Gustavo De la Rosa
27/08/2019 - 12:05 am
El ToCAM: Todos Corruptos Anti Morena
«Es un absurdo histórico lo que quieren hacer los chuchos de pasar el registro del Partido de la Revolución Democrática al grupo Futuro 21».
En 50 años de vivir la política en México creí haberlo visto todo, pero nunca imaginé lo que sucedió esta última semana, nunca pensé ver que la aversión a una política popular pudiera reunir a personas que normalmente considerábamos progresistas con políticos de franca tendencia retardataria; ciertamente, con AMLO en la Presidencia, se han polarizado las fuerzas humanistas en el poder y la derecha ha lanzado golpes sistemáticos e iniciado una campaña ciega y obsesiva contra cualquier iniciativa o frase del Presidente.
Es un absurdo histórico lo que quieren hacer los chuchos (ahora sí como sinónimo de perro) de pasar el registro del Partido de la Revolución Democrática al grupo Futuro 21; debemos recordar que el registro del PRD originalmente fue el registro del Partido Comunista Mexicano, y la legalización del Partido Comunista Mexicano a finales de los setenta fue un acto histórico, una meta alcanzada por los activistas mexicanos que luchamos, algunos aún jóvenes y otros de generaciones anteriores, desde la década de 1920.
En aquel entonces, el espectro político de México estaba incompleto porque sólo existían la opción gubernamental del PRI y las de derecha, el sinarquismo, el Partido Acción Nacional y un debilitado PPS; los procesos electorales eran una verdadera caricatura, y se temía tanto a la izquierda que ni siquiera le daban oportunidad de tener un partido electoral que pudiera competir, aunque fuera con debilidad, contra los poderosos del Partido Revolucionario Institucional.
El PRI tenía todo el poder, toda la fuerza y todos los gobiernos estatales y municipales a su disposición, pero el fantasma del comunismo seguía amedrentándolo, seguía asustándolo y no se atrevía a reconocerle su participación legal en los procesos electorales.
Después de las jornadas del 68 quedó claro que nos mataron, nos derrotaron pero no convencieron al pueblo, pues fue obvio que el reclamo por mayor democracia se había sembrado en el alma de la sociedad mexicana y repetía la necesidad del reconocimiento de todas las opciones ideológicas y políticas, y su participación en los procesos electorales, para permitir a los ciudadanos elegir por la mejor opción.
Lograr el registro del Partido Comunista Mexicano en medio de la fortaleza y la invencibilidad del PRI fue una gran paletada de concreto para fortalecer el débil edificio de la democracia, y a quien primero benefició esto fue al Partido Acción Nacional, porque el llamado a los ciudadanos a votar fue un mensaje dirigido a aquellos que habían estado siempre convencidos de que era imposible vencer al PRI, a dar valor a su voto y acudir a las urnas a emitirlo en favor de quien en aquellos momentos tenía la mejor estructura, la mejor política y la mejor campaña electoral como alternativa al tricolor; en aquel entonces ese era el PAN.
El Partido Comunista Mexicano existió oficialmente entre 1919 y 1981, aunque con varios periodos intermedios, fluctuando entre el registro legal y la clandestinidad; tuvo su registro entre 1922 y 1929, de 1935 a 1951 y a partir de 1978; fue la existencia del Partido Comunista Mexicano, después PSUM y finalmente PMS, lo que permitió que el Partido de la Revolución Democrática participara en las elecciones de 1989, apenas un año después de la gran hazaña electoral de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. Fue el registro del Partido Comunista lo que permitió que se siguiera cultivando rápidamente el cambio democrático en este país; por eso es aberrante que ahora la nata de la corrupción destruya el legado que costó tanto a las masas mexicanas
Después de haber vivido lo difícil que fue para Morena reunir todos los requisitos y las exigencias de los institutos electorales para reconocer que era una fuerza nacional política merecedora de su reconocimiento como partido, advierto lo importante que resultó para nosotros, al momento de fundar el PRD, que existiera el registro del Partido Comunista y el logro que representó para las fuerzas de izquierda, donde varios murieron víctimas de las armas gubernamentales.
Ese registro significó un resultado para una increíble cantidad de esfuerzos dirigidos a tener una opción electoral para quienes pensamos diferente, y no puede ser utilizado ahora para fortalecer a los dirigentes políticos más nefastos, cínicos y oportunistas que han participado en los últimos procesos electorales del país; algunos de ellos tuvieron un reconocimiento ciudadano o académico, pero acabaron engañados por el canto de las sirenas del poder.
¿Qué le pasó a los que quedaron al final con la responsabilidad de mantener al PRD como una opción de centro izquierda para el electorado? ¿Por qué han sido capaces de destruir el legado histórico que tenían en sus manos de mantener la opción y la posibilidad de seguir luchando y oponiéndose a Andrés Manuel López Obrador como una opción democrática? En ellos confiamos, en nuestra juventud y nuestra madurez, para la fundación del Partido de la Revolución Democrática.
Por eso, cuando veo a Jesús Ortega y a Silvano Aureoles regalando o vendiendo el registro del PRD a tipos como Gabriel Quadri, Demetrio Sodi, Purificación Carpinteyro, José Narro, Tere Vale y Beatriz Pagés, entre los aplausos del PAN y de la irracional oposición al Presidente, cuando los veo a todos juntos lanzándose contra los programas reivindicadores de los más humildes de México, sólo puedo imaginar que pertenecen al Partido Todos Corruptos Anti Morena, el ToCAM.
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