Los antinutrientes se encuentran en muchos alimentos vegetales (y algunos de origen animal) debido a que son sustancias que generan algunas plantas como protección. «Estas sustancias son generadas por las mismas plantas como mecanismo de defensa a situaciones adversas provocadas por hongos, bacterias, insectos, etc», señaló Paulina Magaña Carbajal, Coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor.
Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).- Actualmente encontramos muchas notas acerca de los alimentos y los nutrientes que aporta cada uno y que son necesarios para el correcto funcionamiento del organismo; sin embargo, pocas veces escuchamos acerca de los llamados antinutrientes. En esta ocasión hablaremos acerca de qué son, dónde se encuentran y si afectan en algo nuestra alimentación.
¿QUÉ SON LOS ANTINUTRIENTES?
«Son sustancias que pueden estar presentes en los alimentos de forma natural y que afectan el valor nutricional de algunos alimentos, dificultando la asimilación de nutrientes (proteínas y minerales)», explicó a Mundano Paulina Magaña Carbajal, Coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor.
Los antinutrientes se encuentran en muchos alimentos vegetales (y algunos de origen animal) debido a que son sustancias que generan algunas plantas como protección. «Estas sustancias son generadas por las mismas plantas como mecanismo de defensa a situaciones adversas provocadas por hongos, bacterias, insectos, etc», señaló Magaña.
TIPOS Y PRINCIPALES ANTINUTRIENTES
De acuerdo con la especialista, existen dos tipos de estas sustancias:
Termo estables: oligosacáridos y aminoácidos no proteicos tóxicos, saponinas, estrógenos, cianógenos, fitatos (pueden eliminarse mediante el remojo, mejorando su digestibilidad).
Termo lábiles: inhibidores de proteasas (tripsina y quimotripsina), lectinas, goitrogenos y antivitaminas (son inactivados mediante la cocción).
Los antinutrientes tienen una función positiva para algunas plantas ya que los protegen de amenazas, en cambio sus efectos en la alimentación no son buenos ya que pueden bloquear la absorción de vitaminas, minerales y proteínas. los principales son:
-Lectinas. Se encuentran en las legumbres y granos integrales y pueden bloquear la absorción de calcio, hierro, fósforo y zinc. Incluso a las personas que muestran sensibilidad a estas pueden tener problemas en los intestinos al adherirse a las paredes intestinales.
-Oxalatos. También se les conoce como ácidos oxálicos y se encuentran en verduras de hoja verde como las espinacas, acelgas y coliflor, además del té y chocolate. Estos oxilatos pueden evitar que el calcio se absorba de forma adecuada; su efecto es acumulativo y con el tiempo pueden formar las llamadas «piedras» en los riñones.
-Fitatos. Se adhieren a nutrientes como el zinc, calcio, magnesio y hierro impidiendo que sean absorbidos. Consumir mucho ácido fítico disminuye los beneficios para la salud de alimentos como granos integrales, legumbres, frutos secos, etc., y puede conducir a deficiencias nutricionales.
-Taninos. Son los responsables de dar color a algunas plantas, se encuentran en el vino, los arandanos y las uvas. Los taninos son un tipo de inhibidor enzimático que impide una digestión adecuada si se consume en grandes cantidades puede provocar efectos adversos e inflamatorios para la salud -el dolor de cabeza después de tomar ciertos tintos-, aunque si la ingesta es pequeña los efectos pueden ser beneficiosos.
-Avidina. Se encuentra en el huevo, alimento de origen animal, específicamente en la clara cruda e impide la absorción de vitamina B8. Esta se desactiva cuando cocinamos el huevo, de esta forma se pueden aprovechar las vitaminas y minerales que contiene este alimento sin problema.
-Saponinas. Si se consumen en grandes cantidades suelen interferir en la absorción de nutrientes, sin embargo, una investigación por expertos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) publicada en Food Research International, demuestra que podrían tener propiedades bioactivas, como la reducción de sufrir ciertos tipos de cáncer y la disminución del colesterol.
¿SE PUEDE REDUCIR SU EFECTO?
«Algunos pueden causar efectos fisiológicos no deseables como la flatulencia; inflamación estomacal, disminución en la asimilación de nutrientes, entre otros. Si bien los factores antinutrientes pueden tener efectos adversos sobre el aprovechamiento de ciertos nutrientes, o sobre la salud; otros estudios recientes han demostrado que no resultan perjudiciales en pequeñas cantidades», explicó Paulina Magaña.
Es muy difícil evitar estos antinutrientes pero en algunos casos se puede inactivarlos al remojar y cocinar. Remojar los alimentos ricos en antinutrientes puede reducir de forma importante la lectina y el fiato. Algunos estudios han señalado que esto es debido a que la mayoría de los antinutrientes se encuentran en la piel, como la mayoría son solubles en agua se disuelven cuando son sumergidos en esta. La ebullición también desactiva algunos antinutrientes como los taninos o la lectina.
En un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos se demuestra que un remojo de doce horas reduce el contenido de fitato de los guisantes hasta en un 9 por ciento.
¿HAY QUE PREOCUPARSE?
Los antinutrientes bloquean la absorción de nutrientes pero se necesitaría una alimentación basada sólo en algunos alimentos y que se consuman en gran cantidad para crear una deficiencia importante. Los antinutrientes pueden causar deficiencias nutricionales cuando se consumen en grandes cantidades, lo que es poco probable en una alimentación equilibrada.
No hay que alarmarse ni satanizar estas sustancias ya que también se les atribuyen efectos positivos como los taninos que pueden ayudar a prevenir enfermedades crónica.
-Con información de ElDario.es