Sombras en la caverna es una novela con muchas referencias. Reúne lo mejor de las grandes distopías. El régimen del Adalid recuerda a ese afán por convertir a un líder en eterno que se presenta en la novela 1984 (1948, George Orwell) y el sistema económico cerrado, así como el control de la natalidad nos recuerda a Un mundo feliz (1932, Aldous Huxley). Además, existen otras grandes referencias que nos acercan a novelas más actuales como la trilogía de Los juegos del hambre (2008, Suzanne Collins) y Divergente (2011, Verónica Roth), en las que la sociedad está dividida en facciones y el poder se vale de la espectacularización para mantener el orden. Si eres fan de estos libros, Sombras en la caverna debe estar en tu colección de novelas favoritas.
Por Sara Aranda Martínez
Ciudad de México, 17 de agosto (Culturamas).– Manuel Amaro Parrado es licenciado en Ciencias Matemáticas y en Ciencias y Técnicas Estadísticas. Actualmente ejerce como profesor. Es miembro del colectivo Killer Toons donde colaborado como guionista de cómics y corrector de contenidos. Ha escrito numerosas novelas entre las que destacan Fobos (2009) y Dioses y corderos (2016).
Fauno Rohen es ejecutor del Adalid. Trabaja para mantener el orden de La isla, un feudo autosuficiente con un sistema político y económico cerrado en el que todos conocen su posición y en el que la riqueza se reparte de forma justa. El Directorio es el encargado de mantener a flote este duro régimen a través del control de la natalidad y de imponer el respeto al eterno Adalid, Karl Keops.
Sin embargo, algo amenaza con acabar con el equilibrio. Madre, un desconocido terrorista, comete numerosos atentados atacando, no solo físicamente al régimen, sino alterando los ideales de las urbes. Fauno, como uno de los ejecutores más reconocidos de La isla, será el encargado de mitigar este ambiente de revuelta junto a su hermano Hermes. Pero su fidelidad y su manera de entender las cosas se verá alterada al conocer a Landers, un niño que le trae dolorosos recuerdos de su infancia.
Sombras en la caverna relata la historia de un presente distópico, en el que todo está controlado por el Adalid, presentado como un dios ante el pueblo. Venerado y mitificado como eterno todos le deben respeto. Nadie ha conseguido huir de La isla. Solo conocen aquello que desde pequeños les han inculcado y mientras que unos se conforman, otros quieren cambiar las cosas.
La evolución del personaje de Fauno Rohen está muy bien desarrollada. El autor se inspira directamente del Mito de la caverna de Platón para construirlo. En un principio Fauno está cegado por los ideales que desde pequeño le han enseñado, es fiel al régimen y hace cualquier cosa para protegerlo. Sin embargo, Landers rompe sus cadenas y le muestra un mundo más allá del que conoce, le da la oportunidad de salir de la cueva en la que se encuentra. Una vez fuera, su contacto con Madre y la transmisión de sus ideales hacen que Fauno sea incapaz de volver a esa cueva de la que tanto le costó salir.
El autor cede el protagonismo a tres personajes. Si bien el narrador es omnisciente, alterna entre Fauno, Landers y Hermes para narrar su punto de vista, sus sensaciones y sospechas. Algo totalmente necesario para comprender el transcurrir de los hechos. Otro personaje importante es el de Lora, la hermana de Landers. Cuando Fauno y ella se conocen parece que todo va a desembocar en un romance prohibido, sin embargo, el autor no cae en clichés, algo que se agradece. Sombras en la caverna es una novela de amor propio, autoconocimiento y sacrificio.
El desarrollo de la trama está muy cuidado, consigue volverse impredecible y adictivo. Una lectura fácil pero muy elaborada. Un libro que consigue transmitir esa necesidad de ser abierto, de aceptar otras ideas, otros mundos. Sin lugar a duda, el final es lo que hace que esta novela sea única. Inesperado, emocionante. Todos los pequeños detalles que durante la lectura parecían insignificantes son los que hacen que la historia de Fauno y Landers acabe por todo lo alto.
Sombras en la caverna es una novela con muchas referencias. Reúne lo mejor de las grandes distopías. El régimen del Adalid recuerda a ese afán por convertir a un líder en eterno que se presenta en la novela 1984 (1948, George Orwell) y el sistema económico cerrado, así como el control de la natalidad nos recuerda a Un mundo feliz (1932, Aldous Huxley). Además, existen otras grandes referencias que nos acercan a novelas más actuales como la trilogía de Los juegos del hambre (2008, Suzanne Collins) y Divergente (2011, Verónica Roth), en las que la sociedad está dividida en facciones y el poder se vale de la espectacularización para mantener el orden. Si eres fan de estos libros, Sombras en la caverna debe estar en tu colección de novelas favoritas.
