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Rubén Martín

25/08/2019 - 12:04 am

La 4T y el saqueo extractivista en México

Pero no hablamos sólo del pasado. El saqueo de las riquezas de América Latina y de México continúa, ahora bajo el neocolonialismo extractivista.

qué Pasaría Si De Un Momento a Otro México Dejara De Extraer Oro Y Plata En Todas Sus Minas Nada Foto Cuartoscuro

Desde su violenta incorporación al sistema-mundo mercantil europeo mediante la Conquista, los territorios que ahora nombramos México siempre han sido una rica fuente de recursos para el desarrollo del capitalismo. Para nadie es un secreto la importancia que tuvo para la Corona española, y para toda Europa, la plata y el oro extraídos de las minas mexicanas durante 300 años. En los tratados de historia económica queda consignado cómo las riquezas extraídas de México fueron claves para la consolidación del capitalismo.

El italiano Carlo Cipolla muestra cómo la motivación de la Conquista se revelaba en la sed de oro. “La palabra ‘oro’ regresa de continuo con obsesiva insistencia en las anotaciones del almirante genovés (Cristóbal Colón). En los decenios sucesivos los conquistadores españoles demostraron estar dominados y motivados por la misma pasión obsesiva. Nada parecía interesarles fuera del oro, y para apropiarse de él se mostraron capaces de cualquier sacrificio, así como de cualquier infamia. Para conseguir información acerca de la existencia de tesoros no dudaron en torturar y asesinar a decenas de miles de indígenas (Cipolla, Conquistadores, piratas, mercaderes. La saga de la plata española, FCE, 1999: 12).

Eduardo Galeano cuenta en su clásico libro Las venas abiertas de América Latina (Siglo XXI, 1987), que entre 1503 y 1660  llegaron a España 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, que representaban tres veces más el total de las reservas monetarias europeas. Ese era el tamaño de la riqueza que llegaba a Europa, ese era el tamaño del saqueo colonial en América Latina. Con propiedad, Eduardo Galeano dice: “Los metales arrebatados a los nuevos dominios coloniales estimularon el desarrollo económico europeo y hasta puede decirse que lo hicieron posible”.

Pero no hablamos sólo del pasado. El saqueo de las riquezas de América Latina y de México continúa, ahora bajo el neocolonialismo extractivista. Únicamente entre los años 2000 y 2018, se ha extraído cinco veces más oro de las minas mexicanas, que todo el oro extraído durante la Colonia. Los datos son de Francisco Reynoso de Fundar, una sociedad civil que lleva cuatro años publicando un anuario sobre el extractivismo en México, especialmente de las industrias minera y de hidrocarburos.

Después de una pausa en la segunda mitad del siglo XX, la industria minera volvió a convertirse uno de los negocios más rentables para los inversionistas privados en el periodo neoliberal. Bajo la justificación de que las inversiones de esta industria llevan progreso y desarrollo a las regiones donde se desarrollan las explotaciones, amplios territorios del país se han concesionado a las corporaciones mineras. A cambio, se han detonado cientos de conflictos sociales y causado enormes consecuencias ambientales en las comunidades aledañas a las explotaciones mineras.

¿Qué pasaría si de un momento a otro México dejara de extraer oro y plata en todas sus minas? Nada. Eso responde Beatriz Olivera, también de Fundar, y una de las redactoras del informe. Los integrantes de este organismo no gubernamental llegan a esa conclusión porque cuestionan los aportes que las industrias extractivas hacen a las finanzas, al empleo y el desarrollo del país.

En el informe sobre extractivismo de este año, Fundar revela que los ingresos petroleros disminuyeron 42 por ciento en el sexenio anterior (al pasar de 33 por ciento de aportación a los ingresos fiscales a 19 por ciento), la producción disminuyó 28 por ciento, pero el precio de la gasolina aumento 77 por ciento.

En el caso de la minería, la cámara del ramo suele inflar las aportaciones que dicha industria hace a la economía y las comunidades donde lleva a cabo sus actividades.

Pero sus aportes son falsos, según el anuario del extractivismo de Fundar. Por un lado, su aporte al empleo es una falacia. Beatriz Olivera sostiene que las industrias extractivas apenas aportan 131 mil 434 empleos permanentes.

Además, Fundar encontró que “en el caso de los centros productores de plata, casi 60 por ciento de la población está en pobreza; 30 por ciento no cuenta con servicios básicos en la vivienda; y una de cada tres personas no cuenta con ingresos suficientes para acceder a la canasta básica alimentaria”.

Y sobre las contribuciones fiscales de una industria que llega a tener ventas por casi 300 mil millones de pesos anuales, son mínimas. En 2017 apenas aportó 0.9 por ciento de los ingresos tributarios totales, según un estudio de la Cámara de Diputados.

Por estas razones, Fundar pidió al Gobierno federal de la autodenominada Cuarta Transformación, prohibir el fracking, y retirar el carácter de “utilidad pública” y por lo tanto, preferente que tiene la minería, según el artículo sexto de la Ley Minera.

Esta es una exigencia fundamental para la defensa de los territorios y derechos de comunidades indígenas y núcleos agrarios que se ven afectados por esta legislación neoliberal impuesta en la Ley Minera, que prioriza actividades de extracción por encima de las tareas para la reproducción de la vida de pueblos y comunidades.

El actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho en varias ocasiones que el neoliberalismo se ha acabado en México. Si fuera congruente con sus palabras, al menos debería dar pasos firmes para desmontar el extractivismo, que tan caro ha resultado para la sociedad mexicana.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]
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