La plancha del Zócalo capitalino se fue llenando poco a poco en el 209 Aniversario del Grito de la Independencia. No se veían acarreados como en el sexenio pasado. Las personas acudieron por su cuenta, según dijeron algunos asistentes. Las calles aledañas a la Plaza de la Constitución estaban repletas de familias. Era una fiesta.
«Vinimos por nuestra propia voluntad. Esos (el acarreo) fueron otros tiempos», aseguró Antonio. «Yo soy amlista, no morenista. Reconozco su lucha política».
Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).- Hace tres meses en el Informe de 100 primeros días de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en las dos avenidas que rodean a La Alameda Central de la Ciudad de México lucían desde la mañana hileras de camiones que trasladaron a cientos de invitados de diversos estados al evento en el Zócalo, una tradición en todo el sexenio pasado de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, en el 209 Aniversario del Grito de la Independencia, y el primero de esta administración autodenominada Cuarta Transformación, las mismas avenidas, Hidalgo y Juárez, se han visto durante la mañana y tarde como cualquier domingo, mientras la plancha capitalina se fue llenando poco a poco.
Las personas acudieron por su cuenta, según dijeron algunos asistentes entrevistados por SinEmbargo. Las calles aledañas a la Plaza de la Constitución estaban repletas de miles familias. Era una fiesta.
Desde Los Pinos hasta el Zócalo la gente salió a divertirse con los festivales planeados para esta celebración de la Independencia de México.
Minutos antes de las 3 de la tarde, en un hecho aislado, un camión blanco dejó, rápido y de manera discreta, sin letreros, a un grupo de chiapanecos entre Avenida Hidalgo y Trujano, a lado del Museo Franz Mayer. El chofer comentó que pasaría por ellos a la 1 de la madrugada.
Jesús, uno de ellos, dijo que es «lopezobradorista». Viajaron desde Comitán invitados por el Presidente Municipal. Salieron ayer a las 11 de la noche. Alrededor de 15 horas en carretera del sur al centro del país para ver el Grito, los fuegos pirotécnicos y bailes regionales. También vino en julio para el Informe de 100 primeros días de Gobierno.
Este día, el Diputado Mario Delgado, uno de los candidatos a la dirigencia del partido en el poder, Morena, declaró que hoy será el primer Grito «sin acarreados».
En la calle Trujano y Paseo de la Reforma, en la colonia Guerrero, habían alrededor de diez camiones estacionados. Sin comparación a años anteriores. Vacíos y sin letreros.
Afuera de uno, Antonio y María Eugenia esperaban sentados al chofer para poder dejar lo que compraron durante la mañana en el Centro Histórico, e irse al Zócalo más ligeros. Llegaron desde las 7 de la mañana del Puerto de Veracruz, invitados por el Comité municipal de Boca del Río (panista).
«Vinimos por nuestra propia voluntad. Esos (el acarreo) fueron otros tiempos», aseguró Antonio. «Yo soy amlista, no morenista. Reconozco su lucha política».
Para Antonio, el Presidente López Obrador «tiene buenas intenciones», pero en algunas «se ha precipitado».
María Eugenia, con collar, pulseras y aretes tricolor, reiteró que «vinimos por nuestro gusto» sin necesidad de una bolsa con lunch. «Tenemos nuestra pensión que nuestro trabajo nos costó».
Sobre las pensiones que el Gobierno federal entrega a adultos de 68 años y más comentó que le gustaría que hicieran estudios socioeconómicos para que se destinen «a quien las necesita, como viejitos abandonados por su familia».
En Avenida Puente de Alvarado, cerca de la Alameda, y en calle Donceles, lateral al Zócalo, también habían camiones estacionados.
En la ventana frontal mostraban letreros para identificar que transportaban a músicos o danzantes que participan esta tarde en el Festival de las Culturas Vivas.
Por Tacuba y República de Brasil, calles donde coordinadores estatales hacían caminar en filas a los invitados, identificados con brazaletes o credenciales, este año solo caminaban familias rumbo al Zócalo y entraban de manera libre, sin detectores de metales.
Una tradición priista, que al parecer, se ha acabado.