DOOM: Eternal nos brinda una campaña emocionante, llena de acción y sobre todo llena de dificultad, ya que DOOM se caracteriza por no tener recursos infinitos y luchar con la munición y armas que tienes, así que las tienes que aprovechar al máximo y de manera inteligente de lo contrario morirás.
Ciudad de México, 29 de marzo (SinEmbargo).- Hablar de cualquier juego en el género de FPS (Disparos en primera persona) es hablar de la franquicia que llevó este género a lo más alto dentro de la industria de los videojuegos, de la franquicia que reinventó y perfeccionó aún más la forma en que se jugaban los FPS hasta 2016 y que en 2020 nos vuelve a demostrar porque DOOM sigue siendo el rey de los FPS.
La historia de DOOM: Eternal comienza un par de años después de los eventos de 2016; el planeta tierra está plagado de demonios, consumiendo a más de la mitad de la población ya controlada por la corrupta “Union Aerospace Corporation” (que conocemos desde juegos como DOOM 64) este mega conglomerado que controla plantas de desechos radiactivos a lo largo del sistema solar. Sin embargo, ee esta ocasión, nuestro protagonista principal, el «Doom Slayer» tiene como misión regresar a la tierra para acabar con la invasión de demonios y derrotar a los «sacerdotes del infierno»: «Deag´s Nilox, Ranak y Grav» que tienen como misión acabar con la humanidad. Muy temprano en el juego derrotaremos al primero de ellos, “Deag’s Nillox” y tendremos que buscar a los otros dos que han sido teletransportados a lugares desconocidos.
A lo largo de este camino, tendremos acceso a diferentes planetas y zonas, desde nuestra base de operaciones, para explorar y derrotar a tantos demonios como podamos, además, conforme progresemos en el juego tendremos acceso a muchísimas armas, así como mejoras para cada una de ellas, desde la ya clásica escopeta de DOOM, como rifles de plasma, lanza granadas o lanzallamas. Uno de los puntos más fuertes de la saga y en específico de DOOM: Eternal es la capacidad de usar la misma arma de formas diferentes, esto claro con la ayuda de los aditamentos o extensiones que iremos encontrando, pero también modifica la experiencia y la forma en la que jugamos, por ejemplo: con la escopeta podemos disparar de manera normal o cambiar el accesorio para añadir unas pequeñas bombas como segunda función o añadir otro para que nuestra escopeta se vuelva automática y dispare más rápido.
Las mejoras dentro de nuestras armas no son las únicas, también tendremos mejoras dentro de nuestro personaje que nos permitirán mejorar nuestras capacidades físicas, como la adición de hacer más daño, recuperar más armadura al derrotar a un demonio o generar más municiones.
DOOM: Eternal nos ofrece un sin fin de opciones para que cada persona pueda disfrutar el juego de la manera que quieran. Además, el juego nos ofrece hasta seis niveles que van desde la experiencia más tranquila que se enfoca más en la exploración del juego; niveles intermedios que representan un desafío que combina la exploración como el combate; hasta 3 niveles que están hechos para quienes requieran un desafío de verdad: en el primero está la dificultad «pesadilla», donde los enemigos atacan de manera más frecuente y hacen más daño; el segundo es la dificultad “ultra pesadilla” donde los enemigos hacen el mismo nivel de daño que el nivel anterior, sin embargo, si mueres aquí tu campaña terminará por completo y dejarás una marca de donde moriste para recordarte que tan lejos pudiste llegar; y el tercero es «modo vida extra», la cual es una experiencia a la antigua escuela, donde puedes tener una vida extra y además de elegir la dificultad que quieras, sin embargo, si te quedas sin vidas extra y mueres, tu juego terminará por completo.
DOOM: Eternal nos brinda una campaña emocionante, llena de acción y sobre todo llena de dificultad, ya que DOOM se caracteriza por no tener recursos infinitos y luchar con la munición y armas que tienes, así que las tienes que aprovechar al máximo y de manera inteligente de lo contrario morirás. Aparte de una gran campaña, también tenemos un modo multijugador que nos ofrece desde partidas privadas para disfrutar con nuestros amigos o partidas públicas, dentro de las cuales podemos seleccionar entre un modo de juego rápido, o escoger jugar como «Slayer» o «demonio» dependiendo de nuestras preferencias, pero con la misma experiencia que representa la campaña, escalado a un modo competitivo. El modo multijugador de DOOM: Eternal es rápido, agresivo y sobre todo emocionante, con escenarios pequeños, con muchos disparos y enemigos volando en pedazos por doquier.
Además de las opciones de personalización que podemos tener en nuestros personajes, desde el “demon Slayer” hasta los 5 tipos de demonios que tenemos disponibles; aquí podremos cambiar nuestros skins del personaje, el de nuestras armas, hasta escoger el diseño de nuestro pódium, las poses, el video de nuestra introducción o la animación que hacemos al ganar.
DOOM: Eternal es todo lo que debemos y queremos tener en una entrega de esta saga, llena de acción, con un gameplay impecable y con muchas horas de contenido. Sin duda es una de las mejores entregas en la saga y esperemos que cuando llegue al Nintendo Switch tenga una optimización digna de lo que representa esta nueva experiencia en Xbox One, PS4 o PC.