Cuando Gianni Infantino anunció que doblará la cuantía de los premios (de 30 a 60 millones de dólares) para el próximo Mundial femenino, Megan Rapinoe subrayó que el órgano rector del futbol incrementará la desigualdad, puesto que la cita mundialista masculina de 2022 entregará 440 millones de dólares -40 más que en 2018-.
Por Lucía Santiago
Madrid, 8 de julio (EFE).- «¡Igualdad salarial, igualdad salarial!» gritaron los aficionados estadounidenses tras ver a su selección femenina de futbol proclamarse en Lyon (Francia) campeona del mundo por cuarta vez.
Se posicionaron, de ese modo, al lado de sus jugadoras en la batalla legal que mantienen con su federación desde el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Con una demanda colectiva, que se resolverá finalmente a través de una mediación, las futbolistas reclamaron una remuneración pareja a la de los futbolistas. Son ellas el motor de su federación de futbol, tetracampeonas del mundo y de los Juegos Olímpicos. Cobran, sin embargo, menos que ellos.
La demanda fue la forma de expresar su hartazgo. El mismo sentimiento se palpa en otros países.
La actual Balón de Oro, Ada Hegerberg, mantiene su renuncia a competir con la selección noruega por no existir un trato igualitario. La brasileña Marta Vieira jugó en Francia con una botas teñidas de negro, sin ninguna marca comercial, y el símbolo de igual para reclamar «respeto» hacia la mujer «en el futbol y en la vida».
La estadounidense Megan Rapinoe es también un ícono reconocible de la lucha feminista, activista LGTBI y azote de Donald Trump. En realidad, se mueve en contra de todo aquello que considera injusto.
«Si realmente la FIFA se preocupa por el juego de hombres y mujeres de igual manera, ¿por qué está dejando que la brecha crezca?», se revolvió la jugadora del Seattle Reign en la rueda de prensa previa a la final de la Copa del Mundo entre las selecciones de Estados Unidos y Países Bajos.
Y es que, cuando Gianni Infantino anunció que doblará la cuantía de los premios (de 30 a 60 millones de dólares) para el próximo Mundial femenino, Rapinoe hizo su propio análisis.
Subrayó que el órgano rector del futbol incrementará la desigualdad, puesto que la cita mundialista masculina de 2022 entregará 440 millones de dólares -40 más que en 2018-.
«Todas las jugadoras en este Mundial han dado el mayor espectáculo», reivindicó la Bota y el Balón de Oro del certamen. «Ahora la conversación nos tiene que llevar al siguiente nivel. ¿Qué viene ahora? ¿Cómo van a apoyarnos? Las mujeres, en todo el mundo, queremos continuar adelante», convino Rapinoe.
Su proclama viene avalada por los datos que dejó este Mundial, «el mejor de la historia», según palabras de Gianni Infantino.
La audiencia global ha superado los mil millones de telespectadores y la ocupación media de los estadios ha sido del 74.57 por ciento, con más de un millón 160 mil entradas vendidas. Sobre el césped, las futbolistas cumplieron asimismo con lo prometido, elevando el nivel de su juego y seduciendo al mundo.
Su impacto fue tal que la primera camiseta de la selección femenina de los Estados Unidos es la más vendida de la historia en Nike.com en una misma temporada, superando a equipos masculinos.
«Es impresionante tener esta exposición durante una Copa del Mundo. Estos grandes momentos nos dan grandes picos de visibilidad, pero espero que esta vez nos quedemos arriba. Espero que seamos capaces de capitalizar este momento y que a una gran subida no le siga una gran bajada», deseó Rapinoe.
La carismática futbolista estadounidense, quien permanece inmóvil durante el himno en señal de protesta, cantó incluso una canción de ABBA para reclamar «dinero, dinero, dinero» a la FIFA, las federaciones, los patrocinadores y las televisiones.
En Estados Unidos están escuchando sus súplicas. La ESPN y la NWSL anunciaron un acuerdo para lo que resta de temporada. Budweiser se sumó con un acuerdo de patrocinio multi-anual.
La tendencia se repite en Europa, al abrigo de los clubes masculinos. El Real Madrid fue el último en anunciar su entrada en la competición femenina. El gigante blanco hará a partir de 2020, presumiblemente, más grande la disciplina.
Es lo que pretenden desde hace un tiempo el Olympique de Lyon, el Barcelona, el Manchester City, el Chelsea, el Wolfsburgo, el Arsenal o el París Saint-Germain. Sudamérica quiere participar igualmente del estallido de la disciplina. Así lo demostraron los aficionados con su apoyo a las selecciones de Argentina, Brasil y Chile durante esta Copa del Mundo. África, Asia y Oceanía serán parte asimismo de ese futuro. Las futbolistas llaman a la acción.