Según las indagaciones, las estafas de este joven se cometían por la venta de productos de electrónica, como consolas y teléfonos móviles, en tiendas electrónicas fraudulentas, por medio de páginas web copiadas de otras legales y de prestigio. Estas falsas páginas duraban poco, a veces solo un fin de semana para desaparecer rápidamente sin dejar rastro.
Madrid, 5 jul (EFE).- Las fuerzas de seguridad han detenido al que consideran mayor estafador de España en internet, un joven de 23 años, escurridizo y violento, que llegaba a manejar ingresos de hasta 300 mil euros mensuales (cerca de 340 mil dólares) y dirigía un grupo criminal.
En el momento de la detención, planeaba «la estafa del siglo», pues preparaba la infraestructura necesaria de cuentas bancarias, teléfonos y webs fraudulentas para obtener un millón de euros en el próximo viernes de grandes descuentos comerciales («Black Friday»).
El arrestado está relacionado con otros 45 detenidos por fraudes cometidos en la red, con dos mil 400 víctimas, según informó este viernes la Guardia Civil española.
El cabecilla y otros dos dirigentes de la organización están ya en prisión por orden de un juzgado de Requena (Valencia, este).
Según las indagaciones, las estafas se cometían por la venta de productos de electrónica – videoconsolas y teléfonos móviles principalmente – en tiendas electrónicas fraudulentas, por medio de páginas web copiadas de otras legales y de prestigio.
Estas falsas páginas duraban poco, a veces solo un fin de semana para desaparecer rápidamente sin dejar rastro. Pero ese poco tiempo, y con una intensa campaña de publicidad y ofertas atractivas, lograban captar a muchos compradores.
Los agentes rastrearon 30 tiendas diferentes gestionadas por el cabecilla y sus colaboradores, que captaban a los potenciales clientes en portales de compraventa y los «redirigían» a sus páginas fraudulentas.
Los agentes persiguieron al joven casi un año, pero se cree que al menos llevaba tres años cometiendo estafas. La que más utilizaba era el pago del producto elegido por transferencia bancaria.
Para ello, contaba con numerosas cuentas a nombre de personas jóvenes a las que captaban a cambio de algunas significativas cantidades de dinero por facilitar sus datos.
Tomaba «exageradas» medidas de seguridad, según la Guardia Civil. Así, usaba distintas identidades, no llegaba a residir nunca más de una semana en el mismo domicilio y habitualmente elegía hoteles y apartahoteles de Madrid y de localidades próximas.
Si alguien lo traicionaba, publicaba el número de teléfono de esa persona como si fuera un estafador e, incluso, llegaba a pagar a otros para que le pegaran una paliza.