El punto más espinoso de la propuesta del gobierno es retrasar de 62 a 64 años la edad en la que los trabajadores podrán recibir su pensión completa. El Gobierno insiste en que el nuevo sistema será más justo y sostenible.
El martes era el día 34 de huelgas de trenes y en el metro de París.
Por John Leicester
PARÍS, 7 de enero (AP).- Autoridades y sindicatos franceses parecían todavía alejados en sus posiciones al reanudar el martes las negociaciones para poner fin a más de un mes de huelgas que, como nunca antes, han paralizado la red ferroviaria y convertido los desplazamientos en una agonía.
El Primer Ministro Edouard Philippe mostró un tono firme y propuso ceñirse al cronograma del Gobierno para presentar la propuesta para reformar el sistema de pensiones al Parlamento antes del receso de verano.
El sindicato CGT se retiró de la mesa de diálogo prometiendo más huelgas y convocando a más personas a tomar las calles.
La batalla por la reforma de pensiones y más de un mes de dolorosas huelgas han sido de las pruebas más duras para el Presidente centrista Emmanuel Macron desde que ganó la elección en 2017 con la promesa de modernizar la economía francesa.
Philippe dijo que el proyecto para reformar el sistema de pensiones se presentará al gabinete el 24 de enero y para debate parlamentario a partir del 17 de febrero.
“Es un buen encuentro”, dijo el ministro sobre las negociaciones. Sin embargo, los representantes sindicales no pensaban lo mismo.
“Las huelgas no pararán”, dijo Catherine Perret, del sindicato CGT, quien convocó a los trabajadores a participar en los mítines convocados para el jueves.
El punto más espinoso de la propuesta del gobierno es retrasar de 62 a 64 años la edad en la que los trabajadores podrán recibir su pensión completa. El proyecto también busca poner fin a algunos regímenes especiales de pensiones que permitían a una minoría de trabajadores jubilarse antes de los 60 años.
El Gobierno insiste en que el nuevo sistema será más justo y sostenible.
El martes era el día 34 de huelgas de trenes y en el metro de París.
Mientras, los trabajadores de refinerías se sumaron el martes a los paros. Los líderes sindicales prometieron que “ni una gota” de gasolina cruzaría las líneas de piquetes, en un intento de presionar al gobierno con la amenaza de posibles desabastecimientos en las gasolineras.
Emmanuel Lepine, representante de empleados de la industria química en el sindicato CGT, dijo que los trabajadores estaban en huelga en siete de las ocho refinerías de Francia y señaló que los paros durarían hasta el viernes.
Los trabajadores exigen “la retirada de esta reforma que nadie quiere”, dijo Lepine en la emisora de radio France Info.
El gobierno restó importancia al impacto de los paros en refinería, señalando que el país tiene reservas de combustible para más de tres meses y que más del 98 por ciento de las 11 mil gasolineras no habían sufrido ningún impacto.