La organización informó que durante 2019 se registraron 49 muertes en todo el mundo. Desde que inició a recabar datos en 1990, la FIP ha contabilizado 2 mil 530 periodistas que han sido asesinados por ejercer su profesión, lo que ha llevado a la organización a exhortar a los distintos gobiernos a redoblar sus compromisos en aras de la protección del colectivo.
Madrid, España, 4 feb (Europa Press).- Una decena de periodistas murieron asesinados en México en 2019, cifra que mantiene al país en la cabeza de la lista negra que elabora la Federación Internacional de Periodistas (FIP), en la que América Latina se erige como la región más peligrosa para el gremio de informadores.
La organización informó que durante 2019 se registraron 49 muertes en todo el mundo. Desde que inició a recabar datos en 1990, la FIP ha contabilizado 2 mil 530 periodistas que han sido asesinados por ejercer su profesión, lo que ha llevado a la organización a exhortar a los distintos gobiernos a redoblar sus compromisos en aras de la protección del colectivo.
América Latina se situó como la zona más violenta con 18 crímenes -37 por ciento del total-; México sigue en la cabeza de la lista en la que figuran Honduras (tres), Brasil (dos), Haití (dos) y Colombia (uno). La FIP ha aprovechado para denunciar las «decenas» de casos que aún siguen sin resolverse en México. Por otra parte, la región de Asia-Pacífico documentó 12 casos, 20 menos que en 2018, y en su mayoría repartidos entre Afganistán (cinco) y Pakistán (cuatro).
Según el informe que fue publicado este martes, Filipinas también registró dos asesinatos, mientras que India solo uno. Pese a la reducción en el número de muertes, la federación ha denunciado que en los países asiáticos se mantiene una «violencia sistemática» contra los medios de comunicación y que va desde amenazas constantes a inacción por parte de las autoridades, lo que «contribuye a un sentido de inseguridad».
En África se registraron nueve asesinatos, tres de ellos en Somalia, uno más que en Oriente Próximo y el mundo árabe. Mientras en Europa hubo dos casos, el de la norirlandesa Lyra McKee, quien falleció durante los disturbios en Derry, y el de Vadim Komarov, quien perdió la vida durante un ataque en la ciudad ucraniana de Cherkasy.
El FIP incluyó entre sus observaciones que «las amenazas, el acoso, el encarcelamiento y el asesinato (de periodistas) no solo tienen lugar en países en guerra», al mismo tiempo que recordó que la mayoría de las víctimas son informadores locales.