En un principio, la aplicación señalaba que el tiempo de traslado constaba de 15 minutos desde la Central del Norte hasta Polanco; sin embargo, los minutos transcurrían: 20, 30, 40 minutos y Brenda no llegaba a su destino. De hecho, nunca lo haría. Cuando se percató, el automóvil se encontraba al otro lado de la ciudad, circulaba hacia Ecatepec.
Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).- El pasado viernes, al filo de la medianoche, Brenda arribaba a Central del Norte, proveniente de León, Guanajuato. Había solicitado un Uber que habría de trasladarla a un restaurante en la avenida Presidente Mazarik, en Polanco… sin imaginar lo que estaba por vivir: el conductor habría intentado secuestrarla.
En entrevista para el Heraldo de México, Brenda narró la pesadilla que vivió aquella medianoche del viernes 16 de agosto. Aquí cómo sucedieron las cosas:
Brenda abordó el Uber y después de unos minutos, notó una actitud un tanto extraña en el conductor. Éste le pedía que reiniciara la aplicación en su teléfono celular, pues estaba presentando algunas fallas. También argumentó que el asiento trasero estaba mojado, y que un pasajero se había orinado horas antes. Por ello, Brenda decidió sentarse en el lugar del copiloto. Todo estaba saliendo a la perfección… para el chofer.
En un principio, la aplicación señalaba que el tiempo de traslado constaba de 15 minutos desde la Central del Norte hasta Polanco; sin embargo, los minutos transcurrían: 20, 30, 40 minutos y Brenda no llegaba a su destino. De hecho, nunca lo haría.
Brenda desconoció el trayecto, no se parecía en nada a la transitada capital. Por el contrario, un camino oscuro y letreros que decían Pachuca. Entonces decidió contactarse con un amigo, que era el que venía monitoreando la ruta de la joven.
Cuando Brenda y su amigo se percatan de que el Uber estaba en un sentido totalmente opuesto a su destino, concretamente en Ecatepec, Estado de México, le ordenaron al chofer darse la vuelta y regresar. «Cabrón, te estoy siguiendo, regrésate adonde vas», le dijo el amigo por el altavoz del celular al chofer. «No te hagas pendejo, regrésate», agregó ante las excusas del sujeto.
Tras las amenazas del amigo, el conductor dio la vuelta y regresó por el mismo camino. Este quiso ver su teléfono y Brenda le respondió que no, que la llevara a su destino. «Ya valiste madre, pendeja, avienta el teléfono», le dijo el agresor, sacó el arma y le apunto a la cabeza.
En ese momento, comenzaron a forcejear, ella se tomó del volante fuertemente para hacer que el chofer perdiera el control del vehículo; en efecto, el coche se estrelló. Brenda no supo si fue con una piedra o el muro de contención, ella intentó salir del auto pero el sujeto la tomaba del cabello y la regresaba al interior del automóvil.
Finalmente, Brenda logró escapar, cayó por un barranco o zanja, se levantó y comenzó a correr en sentido contrario en el que huía el Uber, que se había echado en reversa. Debido a la oscuridad del lugar, la joven no lograba distinguir en qué lugar se encontraba.
Brenda corría y gritaba con todas sus fuerzas para que alguien la auxiliara. transcurrían los minutos hasta que un tráiler pasó por el lugar, pero no logró verla y se siguió de largo. Entonces otro vehículo Uber pasó por el sitio y se detuvo a ayudarla. Se portó muy amable -dice Brenda-, encendió las luces altas para buscar el celular que el agresor había lanzado por la ventana, mas no tuvo éxito.
De pronto, otro vehículo llegó al lugar para inspeccionar la zona, encendió una torreta, era una patrulla. De ella descendieron tres agentes y Brenda les contó lo ocurrido. Buscaron el teléfono celular hasta encontrarlo y así ella se pudo comunicar con sus amigos, que ya habían salido a buscarla.
Uber México informó que dio de baja al chofer que fue denunciado por secuestro, asalto e intento de asesinato.