Todo lo que tienes que saber sobre el ácido hialurónico, sus usos y efectos adversos

11/04/2020 - 12:05 am

El ácido hialurónico exclusivo para hidratación es «no reticulado» o «amorfo», mientras que el resto de subtipos tendrán una reticulación mayor o menor.

MADRID, 11 de abril (EUROPA PRESS).- La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) denunciaba recientemente ante la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios la existencia de nuevos formatos de ácido hialurónico y cursos para utilizarlo por personas sin una calificación médica, pudiendo poner en grave peligro la salud de los pacientes.

El caso es que cuando oímos ácido hialurónico nos vienen a la mente las arrugas y las posibilidades que este producto puede brindarnos para olvidarnos un poco de ellas. Pero, ¿sabías que forma parte de nuestra piel de forma natural? Según precisaba esta sociedad científica, el ácido hialurónico es un producto sanitario inyectable, indicado entre otras cosas para mejorar la estética facial en Medicina Estética, pero también para tratar la artrosis de la rodilla en Traumatología, y para el humor vítreo del ojo en Oftalmología.

El Ministerio de Sanidad, por su parte, señalaba en este sentido que el ácido hialurónico debe ser infiltrado por un médico y en un establecimiento que cuente con los recursos humanos, medios técnicos y materiales que permitan hacer frente a sus posibles efectos adversos, aparte de que el centro cuente con licencia para la realización de medicina estética.

En concreto, los tratamientos con ácido hialurónico y la aplicación de toxina botulínica suponen, según recuerda en una entrevista con EuropaPress el colaborador clínico y docente de la Fundación Española de Medicina Estética y Longevidad (FEME), el doctor Agustín de la Quintana, los tratamientos más demandados en medicina estética.

En este sentido, el también miembro de la SEME explica que el ácido hialurónico es un componente «normal y muy abundante» de la dermis cutánea, involucrado en la formación y el soporte de los tejidos que contienen tejido conectivo o sinovial (tejidos con alta concentración de colágeno). «Con el proceso de envejecimiento aumenta la relación entre su degradación y reposición, por lo que a mayores edades, la concentración del mismo va disminuyendo de manera progresiva», subraya el también secretario de la Sociedad Española de Ginecoestética y Cirugía Íntima (SEGECI).

De la Quintana sostiene que, al ser un componente habitual de la dermis y tener la ventaja de que su molécula es idéntica en todo ser vivo que lo posee, ha sido fácil su replicación, por lo que en la actualidad se puede producir a nivel artificial de una forma «asequible».

En este punto, el experto señala que hay diferentes subtipos de ácido hialurónico. «En cualquiera de sus presentaciones, el ácido hialurónico tiene la propiedad de retener gran cantidad de agua, favoreciendo así la hidratación de la zona donde es implantado. Pero a partir de aquí, comienzan las diferencias entre los diferentes subtipos\», sostiene.

Así, menciona que el ácido hialurónico exclusivo para hidratación es»no reticulado» o «amorfo», mientras que el resto de subtipos tendrán una reticulación mayor o menor. «Esta propiedad determina la dureza o resistencia a la tracción, y la maleabilidad o deformabilidad del producto. Así utilizaremos un producto duro si queremos dar soporte a estructuras que se van descolgando y lo colocaremos en planos muy profundos anatómicos. Mientras, se emplean productos maleables si nuestro objetivo es generar volumen (por ejemplo aumentar el volumen de unos labios), pero al mismo tiempo tenemos que dar una determinada forma al resultado», aprecia el experto.

Además de esta clasificación en cuanto a la dureza, el a su vez director médico de la Clínica Kaliany (Alcalá de Henares, Madrid) indica que también se puede distinguir una clasificación en ácidos hialurónicos faciales y corporales, con las siguientes indicaciones (las más habituales):

A nivel facial: Se emplea para el relleno de labios y de ojeras; para el soporte de pómulo; para una disminución del surco nasogeniano (del ala nasal a la comisura de los labios); para el tratamiento de arrugas finas alrededor de la boca, o en la zona de la pata de gallo, por ejemplo; para la recuperación del óvalo facial o la remodelación del pómulo; así como para el tratamiento de las cicatrices atróficas, entre otras aplicaciones.

A nivel corporal: El ácido hialurónico puede emplearse para la elevación de glúteos; para la hidratación del escote; o en el relleno de depresiones de celulitis, por ejemplo.

Sobre cuánto dura el efecto del ácido hialurónico que se inyecta, el doctor De la Quintana afirma que no se puede hablar de esta sustancia a nivel general, ya que existen numerosos tipos distintos, por lo que su duración vendrá determinada por el tipo que se utilice, pero además de este factor habrá que tener en cuenta otros: «El plano anatómico donde se implante, a mayor profundidad mayor duración; la calidad del producto, hay productos más baratos pero su duración es menor. La velocidad de degradación en cada persona es diferente, por lo tanto un mismo producto puede tener diferente duración en dos pacientes distintos».

Existe, además, un factor subjetivo, según indica el colaborador de FEME, y es que el ácido hialurónico se coloca y adquiere su resultado final en unos pocos días; mientras que su degradación se va produciendo poco a poco a lo largo de meses y, aunque al nivel del tejido todavía quede implante, al enfrentarnos cada día al espejo, cada persona tiene una diferente percepción de su imagen. «Es decir, subjetivamente también se determina la duración del producto aunque éste se encuentre todavía en la piel\», mantiene el especialista en Medicina Estética.

CUIDADO CON SUS EFECTOS ADVERSOS

Eso sí, el doctor De la Quintana advierte de que la aplicación de ácido hialurónico puede presentar efectos adversos y entre los inmediatos menciona:

Tras la inyección pueden producirse reacciones inflamatorias (enrojecimiento y edema), picazón y dolor con presión. La reacción puede persistir hasta unas horas, días, o en algunos casos una semana.

– Edema (hinchazón de la piel) que puede durar unos días.

– Equímosis o hematoma en el área inyectada.

– Pápulas (pequeños bultos) de tipo acné que pueden aparecer inmediatamente después de la inyección Estos desaparecen en un plazo de 2 semanas aproximadamente.

EFECTOS SECUNDARIOS ADVERSOS TARDÍOS

– Endurecimiento con formación de nódulos en el punto de la inyección.

– Granulomas (nódulos profundos). «Este efecto, junto con el del punto anterior, son reacciones del organismo frente a un cuerpo extraño, más raras cuanto más purificado es el producto, por lo que es recomendable el uso de productos de alta fiabilidad», remarca el especialista.

– Necrosis superficial. «Se produce por la compresión o infiltración dentro de una arteria de producto, y es debido a una mala técnica de implante o al desconocimiento de la anatomía de la zona a infiltrar, por lo que es conveniente que estas técnicas sean siempre realizadas por personal cualificado y correctamente entrenado», destaca el doctor De la Quintana.

Aunque se trate de un producto que se encuentra presente en nuestro organismo, puede presentar diferentes reacciones, más frecuentes en: Personas con enfermedades autoinmunes o con quimioterapia; cuando hay otros productos permanentes en la misma zona; no debe utilizarse durante el embarazo o en periodo de lactancia; no utilizar en aumentos de mama, tendones o ligamentos; en el área periorbitaria (párpados); en pacientes con cicatrices hipertróficas y queloides o trastornos de coagulación; en personas con hipersensibilidad (alergia) al ácido hialurónico; y en quienes presentan infecciones o inflamación en el área a tratar».

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Europa Press
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