La vigesimoquinta Cumbre del Clima, la más larga de la historia, ha concluido este domingo con la aprobación de un documento titulado «Chile-Madrid. Tiempo de actuar», que recoge el propio lema de la cumbre y que ha dejado sensaciones encontradas en las partes asistentes.
Madrid, 15 dic (EFE).- Los movimientos sociales internacionales presentes en el plenario de clausura de la cumbre del clima de Madrid (COP25) han manifestado su «decepción» con el texto adoptado hoy por las partes que, en su opinión, sigue sin abordar la justicia social y sin tener en cuenta su voz en la toma de decisiones.
La representante de la organización IPO/Farmers, de Nueva Zelanda, en la COP25 ha destacado la importancia de la comunidades locales, que «somos expertos en clima y hemos venido con soluciones reales», y ha lamentado que «nos silencian y se niegan así la oportunidad de aprender de nosotros».
«Pero no podemos aportar nuestro conocimiento si no se respetan nuestros derechos», ha matizado la representante de la organización no gubernamental, quien ha puesto de relieve la lucha continua de los pueblos indígenas porque se incluyan sus derechos en las declaraciones de los gobiernos.
«Hemos visto la opresión sobre nuestra tierra», ha incidido, y las empresas «se olvidan de que no podemos negociar con la naturaleza», agregó.
La representante de la Unión de Mujeres en asuntos relacionados con la igualdad de género ha denunciado la resistencia de las partes a reconocer «la interconexión de los grupos humanos y todos los demás aspectos de las negociaciones».
«Valoramos el esfuerzo de esta mañana, pero esperamos que las partes sigan promoviendo esto para que salga adelante, porque cuando se menoscaban los derechos humanos, los violadores son ustedes», ha resaltado la activista, quien ha denunciado los compromisos de los gobiernos «con el capitalismo y el patriarcado».
También han participado las organizaciones juveniles, en cuyo nombre jóvenes de Nepal y Polonia han demandado a los gobiernos «mejorar su ambición teniendo en cuenta las prioridades de los jóvenes».
«Nos sentimos decepcionados ante la falta de avances», han subrayado los participantes, quienes han calificado de «insuficientes» los compromisos actuales, que «usan la palabra multilateralismo, pero obvian la necesidad urgente de compensar los daños a los colectivos más vulnerables».
En su opinión, «la sociedad civil ha quedado excluída de esta COP, nuestras vidas están en sus manos y nos están fallando, por lo que quedarán como aquellos que pudieron actuar y no lo hicieron», han dicho.
El movimiento Fridays for Future ha recordado que han traído a la cumbre «el mensaje de siete millones de ciudadanos de todo el planeta que exigen acción climática» y ha anunciado nuevas acciones para exigir una acción climática ambiciosa que ponga a los derechos de las mujeres y de los indígenas en el centro de todos los planes climáticos.
Para Juventud por el Clima, que «esperaba que en esta cumbre el problema se empezase a abordar como la emergencia que es», la falta de acuerdos ambiciosos en la toma de decisiones ha provocado aún más frustración en los jóvenes, por lo que continuarán saliendo a la calle los viernes.
Y la ONG que representa a los sindicatos ha calificado la declaración final de la COP25 como una «desgracia» y ha mostrado ante el plenario su decepción; «esperábamos de los gobiernos políticas ambiciosas de emergencia climática y lo que tenemos es lo contrario, que la sociedad civil se ha visto excluida».
«Estamos cansados de que se nos ignore en servicio del dinero», han dicho; «sabemos que seguirán negociando nuestro futuro, pero se han pasado dos semanas centrados en el negocio del carbono».
La vigesimoquinta Cumbre del Clima, la más larga de la historia, ha concluido este domingo con la aprobación de un documento titulado «Chile-Madrid. Tiempo de actuar», que recoge el propio lema de la cumbre y que ha dejado sensaciones encontradas en las partes asistentes.
SIN REGULACIÓN DE MERCADOS
La cumbre del clima de Madrid ha concluido hoy con una llamada para aumentar la ambición climática en 2020 y cumplir el Acuerdo de París que compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.
Sin embargo, la cita no ha logrado un acuerdo para regular los mercados de carbono (previstos en el artículo 6 del Acuerdo de París) y ordenar el comercio de los derechos de emisión en un sistema único para todo el mundo, y se ha pospuesto para la próxima conferencia, que se celebrará en Glasgow.
El acuerdo final ha llegado dos días después de la jornada prevista para el cierre, en un tiempo de descuento que ha convertido la cita de Madrid en la Conferencia del Clima más larga de la historia; había sido la que más deprisa se organizó, porque España montó la cita en apenas un mes, después de la renuncia de Chile por la grave crisis que vive el país.
La presidenta de la Conferencia y ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, no se ha mostrado satisfecha por el resultado, a pesar de que «hemos puesto corazón y esfuerzo por buscar acuerdos».
Schmidt, en su discurso de despedida, ha lamentado que no se haya podido cerrar el artículo 6 «para implementar un mercado de carbono robusto, con integridad ambiental, enfocado en generar recursos para transitar hacia un desarrollo sustentable, basado en bajas emisiones y resiliente al clima».
En el mismo sentido, la ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha expresado el sabor «agridulce» que le deja, por haber logrado un firme compromiso para aumentar la ambición pero no haber sido capaces de cerrar el «Libro de Reglas» del Acuerdo de París con la regulación de los mercados de carbono.