En medio del acoso laboral, un residente de Cirugía se suicidó en el Centro Médico «Adolfo López Mateos» del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) en 2018. Fue encontrado dos días después con signos iniciales de putrefacción, de acuerdo con uno de sus compañeros. El ISEM aseguró que fue por edema cerebral.
Además, una residente diagnosticada con lupus fue despedida del Hospital General Regional 20 del IMSS en Tijuana; una residente con depresión desertó del Centro de Alta Especialidad «Dr. Rafael Lucio» de la Secretaría de Salud en Xalapa; y a un residente tuvieron que operarlo por ser golpeado en el Hospital General de la Zona Norte «Bicentenario de la Independencia» en Puebla.
Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).– Además de los casos de acoso laboral y violencia docente a médicos residentes en hospitales de la Ciudad de México del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), como el Centro Médico «Siglo XXI», también hay en centros de salud del Estado de México, Baja California, Puebla y Veracruz de la Secretaría de Salud o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de acuerdo con testimonios de víctimas a quienes han despedido injustificadamente, han renunciado tras síntomas de depresión o han sido obligados a golpearse entre ellos.
En el Centro Médico «Adolfo López Mateos» en Toluca del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), un residente de tercer año de Cirugía se suicidó el año pasado, sin que nadie fuese sancionado, y hubo otros tres intentos de quitarse la vida.
SinEmbargo pidió al área de comunicación social del ISEM las medidas que se han tomado al respecto. «El Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) descarta que alguno de sus médicos residentes se haya quitado la vida por cuestiones de acoso laboral», respondió por correo, y argumentó que el acta de defunción dice que la causa de muerte fue un edema cerebral (generalmente causado por un golpe). No comparte el documento ni menciona si se realizó autopsia.
Este diario reportó hace unos días sobre al menos 10 casos de acoso laboral en el Centro Médico «Siglo XXI», cuyo Director General Carlos Cuevas solo reconoce dos. En el caso de Psiquiatría, cuya residente fue hospitalizada por síntomas de depresión derivados de la violencia docente, la Doctora acusada Irma Corlay Noriega fue retirada del curso, pero permanece en la nómina del IMSS y dio una entrevista a Canal Once, de televisión pública, sobre cómo salir de la depresión a finales de octubre.
Además se informó sobre el caso en el Hospital General Regional 1 de Querétaro del IMSS, cuya residente víctima de acoso laboral fue sometida a Terapia de Electrochoque en el Centro Médico «Siglo XXI» tras diversos intentos suicidas, lo cual le dejó secuelas de amnesia. Nadie ha sido sancionado, a pesar de la queja que presentó a la Doctora Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, la titular de la Unidad de Educación, Investigación y Políticas de Salud del IMSS desde 2016, y responsable de atender a los médicos residentes a nivel nacional.
El área de comunicación social del IMSS envió un boletín de prensa a este medio ante la solicitud de una entrevista con la Dra. Sepúlveda sobre las acciones emprendidas contra estos casos.
En el último párrafo, esboza que «con el fin de mantener informados a profesores y alumnos, la Coordinación de Educación en Salud mantiene una campaña permanente en redes sociales de buenas prácticas docentes. También, se capacita a personal médico con cursos de buen trato y herramientas para la igualdad, equidad y género, y se difunden los códigos de Conducta y Ética Institucional en todas las sedes académicas». Omite mencionar el caso de los médicos residentes.
TOLUCA: RESIDENTE SE SUICIDÓ
En el Centro Médico «Lic. Adolfo López Mateos» en Toluca, donde el acoso laboral es constante, un médico residente de tercer año en Cirugía decidió suicidarse en 2018. Su padre lo encontró dos días después en un departamento en Toluca «en estado de putrefacción», dijo uno de sus compañeros del hospital. Nadie fue sancionado.
«Era mi compañero. Era hasta mi amigo», aseguró el médico residente de otra especialidad. «No se enteró casi nadie. No hubo nada de presión. A lo mejor hablaron con los familiares. Quién sabe qué les dijeron que ya no solicitaron más investigaciones ni nada».
De acuerdo con el Instituto de Salud del Estado de México, «fue encontrado sin vida al interior del domicilio de su abuela materna en Polanco, Ciudad de México», ya que se encontraba realizando rotación en el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN) de la capital del país.
El médico residente reiteró que fue hallado en Toluca y sobre el acta de defunción sobre el edema cerebral dijo que «le echaron que era drogadicto y que se mató solo, que no tenía nada que ver el maltrato laboral».
«Está muy mal. Es un círculo vicioso que nunca va a parar. Te tratan demasiado mal esperando hacerte más fuerte, con la promesa de que te están enseñando, pero así no se aprende», lamentó.
La respuesta de las autoridades del Centro Médico mexiquense fue quitar los castigos a residentes y las posguardias, «pero siguieron como si nada hubiera pasado. Nadie fue sancionado. Todos salieron inmunes».
«Ahora está la contraparte: ya no hay castigos ni te gritan, pero no te hablan, no te dejan dar consultas ni operar en el caso de residentes quirúrgicos. Es una nueva forma de maltrato y al no poder hacer nada, no aprendes», aseguró el residente.
En este ambiente, se intentaron suicidar dos residentes de Anestesia y una residente de Traumatología. Además, el año pasado corrieron a tres residentes de Cirugía, y otros decidieron renunciar por el acoso laboral: un residente de Medicina Interna, dos de Cirugía General, uno de Traumatología, dos de Neurocirugía. En Urología, fueron los médicos adscritos quienes renunciaron y quedó solo uno.
«Un solo doctor adscrito es el que decide vacaciones, congresos, quién opera y quién no, quién da consulta y quién no. Y es por su juicio personal, si le caes bien, no si el residente es bueno, listo o no», expuso el residente sobre Urología.
Los médicos residentes han presentado al menos dos quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). En el caso de Urología, el órgano recomendó al médico adscrito no maltratar al residente y cambiar su actitud, «quien respondió que no se le maltrata».
El ISEM dijo a SinEmbargo que para prevenir el acoso laboral a médicos residentes se cuenta con un Comité Interdisciplinario que se encarga de «escuchar y dar seguimiento a inquietudes y expresiones» que manifiesten los médicos residentes o cualquier otro personal de salud; hay estrategias para detectar trastornos como ansiedad y depresión para brindar tratamiento oportuno, y se promueven actividades de esparcimiento como jornadas deportivas y de desarrollo científico para prevenir los trastornos antes mencionados.
El Centro Médico «Lic. Adolfo López Mateos» cuenta con el Comité de Ética y de Prevención de Conflicto de Intereses para implementar «acciones de manera permanente» para favorecer el comportamiento ético, «lo cual propicia la integridad» de los servidores públicos y personal en formación.
TIJUANA: DESPIDO INJUSTIFICADO
Una médico residente de segundo año en Urgencias en el Hospital General Regional 20 del IMSS en Tijuana, Baja California, fue despedida por supuesta agresión a una enfermera sin pruebas de por medio. La solución que le dieron las autoridades del IMSS fue que volviera a empezar, lo cual se le complica por tener lupus.
«Me empezó el lupus en el R1. En las guardias me sentía mal y me salieron muchas heridas en las manos. Por las guardias de más de 36 horas, castigos posguardias y exceso de trabajo tuve una recaída. En diciembre presenté asma y en febrero tuve una recaída, empecé con problemas del riñón. Ahorita otra vez y el doctor me dice que se activó por tanto estrés que tengo por todo lo que pasó», dijo la residente.
Pese a las quejas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Secretaría de la Función Pública (SFP), el Órgano Interno de Control del IMSS, Presidencia de la República, la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) ni el Jefe de Enseñanza le han ofrecido una respuesta para ser reubicada para retomar la carrera.
«Volver a empezar la especialidad sería muy complicado por mi estado de salud», reiteró. Antes de ser despedida, cuando les decía a la Jefatura de Enseñanza que estaba enferma, le respondía que quería correrla de la especialidad.
Al ver que el SNTSS le descontaba una cuota sindical de su beca, acudió para hacer valer sus derechos laborales, pero le respondieron que «no iban a dar la cara por un residente».
El 28 de agosto, el Coordinador Clínico de Educación e investigación en Salud, Dr. Antonio Molina Corona, le notificó en los pasillos que el área de Jurídico le entregaría una queja por supuesto maltrato físico y verbal a la enfermera Delia Valadez Cruz.
«Que no fuera a faltar porque las repercusiones serían mayores», le advirtió. «No porque fuera becaria no podría ser juzgada», le comentó.
Acudió el 30 de agosto al Jurídico acompañada de abogados. Primero no les permitieron el ingreso, argumentando que no era un Tribunal sino una instancia administrativa, pero pudieron ingresar.
«Me amenazaron con poder correrme», afirmó la residente, aunque la enfermera no presentó testigos ni pruebas. Negó la acusación y entregó una hoja firmada por sus compañeros, médicos adscritos, y enfermeras que avalaron su buen comportamiento y desempeño dentro de este Hospital del IMSS.
El 10 de septiembre dos licenciados del Departamento de Jurídicos le entregaron la resolución firmada por el Delegado Estatal, donde la daban de baja. «Tenía 10 minutos para firmarla o sería peor. Aun así no la firmé por lo que se retiraron y me dijeron que saliera del Hospital», evocó.
Es noviembre y sigue esperando respuesta de las autoridades. La UABC, la única instancia que ha contestado, rechazó poder reubicarla.
VERACRUZ: DESERTÓ CON DEPRESIÓN
Una residente de segundo año de Medicina Interna del Centro de Alta Especialidad «Dr. Rafael Lucio» de la Secretaría de Salud, ubicado en Xalapa, Veracruz, decidió desertar ante el constante acoso laboral que la hundió en un episodio de depresión.
A las autoridades de enseñanza exige que, sin perder la disciplina, se establezca un mejor método para inducir una mejor preparación y aprovechamiento de la residencia con más tiempo para estudiar y un descanso adecuado. De lo contrario, también se afecta a los pacientes, ya que los castigos y regaños predisponen más al error.
En el periodo de transición de R1 a R2, los residentes de grados mayores les mandaban mensajes para advertirles que «ya nos estaban esperando y que no íbamos a dormir, que sería diferente ahí», recordó. Y lo fue.
Cuando llegó al Centro de Alta Especialidad, le advirtieron que iba a rotar con un adscrito que «a veces es acosador con las mujeres, pero ‘no te preocupes, no te vayas a asustar, casi no hace nada’. En vez de hacer algo al respecto con él, a mí me advirtieron que me iba a acosar. No me acosó, no puedo decir eso, pero tenía que soportar cómo delante de los pacientes hacía comentarios despectivo hacia mí».
«Aunque yo hacía mi mejor esfuerzo, nunca lograba cumplir las expectativas. Siempre en algo fallaba», planteó. «Tenían actitudes ruines, porque por errores mínimos nos humillaban delante de los demás; disminuyen tu autoestima».
Los síntomas de depresión llegaron. Se escondía para llorar por la carga laboral y las humillaciones. Pero cuando se daban cuenta, le exigían no llorar porque sería «la burla de los médicos adscritos» y le comentaban que tomara antidepresivos.
«No estaba de acuerdo: por qué debía tomar medicamentos para soportar lo que hacían, en vez de llevarla bien», dijo la médico residente. «Decidí dimitir a la residencia, aunque estudiar la especialidad es lo que yo quisiera. Pero no valía la pena soportar los malos tratos».
Después de que renunció, no hubo mejoría. Otra persona decidió renunciar al mismo servicio de Medicina Interna del Centro de Alta Especialidad «Dr. Rafael Lucio».
La médico residente tomó terapia psicológica y volvió a hacer el examen de especialidad. Está en búsqueda de una institución donde no se tengan esas actitudes. Entre los residentes son conocidos los hospitales que tienen malos tratos, como el Centro Médico Siglo XXI del IMSS, dijo.
«No solo los malos tratos y humillación, sino el simple hecho de no dormir y el cansancio tienen efecto en los pacientes. Viene en detrimento de la salud. A veces se cometen errores que no deberían tener lugar en una persona que se siente bien en donde está y no se siente denostada constantemente. Al final la gente prefiere aguantar o callar por temor a las represalias», lamentó.
PUEBLA: OBLIGADOS A GOLPEARSE
En el Hospital General de la Zona Norte «Bicentenario de la Independencia», de la Secretaría de Salud en Puebla, un residente de segundo año de Cirugía General fue obligado a ponerse unos guantes de box y pelearse con otro residente. Quedó con un hematoma subdural bilateral subagudo (una herida en la cabeza que requirió cirugía).
En julio un residente de mayor jerarquía buscó castigarlo por una curación que según él no se había hecho.
«Me tendría una semana completo guardado. Al mostrar mi negativa, fue a quejarse con algún médico adscrito. Posteriormente me dijo que si no me quedaba una semana, me iba a quedar un mes, y sino quería, dos meses guardado. Al negarme, se quejó con un adscrito, quien nos dijo que nos consiguiéramos unos guantes de box para arreglarlo en la residencia, y el que no quisiera se iba a quedar con el castigo», narró al movimiento Yo Soy Médico 17, surgido en 2014 a raíz de una orden de aprehensión contra 16 médicos por presunta negligencia.
Después de la pelea, lo tuvieron que operar de urgencia el 10 de septiembre en el Hospital del ISSSTE en Puebla.
«Al momento no presento secuelas y me estoy recuperando», notificó.
A la Jefatura de Enseñanza del Hospital solicitó un cambio de sede, sin ninguna respuesta. Pero lo señalaron de ser «un oportunista».