La complejidad de las negociaciones está quedando reflejada en el constante cruce de declaraciones entre las dos partes. En tanto, la falta de perspectivas a que realmente se llegue a un acuerdo ha llevado a las bolsas de Hong Kong, Seúl y Tokio a cerrar con caídas del 1.57, el 1.35 y el 0.48 por ciento, respectivamente.
Pekín, 21 de noviembre (EFE).- El Gobierno chino negó este jueves que las conversaciones entre Washington y Pekín para ratificar la primera fase de un pacto que rebaje la guerra comercial corran peligro y aseguró que las dos partes siguen en «estrecho contacto».
«Por el momento, no hay más detalles que ofrecer sobre el acuerdo, pero los rumores que han aparecido sobre el tema no son precisos», aseguró en una conferencia de prensa el portavoz del Ministerio de Comercio Gao Feng.
Gao parecía responder al Presidente estadounidense, Donald Trump, quien se mostró pesimista al considerar que Pekín no está «dando la talla» en las conversaciones.
Trump subrayó que, si no se logra un acuerdo comercial, subirá los aranceles «aún más».
«Las dos partes siguen abordando de forma constructiva las preocupaciones centrales de cada uno sobre la ‘primera fase’ del acuerdo comercial y van a seguir hablando», dijo el portavoz chino.
No obstante, la falta de perspectivas a que realmente se llegue a un acuerdo ha llevado a las bolsas de Hong Kong, Seúl y Tokio a cerrar con caídas del 1.57, el 1.35 y el 0.48 por ciento, respectivamente.
China y Estados Unidos conversaron por teléfono el pasado sábado para avanzar en el acuerdo, sin que se sepan más detalles.
La complejidad de las negociaciones está quedando reflejada en el constante cruce de declaraciones entre las dos partes, a menudo contradictorias.
El ministerio chino de Comercio aseguró a comienzos de mes que había llegado a un acuerdo con Washington para retirar por fases los gravámenes que ambas partes se han ido imponiendo durante la disputa.
Sin embargo, el propio Trump echaba días después un jarro de agua fría y rebajaba las expectativas.
La guerra comercial, que se ha traducido en sucesivas subidas arancelarias por ambos países durante casi dos años, tuvo su último episodio el pasado 1 de septiembre con la entrada en vigor de la subida del 10 al 15 por ciento sobre importaciones chinas por valor de 112 mil millones de dólares.
Queda por ver si el próximo 15 de diciembre se aplica esa misma subida al 15 por ciento al resto de importaciones gravadas al 10 por ciento, que podría alcanzar 300 mil millones de dólares.
Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales van más allá de las relaciones bilaterales y tienen profundas consecuencias mundiales.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión al 3.2 por ciento este año, una décima menos que en abril, lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa.