En un multitudinario evento en el Zócalo de la Ciudad de México con motivo del primer aniversario del triunfo electoral que lo llevó a la Presidencia, López Obrador hizo un recuento de los principales logros económicos de su administración. «Para los siete meses que lleva y con tanto enemigo, ha hecho mucho. No está solo: nos tiene al pueblo», comentó Fernando, de 93 años, uno de los asistentes al festejo.
Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).- «Muy bien, muy bien», contestaba Fernando, 93 años, a cada acción gubernamental enumerada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su Informe de Actividades para celebrar el primer aniversario del triunfo electoral que lo llevó a la Presidencia.
La lluvia que hizo bailar a paraguas e impermeables durante el show de Margarita la Diosa de la Cumbia y la Banda Sinfónica de Tlaxiaco, se había ido. El cielo se despejó para continuar con el festejo.
–Nos va a dejar mejor –le respondió Ismael.
–Ahora hay que organizarnos para que prosiga después de los seis años, que se prolongue su mandato –agregó Fernando, oriundo de, dijo, Tenochtitlán (la Ciudad de México) y beneficiario de la pensión gubernamental.
–No se puede –le aclaró su compañero.
–No, no, ¡cambiamos la ley! Somos el pueblo. (…) ¡Bravo!, ¡bravo! Es cierto, es cierto –concedía al Presidente, parado desde la Plaza de la Constitución con una plancha del Zócalo repleta de mexicanos.
«Para los siete meses que lleva y con tanto enemigo, ha hecho mucho. No está solo: nos tiene al pueblo», comentó Fernando a este diario digital.
A unos metros y más cerca del templete, Eulalio, de 94 años, esperó sentado en la zona de sillas desde el mediodía. También beneficiario de la pensión bimestral de 2 mil 250 pesos, se dijo lopezobradorista «de hueso colorado». Mostró su credencial de afiliación a Morena en la Ciudad de México.
PROTESTAS EN MEDIO DEL FESTEJO
Un muñeco inflable de unos tres metros del Presidente Andrés Manuel López Obrador, con banda presidencial, bailaba movido por el viento en una esquina del Zócalo de la Ciudad de México frente a Palacio Nacional.
Al otro extremo, diversos puestos ofrecían pejeluches, gorras, playeras, llaveros; todo de la marca Morena o del ganso, el símbolo de la Cuarta Transformación.
En medio, entre miles de simpatizantes con banderas y aplausos de invitados del Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Chiapas, Tabasco, Guerrero y otros estados traídos por los Servidores de la Nación, también había protestas.
Docentes del programa de prepa en línea de la SEP a nivel nacional reclamaron seis meses sin pago y mejores condiciones laborales; vecinos de Chimalhuacán, Estado de México, exigieron pagos justos tras recibir de la CFE tarifas de luz altísimas; bomberos de la Ciudad de México pegaron mensajes contra su líder sindical Ismael Figueroa Flores, señalado de venta de plazas y acoso sexual; y un letrero exigía un alto a los «magistrados corruptos».
Pero un cuadro con la imagen del mandatario contrastaba entre la multitud. Lo pintó Isabel, quien hace 30 años migró a Los Ángeles, California, por el salario bajo como maestra de arte.
«Es tiempo de regresar a mi país», aseguró. «Admiro a Andrés Manuel. Ha acabado con el huachicol y apoya a gente pobre. Me encanta».