera.
La doctora en ciencias bioquímicas por la UNAM, y docente de la Universidad del Valle de México (UVM), indicó que las personas que sufren una inflamación considerable en los pulmones son más susceptibles a ver agravadas sus enfermedades infecciosas.
Los pacientes con enfermedades pulmonares y cardíacas crónicas causadas o empeoradas por la exposición a largo plazo a la contaminación del aire tienen menos capacidad para combatir las infecciones pulmonares «y es más probable que mueran», dijo la experta.
«Probablemente este sea también el caso de COVID-19«, agregó.
Hasta el momento, la COVID-19 ha infectado a más de 1.3 millones de personas en el mundo y ocasionado más de 62 mil muertos.
En México, la pandemia ha provocado más de mil 800 contagios y 79 muertos.
Un reciente estudio publicado en la revista Cardiovascular Research afirma que la contaminación del aire acorta la vida en todo el mundo en casi tres años de promedio e incide en 8.8 millones de muertes prematuras anualmente.
Mientras que la asociación Greenpeace México destacó que la mala calidad del aire está vinculada con la muerte anual de al menos 17 mil personas en el país, entre ellas niñas, niños y personas adultas mayores.
SISTEMA DE TRANSPORTE ES TAMBIÉN UN RIESGO
Para el neumólogo Héctor Glenn Valdéz López todavía es limitada la información disponible respecto a la relación que podría tener la contaminación de la COVID-19 «no hay información que sea confiable, contundente», manifestó el especialista.
No obstante, señaló que al ser una enfermedad infecciosa, epidémica y que se transmite fácilmente se puede ver mayor prevalencia en las ciudades grandes, lo que puede deberse quizá al acceso a los servicios de transporte.
«Probablemente pueda tener más relación con el transporte que con la contaminación», agregó el especialista.
Destacó que ello responde a que el virus COVID-19 puede permanecer en superficies varios días, y como se expulsa a través de gotas «esas gotas se prenden a las superficies, y el riesgo aumenta porque puede quedar en las puertas, tubos, en todas partes».
Explicó que el movimiento de gente en las grandes ciudades incrementa la posibilidad de contagio «por eso es importante evitar lugares con varias personas y evitar salir de casa», dijo.
El Secretario de Movilidad de la Ciudad de México, Andrés Lajous, confirmó hace unos días que se ha tenido una reducción de aproximadamente 50 por ciento en todos los medios de transporte, sin embargo, todos operan de manera regular.
Y es que en México muchas personas no pueden dejar de trabajar debido a que alrededor de 30 millones de mexicanos trabajan en la economía informal, por lo que a diario tiene que usar algún transporte para trasladarse a sus empleos.
RECOMENDACIONES DE AUTORIDADES DE SALUD
Ambos especialistas coincidieron en que la población debe seguir las recomendaciones de la Secretaría de Salud, más aún si tienen alguna enfermedad respiratoria.
«Que no se haga ejercicio fuera de casa para evitar la entrada masiva de partículas contaminantes al organismo», dijo la doctora Molina Olvera.
Además se debe seguir al «pie de la letra» las indicaciones como no salir de casa, lavarse las manos, evitar el contacto con otras personas, salir con la menor frecuencia posible y evitar exponer a personas mayores que pudieran tener complicaciones más graves.