El cansancio, el agotamiento, la apatía y la eficacia profesional reducida son algunos de los síntomas que caracterizan al burnout, conocido también como el síndrome del trabajador quemado, el cual es causado por el estrés crónico en el trabajo.
Por Marta Chavarrías
Madrid, 22 de octubre (ElDiario.es).– Tras varios cafés continúas sin energía, sin ganas de contestar los correos electrónicos que están pendientes. Acabas de llegar de las vacaciones y ya deseas las próximas; las horas en el trabajo se hacen interminables y la semana es eterna. Estos pueden ser algunos de los síntomas del burnout (conocido también como el síndrome del trabajador quemado), que afecta al 10 por ciento de los trabajadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido este mismo año 2019 el burnout como un estado que explicaría todas estas sensaciones, como un «fenómeno ocupacional», un síndrome que es el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo y que no se ha tratado adecuadamente. No debe confundirse con el agotamiento que podamos sentir tras un día intenso de trabajo; el burnout va más allá, es un agotamiento crónico que suele caracterizarse por:
-Sentirse decaído y agotado
-Sentimientos negativos relacionados con el trabajo
-Eficacia profesional reducida
Está previsto que este síndrome forme parte, a partir del año 2022, de la Clasificación Internacional de Enfermedades(CIE-11), un manual que ofrece una guía a los médicos a la hora de hacer un diagnóstico. Aunque no la consideran una enfermedad, sí la reconoce como un «factor que influye en el estado de salud».
CÓMO SABER SI ESTÁS ESTRESADO
El estrés no se puede ver, ni sentir, es traidor y se infiltra en nuestras vidas sin signos evidentes. El agotamiento es un proceso gradual, no aparece de la noche a la mañana. Al principio, los síntomas son sutiles, pero empeoran con el tiempo:
-En el trabajo sientes que tienes muchas tareas y poco tiempo para hacerlas
-Que tienes plazos de entrega muy justos
-Te cuesta encontrar tiempo para hacer todo lo que has planeado
-No puedes concentrarte
Si coincides con este perfil es posible que estés estresado. El problema, sin embargo, no está en que te sientas estresado en algún momento; el inconveniente es que te sientas constantemente estresado porque esto se convertirá en estrés crónico que, seguramente, te llevará al agotamiento laboral, a un estado de agotamiento vital.
Estos síntomas ocurren normalmente en personas sin antecedentes de trastornos psicológicos y se desencadena por una discrepancia entre nuestras expectativas como trabajadores y la realidad. Muchos de los síntomas del agotamiento se superponen con las características de la depresión, incluida la fatiga extrema, la negatividad y la pérdida de interés:
-¿Te falta energía nada más levantarte?
-¿Te falta motivación en el trabajo?
-¿Has cambiado tus hábitos de sueño?
-¿Te has vuelto irritable o impaciente?
-¿Te resulta difícil concentrarte?
-¿Tienes dolencias físicas como dolores de cabeza inexplicables o dolores estomacales
Si has contestado sí a la mayoría de estas preguntas, es posible que estés experimentando agotamiento laboral propio del burnout.
¿TODOS ESTAMOS EXPUESTOS AL BURNOT?
En general, todas las profesiones tienen riesgo, pero son las carreras centradas en el cuidado (docentes, enfermeras, trabajadores sociales y médicos) las que tienen un mayor índice de personas con el síndrome. Un informe de Harvard declaró el agotamiento de los médicos estadounidenses como una crisis de salud pública.
Pero el burnout no discrimina entre otros trabajos, como directores ejecutivos, puestos en los que hay a su cargo muchas personas, tratar con clientes groseros, tener que cumplir plazos imposibles, altas demandas laborales, desequilibrio entre esfuerzo-recompensa u horas de trabajo excesivas son otros factores de riesgo.
En un estudio realizado por el Instituto de Investigación del Estrés, de la Universidad de Estocolmo, en Suecia, se ha asociado el agotamiento a condiciones de trabajo estresantes que implican más de 60 a 70 horas de trabajo a la semana durante varios años.
CÒMO LIDIAR CONTRA EL BURNOUT
Si prestamos atención a los primeros síntomas y reducimos activamente el estrés, podemos evitar un colapso importante. Pero si los ignoramos, al cabo de un tiempo estaremos quemados. Por tanto, continuar sin hacer nada en este estado solo nos dañará más emocional y físicamente. Por otro lado, lidiar con el agotamiento requiere un enfoque basado en las tres R (en inglés):
-Recognize (reconocer): vigilar las señales de advertencia de agotamiento.
-Reverse (invertir): deshacer y acabar con el daño buscando apoyo.
-Resilience (resiliencia): cuidar nuestra salud física y emocional.
Una de las pruebas más usadas para definir el burnout en una persona es el sistema de puntuación Maslach Burnout Inventory (MBI), que comprende tres escalas de puntuación:
-Agotamiento emocional: mide los sentimientos de estrés relacionados con el trabajo y el entorno laboral.
-Despersonalización: mide hasta qué punto uno ha dejado de empatizar con los compañeros o los clientes.
-Logro personal: mide el grado en que uno se siente confiado en la productividad y el nivel de satisfacción laboral.
En una exhaustiva revisión sobre distintos enfoques para tratar el burnout, los expertos concluyen que este no ha demostrado ser un fenómeno estable, sino que disminuye con el tiempo y la mayoría de las personas continúan trabajando. En la mayoría de los casos, los síntomas no desaparecen con medidas aplicadas solo al individuo, sino que los resultados se aprecian a partir de las intervenciones combinadas al individuo y a las condiciones de trabajo.
Por ejemplo, fomentando el bienestar en el lugar de trabajo, usar el tiempo de descanso de forma efectiva o tomarse unas vacaciones. La OMS resalta la necesidad y la importancia de que los departamentos de recursos humanos analicen y fomenten los entornos laborales positivos.