Ante la expansión del coronavirus, lugares turísticos en varios países de Asia, Europa y Medio Oriente se quedaron desiertos y algunos gobiernos cerraron escuelas y prohibieron aglomeraciones públicas. Los parques de diversiones cerraron y los conciertos se cancelaron.
Por otra parte, el temor a un impacto relevante de la enfermedad en la economía global han animado a los inversores a abandonar las divisas de los países emergentes, más vulnerables, y a buscar refugio en el dólar, lo que se ha traducido en una depreciación sostenida de las monedas latinoamericanas.
Tokio/Madrid, 1 de marzo (AP/EFE).– Entre temores sobre dónde podría aparecer el próximo foco de infección de un nuevo virus que se propaga con rapidez, las cifras de infecciones y muertes siguieron subiendo el domingo en todo el mundo. La epidemia ha vaciado las calles de turistas y trabajadores, castigado a las economías nacionales y reescrito las rutinas de la vida cotidiana.
En Japón se registraron compras por pánico de productos cotidianos, lugares turísticos en varios países de Asia, Europa y Medio Oriente se quedaron desiertos y algunos gobiernos cerraron escuelas y prohibieron aglomeraciones públicas. Los parques de diversiones cerraron y los conciertos se cancelaron. En París, los sacerdotes dejaron de colocar las hostias consagradas en la boca de los feligreses.
Aunque el nuevo coronavirus se ha extendido por todo el mundo, había focos concretos de infecciones en Irán, Italia y Corea del Sur. Estados Unidos, por su parte, registró su primera muerte, un hombre en la cincuentena fallecido en el estado de Washington. El paciente tenía problemas de salud previos, pero no había viajado a ninguna zona afectada.
“Es muy probable que surjan nuevos casos en Estados Unidos, aunque la recuperación debe ser total entre individuos saludables”, dijo el sábado el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Las autoridades endurecieron sus advertencias sobre viajar a ciertas regiones de Italia y Corea del Sur, así como una prohibición a visitar Irán.
China registró un leve aumento en los casos nuevos en las últimas 24 horas, con 573 nuevas infecciones, superando por primera vez en cinco días la línea de 500 casos. Los contagios seguían concentrados en la afectada provincia de Hubei y su capital, Wuhan, epicentro del brote.
La lista de países con pacientes del virus se acercaba a 60 tras los casos identificados en Irlanda y Ecuador el sábado. Más de 86 mil personas han contraído el virus, y unas 2 mil 900 han muerto.
Arabia Saudí cerró los sitios más sagrados del islam a los peregrinos extranjeros. En Japón, los equipos de béisbol profesional jugaron en estadios vacíos. El Gobierno en Francia recomendó a la gente que no se salude de beso.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recomendó reducir de forma considerable un encuentro el 9 de marzo en el que unas 10 mil personas iban a conmemorar el 25to aniversario de una conferencia de la ONU sobre los derechos de las mujeres, debido a las preocupaciones por la COVID-19, la enfermedad que provoca el nuevo virus.
Muchos casos del virus han sido relativamente leves y se cree que algunos infectados no muestran síntomas. Sin embargo, eso puede contribuir a una mayor propagación y aumentan las preocupaciones de que las cuarentenas prolongadas, las interrupciones de las cadenas de abastecimiento y la fuerte caída del turismo y los viajes pudieran debilitar la economía global e incluso causar una recesión.
Corea del Sur, el segundo país más afectado después de China, informó el domingo en la mañana de 376 nuevos casos para un total de 3 mil 526. La mayoría de los casos en Corea del Sur se han registrado en la ciudad suroriental de Daegú y localidades circunvecinas.
En Italia, las autoridades dijeron que los casos de coronavirus en el país rebasan los mil 100 con 29 fallecidos a la fecha.
EL CORONAVIRUS DEBILITA LAS MONEDAS
La extensión del coronavirus y el temor a un impacto relevante de la enfermedad en la economía global han animado a los inversores a abandonar las divisas de los países emergentes, más vulnerables, y a buscar refugio en el dólar, lo que se ha traducido en una depreciación sostenida de las monedas latinoamericanas.
Este comportamiento facilitará las exportaciones de los países latinoamericanos, pero encarecerá la mayoría de las importaciones y dificultará el pago de la deuda, pública y empresarial, contraída en dólares.
En lo que va de año, el real brasileño se ha devaluado en torno a un 12 por ciento; el peso colombiano y el peso chileno, casi un 9 por ciento; el sol peruano y el peso mexicano, cerca del 5 por ciento; y el peso argentino, en torno a un 4 por ciento.
Según Javier Santacruz, profesor de economía del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), esta evolución demuestra que los inversores están convencidos de que los países latinoamericanos pondrán en marcha planes de estímulo monetario y fiscal.
«Ese empeño en seguir poniendo liquidez encima de la mesa y más gasto público tiene un efecto depresor sobre las divisas», apunta.
Santacruz subraya que en momentos de incertidumbre «el dólar actúa siempre como moneda refugio».
En la misma línea, Juan Carlos Higueras, profesor de la EAE Business School, sostiene que los inversores optan por el dólar porque las divisas de los países emergentes «tienen mucho riesgo de devaluación».
En cuanto a los efectos de esta situación, Higueras señala que afectará a las importaciones de los países latinoamericanos «que serán más caras». «El efecto positivo es que van a exportar más y eso es bueno para la economía», explica.
Germán Ríos, profesor del IE Business School, avanza que la situación puede cambiar después de las elecciones presidenciales en EU.
«Si la economía norteamericana empieza un proceso de debilitamiento volveremos a tener un tipo de cambio que se acerque más al promedio histórico», apunta.
En Brasil, la depreciación del peso en lo que va de año se suma al descenso registrado en 2019 por factores distintos al coronavirus, como la bajada de los tipos de interés a mínimos históricos.
Según ha explicado a EFE el economista jefe de la consultora Necton, André Perfeito, aún no se puede precisar el impacto del coronavirus en Brasil, pero los efectos podrían llegar a ser «particularmente dramáticos» porque China es su principal socio comercial y el país que más materias primas le compra.
En su opinión, la crisis derivada del coronavirus podría afectar tanto a la balanza comercial de Brasil como a su bolsa, en la que participan grandes empresas exportadoras de materias primas, como la minera Vale.
En el caso de México, la depreciación del peso responde a un menor apetito por el riesgo y a la incertidumbre por el impacto del coronavirus, apunta a EFE Luis Alvarado, experto de Banco Base.
Aunque el 21 por ciento de la deuda soberana mexicana se ha emitido en divisas extranjeras -dólares, euros, yenes, libras y francos suizos-, Alvarado cree que la depreciación del peso sólo tendría efectos negativos reseñables si fuera muy severa.
En cuanto a Colombia, el dólar se ha movido esta semana en máximos del año respecto al peso.
Según Federico Corredor, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia y experto en mercados, el tipo de cambio depende de muchos factores, entre ellos la expansión del coronavirus.
En su opinión, la volatilidad actual hace imposible determinar si el dólar se mantendrá en los niveles actuales o si habrá algún ajuste en breve.
En Chile, a las amenazas derivadas de la epidemia se añade la ola de protestas contra la desigualdad.
El subgerente de Estudios de la consultora chilena Econsult, Mauricio Carrasco, ha explicado a EFE que la depreciación del peso está relacionada con la bajada de los precios del cobre, provocada por la expansión del coronavirus.
«Cuando se deprecia el peso, se hace más difícil pagar la deudas, pero una de las ventajas que tenemos es que gran parte de la deuda externa es de empresas mineras, lo que hace que sea una deuda a largo plazo y que esté menos expuesta a estos vaivenes tan puntuales», explica.
El estallido social ha hundido al peso a sus niveles más bajos desde principios de siglo, lo que llevó al banco central a realizar una intervención histórica en el mercado cambiario.
Sobre la evolución del sol, el analista Marco Alemán, de Kallpa SAB, espera que la crisis del coronavirus «hunda un poco más» a la divisa peruana respecto al dólar.
A su juicio, «lo que hacen los inversionistas ante estos escenarios es refugiarse en activos sólidos».
Alemán advierte de que la apreciación del dólar «encarece la deuda pública» peruana, aunque espera que sea algo transitorio.
En Argentina, el mercado de divisas tiene un comportamiento particular por las restricciones a la compra de dólares impuestas en agosto.
En este sentido, la cotización oficial del dólar está condicionada por las intervenciones del banco central.