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Martín Moreno-Durán

26/06/2019 - 12:05 am

AMLO vs. Slim: el origen del conflicto

A AMLO no se le olvida el 2006. Hombre de rencores, político que utiliza el discurso del agravio y del odio para seguir dividiendo a los mexicanos como estrategia para mantener su fuerza rumbo a la estratégica elección intermedia del 2021, no pretende soltar a Carlos Slim. Lo quiere derrotado.

a Amlo No Se Le Olvida El 2006 Hombre De Rencores Político Que Utiliza El Discurso Del Agravio Y Del Odio Para Seguir Dividiendo a Los Mexicanos Como Estrategia Para Mantener Su Fuerza Rumbo a La Estratégica Elección Intermedia Del 2021 No Pretende Soltar a Carlos Slim Foto Presidencia Cuartoscuro

+ 2006: nacionalizar a Telmex

+ 2019: debilitar a Telmex

Para muchos, pasó desapercibido o simplemente no le dieron la importancia suficiente: López Obrador sostuvo una video llamada con uno de los genios de las redes sociales, Mark Zuckerberg – fundador de Facebook y accionista de WhatsApp e Instagram-, con un propósito, según reveló el propio AMLO: “Cumplir el compromiso de que haya internet para todos”.

¿Qué significado tiene, en el fondo, esta acción de AMLO que no fue una casualidad ni mucho menos una de sus tantas ocurrencias y puntadas?

Pues significa, nada menos, que una embestida del Presidente de México en contra del empresario más poderoso del país, uno de los más influyentes del mundo y ubicado entre los más ricos del planeta: Carlos Slim Helú.

Para entenderlo mejor, debemos remontarnos a los días previos y posteriores que enmarcaron la elección presidencial del 2006. El 31 de mayo del 2007, en mi columna “Archivos del poder” del diario Excélsior, titulada “Derecha e izquierda”, escribí:

“Lo primero que haré cuando llegue a Los Pinos, será nacionalizar Telmex, Televisa y Cemex, amenazaba Andrés Manuel López Obrador días antes de la elección presidencial que perdió….”.

Eso lo dijo AMLO como candidato presidencial en 2006, al reunirse en privado con un grupo de selectos empresarios. Mi columna jamás fue desmentida.

Desde entonces, Andrés Manuel ya planeaba debilitar al emporio telefónico de Slim mediante una decisión radical: estatizar sus operaciones. Un tanto, por concepción político-ideológica. Otro tanto, por rencillas políticas: Slim había sido el gran beneficiado durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari con la privatización de Telmex. Salinas, el enemigo histórico de López Obrador. En aquellos años, la herida estaba más abierta y la sangre aún corría. Cobrársela a Slim significaba cobrársela a Salinas. Así lo veía AMLO.

Pero el tabasqueño no llegó a la Presidencia. Llegó Felipe Calderón.

Y en 2012, Peña Nieto le ganó la elección a AMLO.

Pero ahora, 13 años después y ya en Palacio Nacional, Andrés Manuel no quita el dedo del renglón: de una u otra forma, va por Telmex y por Slim.

Sin embargo, sabe que en este 2019, la palabra “nacionalizar” ahuyentaría a los inversionistas, asustaría a los capitales y enviaría señales negativas a los mercados; además, no sería bien evaluada por millones de mexicanos que, sin duda, recordarían los tiempos del echeverrismo y del lopezportillismo, detonadores de una de las crisis económicas más dolorosas de la historia, con un Estado obeso, omnipresente y enemigo del sector privado. Sería darse un balazo en el pie.

¿Qué hacer, entonces, para neutralizar a Carlos Slim?

Pues combatirlo con la ayuda de otro peso completo del mercado mundial: Zuckerberg.

¿Cómo hacerlo? Desplazándolo del mercado del internet, bajo la bandera de tener un servicio “para todos” que, en el fondo, solo sería el pretexto para mermar la influencia y la capitalización de Slim en el mercado interno y, como una reacción en cadena, también en lo externo.

A AMLO no se le olvida el 2006. Hombre de rencores, político que utiliza el discurso del agravio y del odio para seguir dividiendo a los mexicanos como estrategia para mantener su fuerza rumbo a la estratégica elección intermedia del 2021, no pretende soltar a Carlos Slim. Lo quiere derrotado.

Y más:

Carlos Slim fue el principal damnificado por la cancelación del NAIM Texcoco, y expresó públicamente su rechazo a esta medida tomada por López Obrador: “Cancelar el proyecto de Texcoco, significa detener el crecimiento del país”, advirtió Slim. (El Universal. Carla Martínez. 31/10/2018). Esta declaración no le gustó a AMLO, y se la guardó a Slim.

“(Slim) ha expresado su interés de terminar su vida empresarial…eso fue lo que me ofreció, que quiere retirarse y quiere hacerlo en este sexenio…”, dijo AMLO en marzo pasado.

Es decir: AMLO jubilando a Slim.

*****

¿AMLO y Slim eran amigos?

Tal vez. Sólo tal vez.

Pero en política no hay amigos. Hay intereses.

Y si Carlos Slim hizo dueto con AMLO desde 2001, cuando el tabasqueño era Jefe de Gobierno capitalino y Slim aceptó ser cabeza del Comité Ejecutivo del Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico, fue, sí, porque ambos tenían una buena relación personal. Sin embargo, a los dos les convenía rescatar al CH.

A Slim, por cuestiones estrictamente empresariales.

A AMLO, por cuestiones de futuro político y de imagen.

Ambos se necesitaban entre sí. Se buscaron. Y se utilizaron.

Después llegó el 2006, con un López Obrador ensoberbecido y confiado en demasía porque todas las encuestas lo daban como ganador de la contienda electoral, y antes de aquel 2 de julio tormentoso, ya anunciaba en privado la nacionalización de Teléfonos de México. Se daba como ganador. Pero se le atravesó Calderón.

Y ya en 2018-2019, ocurrió el encontronazo con Slim por la cancelación del NAIM Texcoco, donde el poderoso empresario era uno de los accionistas principales.

Inclusive, se reveló que desde octubre del 2018, Slim le pidió al entonces Presidente electo que no cancelara el NAIM Texcoco, e inclusive ofreció asumir su construcción si se lo entregaba al sector privado mexicano. De acuerdo al medio estadounidense Bloomberg, Slim envió una carta personal a AMLO. En ella, le propuso incluir en las operaciones del aeropuerto de Texcoco al de Toluca.

Pero AMLO ignoró a Slim. Ni siquiera le respondió.

Aún más:

López Obrador expresó en privado su molestia por la carta de Slim, a la cual tomó como un desafío a la cancelación de Texcoco. Así, la semana pasada llegó la respuesta de AMLO: amagar a Slim con la llamada a Mark Zuckerberg.

Le quiere abollar el internet.

*****

Sobre este tema, le tenemos malas noticias a López Obrador: su propuesta a Zuckerberg no tendría el efecto deseado.

“La inviabilidad del proyecto, según expertos, radica en la imprecisión de los datos de población y de territorios desconectados, además de que no existe una estrategia definida para desarrollarlo, lo que genera mucha incertidumbre; resultaría altamente costoso, incluso superando los 7 mil millones de dólares destinados en la Red Compartida…Hace cuatro años, Facebook intentó llevar internet a países en desarrollo mediante una aplicación móvil llamada Free Basics. Tiempo después, su propuesta fracasó…” (El CEO. Itzel Castañares y Marisol Morelos. 21/Junio/2019).

Para los especialistas, la oferta de AMLO a Zuckerberg no resulta atractiva.

Zuckerberg tampoco querría comprar pleito contra Slim. Sabe que los presidentes se van, y los empresarios se quedan.

Y nadie está peleado con su dinero.

TW: @_martinmoreno

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Martín Moreno-Durán
Periodista. Escritor. Conductor radiofónico. Autor de los libros: Por la mano del padre. Paulette, lo que no se dijo. Abuso del poder en México. Los demonios del sindicalismo mexicano. El Derrumbe Retrato de un México fallido. El Caso Wallace. 1/Julio/2018: Cambio Radical o Dictadura Perfecta, y de la novela Días de ira.
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