El brote del coronavirus ha sido comparado con el del SARS, que paralizó las economías de China y Hong Kong durante semanas en 2003. Sin embargo, lo que sucede en China actualmente tiene más repercusiones a nivel mundial que antes. En 2003, China representaba 4 por ciento de la producción global; ahora es el 16 por ciento, según el Banco Mundial.
(AP).- Esta debería ser la temporada alta para un hotel de 12 habitaciones cerca de la estación de trenes en el centro industrial chino de Wuhan. El Año Nuevo Lunar suele generar unos 3 mil dólares al mes para ese hotel.
Sin embargo, el lugar está vacío. Wuhan, foco del brote de un nuevo virus, está aislada. “No hay un solo cliente”, dijo el propietario del hotel que sólo se identificó con su apellido, Cui. Todavía tiene que pagar renta y servicios. En lugar de contar sus ganancias, calcula perder mil 500 dólares al mes.
El brote llegó en un mal momento para Wuhan, China y la economía mundial.
China, la segunda economía más grande del mundo, ya se desaceleraba incluso antes de que surgiera el coronavirus.
Al mismo tiempo, la economía mundial sobrelleva la caída económica de la India, la séptima economía del mundo, cuyo pronóstico de crecimiento fue reducido la semana pasada por el Fondo Monetario Internacional.
El brote del coronavirus ha sido comparado con el del SARS, que paralizó las economías de China y Hong Kong durante semanas en 2003. Sin embargo, lo que sucede en China actualmente tiene más repercusiones a nivel mundial que antes. En 2003, China representaba 4 por ciento de la producción global; ahora es el 16 por ciento, según el Banco Mundial.
“Una desaceleración en el crecimiento en China tendrá considerables efectos secundarios en Asia y el resto del mundo, dado el tamaño de la economía de China y su participación como impulsor clave del crecimiento global en años recientes”, dijo Eswar Prasad, economista de la Universidad de Cornell y ex jefe de la división de China del FMI.
Nadie sabe exactamente cómo el brote evolucionará o cuál será su impacto económico.
Las autoridades todavía intentan comprender el nuevo virus. Es de la familia coronavirus, causante también del resfriado común, así como de enfermedades más serias como el SARS.
La experiencia del SARS da motivo para ser optimista. Ese brote inicialmente golpeó la economía china y, en el segundo trimestre de 2003, el crecimiento económico chino cayó de 11.1 por ciento a 9.1 por ciento. Sin embargo, al ceder la crisis el crecimiento se recuperó y alcanzó el 10 por ciento anual en el segundo semestre del año.
“Por lo que sabemos, probablemente será similar esta vez”, dijo Andy Rothman, estratega de inversión en Matthews Asia. “La gente no debería entrar en pánico ni pensar que el crecimiento caerá drásticamente” en un periodo prolongado.