Todas las mañanas, el Presidente fija la agenda en una conferencia de prensa que ofrece con una sonrisa y tras la cual realiza visitas a pequeños pueblos donde es recibido por jubilosos seguidores. La tasa de popularidad continúa por los cielos para López Obrador, quien ganó abrumadoramente las elecciones presidenciales en julio de 2018. Sin embargo, la violencia brutal y una economía que decae amenazan su popularidad.
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofrecerá su primer informe de Gobierno anual el domingo, menos de un año después de haber asumido el cargo el pasado 1 de diciembre.
Prácticamente todas las mañanas, el Presidente fija la agenda en una conferencia de prensa que ofrece con una sonrisa y tras la cual realiza visitas a pequeños pueblos donde es recibido por jubilosos seguidores. La tasa de popularidad continúa por los cielos para López Obrador, quien ganó abrumadoramente las elecciones presidenciales en julio de 2018. Sin embargo, la violencia brutal y una economía que decae amenazan su popularidad.
A continuación, un vistazo a cómo le está yendo en algunos aspectos clave de gobernanza:
LA VIOLENCIA ALCANZA NIVELES HISTÓRICOS
La violencia de los cárteles del narcotráfico, alguna vez confinada a algunas ciudades norteñas, se ha extendido por todo el país. Y cada vez matan más a transeúntes inocentes, como comensales de restaurantes y niños.
Los homicidios subieron a casi 35 mil el año pasado, de los 27 mil perpetrados durante el punto máximo de 2011 de la confrontación del gobierno con los cárteles. Al menos a 40 mil mexicanos se encuentran en calidad de desaparecidos en décadas recientes; muchos creen que los restos de estas personas están esparcidos en cientos de fosas clandestinas cavadas en campos y patios de casas.
La frecuente respuesta de López Obrador ante los reportes de violencia, incluso contra las fuerzas de seguridad, es “abrazos, no balazos” y “pueblo bueno y sabio”.
El Presidente reconoce que el crimen violento es su mayor reto. El gobierno federal creó una Guardia Nacional para mejorar la seguridad, reclutando a miembros del ejército y la policía.
Lisa Sánchez, directora de Mexicanos Unidos contra la Delincuencia, considera que la forma en que López Obrador aborda el crimen es “más de lo mismo” y que ha tomado una estrategia militarizada que reacciona al crimen en lugar de intentar prevenirlo.
Sin embargo, no cuenta con elementos suficientes. Incluso si la Guardia Nacional logra su meta de reclutamiento, sólo tendría un agente por cada 1.000 habitantes en México.
Su misión también se ha desviado en gran parte hacia tareas migratorias en un momento en que México, bajo la presión del presidente Donald Trump, complica a la mayoría de los centroamericanos atravesar el país rumbo a Estados Unidos.
UNA DÉBIL ECONOMÍA
La economía mexicana tiende a desacelerarse al principio de cada sexenio presidencial, cuando el Gobierno saliente corta el grifo del gasto y el entrante encuentra su rumbo.
Sin embargo, este cambio de mando ha sido más drástico dado que López Obrador se embarca en un replanteamiento de filosofía que él llama la Cuarta Transformación, en que compara su mandato con un cambio similar a la Independencia de México de España.
La economía bajo López Obrador flirtea con la recesión. El crecimiento del producto interno bruto fue de sólo 0.2 por ciento en el primer semestre de 2019, por abajo del 1.9 por ciento del año previo, y el Banco Central de México redujo recientemente su pronóstico de crecimiento anual al rango de 0.2 por ciento al 0.7 por ciento.
Algunos factores que afectan la economía son externos, como la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha azotado a los mercados globales.
Incluso en junio, Trump también amenazó con imponer aranceles a las importaciones mexicanas a pesar de haber negociado el año pasado un nuevo acuerdo de libre comercio para América del Norte. El Congreso mexicano ratificó el acuerdo, pero los legisladores de Estados Unidos parecen no tener prisa para aprobarlo.
Sin embargo, algunas de las medidas del propio López Obrador han afectado la confianza de los inversores, sobre todo la cancelación de la construcción de un nuevo aeropuerto para Ciudad de México de 13 mil millones de dólares cuya obra ya estaba avanzada en una tercera parte. Y su programa de austeridad ha reducido el gasto al mínimo. El gasto del consumidor ha sido débil ante los despidos generalizados y recortes salariales para funcionarios públicos.
Valeria Moy, directora del centro de investigación “México, ¿Cómo vamos?”, siente que el país marcha en reversa mientras el presidente desmantela programas e instituciones.
“Toda la administración gira alrededor de la figura del presidente”, afirmó. “¿Cómo puedes confiar en un país donde cambia todo cuando cambia el presidente?”.
El analista Alfredo Coutiño, de Moody’s Analytics, advierte que “si los inversores siguen reticentes”, la economía podría reportar crecimiento nulo o una ligera contracción en 2019.
CORRUPCIÓN: UN HUESO DURO DE ROER
López Obrador basó su campaña en la promesa de ser firme contra la corrupción masificada, una tarea de dimensiones colosales. En 2018, México obtuvo 28 de 100 puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, en donde el menor puntaje indica mayores niveles de corrupción.
Eso coloca a México al nivel de Rusia y detrás de países como Bolivia y Honduras en contratos transparentes de negocios.
Ricardo Alvarado, investigador del grupo civil “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad”, dijo que aunque López Obrador fue capaz de capitalizar durante la elección la indignación y frustración social por la corrupción, su Gobierno aún no ha presentado un plan concreto para abordar el problema.
“El combate a la corrupción está más en el discurso del Presidente que en la práctica”, sostuvo Alvarado.
Las medidas enérgicas que han sido tomadas se llevaron a cabo de manera desordenadas, y algunas han tenido consecuencias graves.
El Gobierno comenzó en enero con una confrontación directa contra los ladrones de combustible que perforan los oleoductos y utilizan camiones cisterna para transportar la gasolina. Dicha confrontación provocó una extensa escasez de combustible. Cuando la gasolina fluyó nuevamente de una refinería del centro de México, los residentes corrieron al oleoducto para llenar sus baldes. El pozo explotó y casi 100 personas murieron.
El Gobierno del López Obrador también ha adoptado una estrategia de tala y quema a programas y gastos, algunas veces con terribles costos para los beneficiarios.
Por ejemplo, en respuesta a los supuestos sobornos pagados para obtener medicamentos vendidos al sistema nacional de salud, el Gobierno frenó las compras provocando una escasez de vacunas y medicamentos indispensables para pacientes con enfermedades como VIH.
El presidente se comprometió a no involucrarse en una cacería de brujas contra funcionarios de gobiernos previos. Sin embargo, su Gobierno emitió una orden de arresto contra el ex director de la empresa petrolera nacional Pemex por presuntos sobornos a cambio de contratos públicos.
Además, la secretaria de Desarrollo Social del Presidente previo, Enrique Peña Nieto, fue encarcelada en espera de una investigación por el supuesto desvío de 260 millones de dólares de fondos públicos.