El pasado viernes México aprobó la modificación a la Ley General de Salud que hará obligatorio un nuevo etiquetado frontal en productos que contengan altos niveles de azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías. La histórica medida, aún sin fecha de inicio, causó enojo entre los empresarios, quienes dicen que no fueron escuchados y analizan acciones legales. Incluso, acusan activistas, recurrieron a Estados Unidos y Suiza para ejercer presión ante la Organización Mundial de Comercio y retrasar la norma por dos años. Las organizaciones piden al Gobierno federal no ceder antes las presiones y proteger la salud de los mexicanos.
Ciudad de México, 30 de enero (SinEmbargo).– La modificación a la Ley General de Salud –aprobada el pasado viernes en México y que hará obligatorio un nuevo etiquetado frontal en productos que contengan altos niveles de azúcares, sodio, grasas saturadas y calorías– generó inconformidad entre los empresarios de la industria agroalimentaria, quienes acusaron que no fueron escuchados en el proceso de consulta y echaron a andar toda su maquinaria, que incluye posibles acciones legales y hasta cabildeos con gobiernos de Estados Unidos y Suiza, para evitar la nueva norma, alertaron organizaciones integrantes de la Alianza por la Salud Alimentaria.
La Alianza por la Salud Alimentaria, que agrupa un conjunto de asociaciones civiles, organizaciones sociales y profesionistas preocupados por la epidemia de sobrepeso y obesidad en México, exigieron al Gobierno federal no ceder ante las presiones de países extranjeros y de las empresas mexicanas.
Las empresas que conforman ConMéxico cabildearon con los gobiernos de Estados Unidos y Suiza para que estos países alertaran ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre la modificación a la Ley General de Salud, así lo confirmó Alejandro Calvillo, director El Poder del Consumidor, una de las organizaciones que impulsaron esta modificación que obliga a las empresas de alimentos y bebidas no alcohólicas a tener un etiquetado frontal claro.
La información del presunto cabildeo de estas empresas comenzó a circular desde el pasado viernes, cuando los Comités Consultivos Nacional de Normalización de la Secretaría de Economía y el de Regulación y Fomento Sanitario de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aprobaron la modificación a la Norma Oficial Mexicana 051.
«Las empresas mueven a sus países para que se opongan a este tipo de políticas que pueden afectar sus intereses, pero no hay ninguna justificación porque la ley no sería discriminatoria ya que aplicaría de igual manera a los productos que se elaboran en México. Esto parece ser una respuesta de parte de la industria en México, el de acudir al Gobierno de Estados Unidos para que presione», dijo Calvillo en entrevista.
El miércoles, los representantes que conforman la industria agroalimentaria, como el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca), el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, A.C. (ConMéxico), ofrecieron una rueda de prensa en donde manifestaron su preocupación por la nueva norma del Gobierno mexicano sobre etiquetados al considerar que «fue una imposición» y afectaría 42 mil toneladas de producción al año.
Jaime Zabludovsky, representante de ConMéxico, que agrupa a 44 empresas como Bimbo, Nestlé, Coca-Cola y Lala, alertó que el nuevo etiquetado mexicano ya ha provocado quejas de países como Estados Unidos, Suiza y de la Unión Europea. Dijo que las inquietudes de esas naciones son las mismas que la industria agroalimentaria en México ha expresado.
«Como ustedes saben, tanto los gobiernos de Estados Unidos, Suiza y la Unión Europea han solicitado consultas en la OMC, manifestando preocupaciones con respecto al etiquetado, esas preocupaciones son exactamente las que tenemos nosotros y las que la Cofece ha manifestado», señaló en conferencia.
SinEmbargo contactó a ConMéxico para saber su postura acerca de este presunto cabildeo de sus empresas con los gobiernos de Estados Unidos y Suiza para retrasar la aplicación de la norma del etiquetado, pero hasta el cierre de esta nota no obtuvo una respuesta.
El director de El Poder del Consumidor —organización integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria— señaló que la información que circuló en Estados Unidos era que Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos, presentó una queja ante la OMC y pidió aplazar la norma mexicana por un periodo de dos años a propuesta de ConMéxico y otras industrias.
«Hay que recordar que estas empresas se opusieron a que se regularan los alimentos en las escuelas, se opusieron a las medidas fiscales, entonces van a hacer todo lo que puedan para que no avance una política que los obliga a fabricar alimentos más saludables, menos procesados», explicó Calvillo. «La ley no prohibe nada, no prohíbe los alimentos, lo que prohíbe es que en la etiqueta no tengan elementos atractivos para los niños como los personajes».
NUEVO ETIQUETADO
El sistema de etiquetado vigente en México –el que vemos en la parte inferior de los paquetes– es el de Guías Diarias de Alimentación (GDA), que consiste en mostrar los porcentajes de azúcares totales, grasa saturada, otras grasas, sodio y calorías de una porción del producto respecto a las cantidades recomendadas en una dieta de 2 mil kilocalorías. Pero con el nuevo etiquetado todos los productos incluirán etiquetas con advertencias como: “Alto en calorías”, “Alto en sodio” y “Alto en grasas saturadas”.
De acuerdo con información del diario El Economista, que tuvo acceso al documento enviado por la oficina de Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) a la OMC, la queja refiere que el nuevo etiquetado afectará el «80 por ciento de los productos de alimentos y bebidas que comercializan nuestras empresas en México, cuyo valor estimado es de 5 mil 800 millones de dólares y es violatorio al imponer barreras técnicas al comercio”.
Para la organización de El Poder del Consumidor, la queja «es una interferencia por parte de los Estados Unidos en una política de salud en un país como México, que vive una emergencia epidemiológica de obesidad y diabetes declarada desde 2016». Además alertó que no solo el gobierno de Donald Trump presentó una acusación, también Suiza envió una carta a la OMC.
«Lo de Suiza es básicamente una defensa a Nestlé, que tiene el mayor ejército de personajes en sus productos que son atractivos para los niños», dijo Alejandro Calvillo. «Recordemos que hubo una carta que se filtró de Nestlé a sus proveedores, invitándolos a que metieran cartas en contra del proyecto de ley en México».
La industria agroalimentaria mexicana se quejó de que sus opiniones no fueron escuchadas dentro del grupo de trabajo conformado para la modificación de la NOM-051, el cual estaba integrado por organizaciones, representantes del gobierno y sector empresarial.
«Tenemos preocupaciones de forma, que son por nuestra frustración que no hemos sido escuchados en la mesa. Tuvimos muchas reuniones y demostramos los problemas que tiene la Norma, y no solo eso, hicimos una contrapropuesta integral que presentamos a la consulta pública, pero ese documento nunca fue tomado en cuenta», dijo el representante de ConMéxico.
Sin embargo, la Alianza por la Salud Alimentaria rechazó la postura de los empresarios y aseguró que sí hubo consenso.
«El grupo de trabajo para la modificación de la NOM-051 inició el 14 de agosto de 2019 con la participación de todos los sectores, en especial, con una amplia representación de la industria que nunca fue limitada. El 60 por ciento de los asistentes fueron miembros de ese sector», expresó en un comunicado. «Se lograron consensuar más del 98 por ciento de los numerales ente todos los sectores. Queda constancia de este consenso en las actas firmadas al final de cada una de las sesiones».
Para Ana Larrañaga, coordinadora de la Coalición ContraPESO, la crítica al nuevo etiquetado de advertencia por parte del sector empresarial es similar a la que desarrolló en Chile y Perú. “En todos los países en los que esta medida ha sido impulsada, los gobiernos organizaciones se han enfrentado a una industria que desconoce por completo la evidencia científica y busca imponer a toda costar sus intereses privados por encima de la salud nacional. México sí escuchó a todos los sectores, pero se tuvo claro que la prioridad debería ser beneficiar a los consumidores”.
MÉXICO NO DEBE CEDER A PRESIONES
El Presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a la ley del etiquetado en su conferencia matutina del lunes. Dijo que están dialogando con las empresas para llegar a acuerdos.
«Ahora se llevó a cabo un acuerdo en el caso del etiquetado que se tiene que poner a los productos. Hubo muchos acuerdos y otros que no se llegó. Hay que seguir en ese caso lo mismo, dialogando, no imponer, buscar el acuerdo», dijo al destacar que «una campaña de orientación para el consumo de alimentos puede ser más importante que el mismo etiquetado».
El Poder del Consumidor hizo un llamado al Gobierno federal para que no ceda ante las presiones de las empresas que conforman ConMéxico. «El Gobierno no debe ceder, ha dado una muestra de democracia con esta ley del etiquetado y no como el Gobierno de Peña Nieto que estuvo secuestrado por las empresas. Ya se avanzó», dijo Alejandro Calvillo.
Aseguró que ConMéxico le ha hecho mucho daño a la industria al oponerse al etiquetado. «La industria de los alimentos y bebidas se acostumbró a tener la complicidad de las autoridades de Economía, Salud y Cofepris para establecer su propio etiquetado frontal como obligatorio sin grupos de trabajo; para establecer una regulación de la publicidad dirigida a la infancia que resultó en una simulación, y para que no se implemente una verdadera regulación de alimentos y bebidas en las escuelas».
María Leticia López Zepeda, directora de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), también llamó al Gobierno federal a mantener la norma tal como se acordó. «Nosotros esperamos que el Gobierno de la Cuarta Transformación mantenga su compromiso de ‘primero los pobres’, quienes son los que más padecen la epidemia de la obesidad. Confiamos en que la norma se va a mantener así, sin cambios».
López Zepeda advirtió que si los demás empresarios quieren seguir con las mesas de diálogo, ellos también lo harán, pero no como una estrategia de retraso a la norma, «vamos a seguir con la exigencia de que se mantenga lo del etiquetado, en eso no vamos a ceder ni un ápice porque es una demanda de años».
El sobrepeso y la obesidad afecta a tres de cada cuatro mexicanos y es un problema de salud que le cuesta al país el 5.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).