El nocaut técnico del séptimo round alteró radicalmente el panorama en la división más emblemática del boxeo y de la noche a la mañana transformó a Ruiz, hijo de inmigrantes que se crió en la frontera con México, en ídolo de mucha gente con ancestros mexicanos.
Por Russell Contreras y Deepti Hajela
ALBUQUERQUE, Nuevo México, EE.UU. (AP) — El público abucheó cuando las pantallas gigantes del Madison Square Garden mostraron la imagen regordeta del desafiante Andy Ruiz Jr. caminando hacia el cuadrilátero para enfrentar al carismático y buenmozo campeón de los pesos pesados Anthony Joshua.
Pero en las casas y bares del sudoeste de Estados Unidos, los mexicano-estadounidenses como Aaron y Patrick Pico, de Albuquerque, Nuevo México, aclamaron al retador, a pesar de que tampoco ellos pensaban que tenía la más mínima posibilidad de destronar al monarca.
El nocaut técnico del séptimo round, no obstante, alteró radicalmente el panorama en la división más emblemática del boxeo y de la noche a la mañana transformó a Ruiz, hijo de inmigrantes que se crió en la frontera con México, en ídolo de mucha gente con ancestros mexicanos.
“Algo me dijo que había que ver esta pelea”, comentó Pico. “Me alegro de haberlo hecho. Me hizo sentir orgulloso. Él tuvo una infancia parecida a la mía”.
En las redes sociales, en gimnasios y en asados, mexicanos con una arraigada cultura pugilística dicen que se ven a sí mismos en Ruiz y que su triunfo derriba estereotipos sobre los hispanos así como nociones acerca del aspecto físico de los deportistas. Mientras que los expertos y buena parte del público ridiculizaron a Ruiz por su barriga y pusieron las apuestas 25-1 en su contra, los mexicanos apoyaron a una figura que era un desconocido antes de propinar a Joshua su primer revés como profesional.
La victoria de Ruiz llegó en medio de un ambiente caldeado por la retórica sobre la inmigración y la creciente influencia de los hispanos en la política de Estados Unidos.
“Me conmovió. Y me alegró enormemente”, expresó Matt Sedillo, un poeta mexicano-estadounidense de 37 años que vio la pelea en Los Ángeles. “Nadie le daba una posibilidad, del mismo modo que poca gente nos dio una posibilidad… de nada”.
Boxeadores de origen mexicano como Oscar de la Hoya cosecharon títulos en el pasado, pero en categorías menores. Ningún mexicano de más de 76 kilos (168 libras) había ganado un cetro mundial hasta ahora, según Rudy Mondragón, quien está sacando un doctorado en estudios chicanos en la UCLA y es un estudioso del boxeo.
Gilberto «Zurdo» Ramírez, ex campeón supermediano nacido en México y radicado en Estados Unidos, era el monarca más pesado de origen mexicano todavía activo, de acuerdo con Mondragón. El mexicano Julio César González fue campeón semipesado en el 2003, agregó.
Resta por verse si Ruiz puede conservar su título cuando lo defienda. Probablemente no sea considerado favorito en su próximo combate. El representante de Joshua dijo que el contrato contemplaba una revancha en caso de que el monarca perdiese y que es posible que ambos vuelvan a pelear este año. La gente de Ruiz no ha confirmado si hay otra pelea pactada.
Por generaciones el boxeo ha desempeñado un papel importante en la cultura de los mexicano-estadounidenses y en sus derechos civiles. La película de 1952 The Ring, con Rita Moreno, por ejemplo, sigue las andanzas de un boxeador mexicano-estadounidense que lucha contra el racismo en East Los Ángeles. Rodolfo “Corky” Gonzales, quien llegó a ser líder del movimiento chicano, fue un popular boxeador de Denver antes de iniciar su militancia política.
Durante la campaña presidencial de 1968 Robert Kennedy mencionó en numerosas oportunidades a los boxeadores mexicano-estadounidenses al hablar en Los Ángeles. “Esta semana, un boxeador de origen mexicano, Raúl Rojas, pelea por el campeonato mundial pluma”, dijo Kennedy después de reunirse con el líder sindical César Chávez. “Le deseo lo mejor, pero este país debe asegurarse de que los mexicano-estadounidenses no tienen que sangrar para poder vivir”.
Ruiz cargaba sobre sus hombros con toda esa historia al subir al ring para pelear con Joshua, dijo Mondragón.
Ruiz nació y pasó su infancia en el Imperial Valley de California, que se encuentra frente a la ciudad mexicana de Mexicali. Y dejó en claro el orgullo que siente por su herencia mexicana. Antes de que empezase el combate, en su esquina agitaron banderas de México y Estados Unidos.
Cuando el anunciador Michael Buffer dio los nombres de los jueces “en caso de que esta pelea dure 12 rounds”, el público sonrió ante la idea de que Joshua no acabaría antes con su rival. El que sonrió al terminar el combate, no obstante, fue Ruiz.
Su equipo desplegó otra bandera mexicana detrás suyo cuando Ruiz hablaba con la prensa después del combate y hacía numerosas alusiones a su herencia mexicana, sobre todo cuando se levantó después de ser derribado por Joshua en el tercer asalto. Fue la primera vez que Ruiz tocó la lona en su carrera.
“Tenía que salir a darle, esa es mi sangre mexicana, el guerrero mexicano que llevo adentro”, manifestó.
Cuando se le preguntó en español qué sentía al ser el primer campeón pesado de herencia mexicana, Ruiz se emocionó más todavía.
“No lo creo, no creo que gané, pero gané”, expresó en español. “Me siento muy orgulloso, muy feliz. Hice historia. Todo es posible. Me entrené bien y gané. Soy el primer mexicano campeón del mundo” entre los pesados.
Poco después se propagó el hashtag #MexicanWarrior enTwitter. El caricaturista Lalo Alcaraz pintó una imagen de Ruiz con los colores de la bandera mexicana y las palabras: «Andy Ruiz Jr. Campeón Mundial de los Pesados. Guerrero Mexicano”.
Portales de boxeo y programas deportivos se burlan de Ruiz por su físico. Sedillo sostuvo que algunas críticas son producto de estereotipos acerca de los mexicano-estadounidenses. “Pero, ¿sabes qué? Es el campeón. No hay nada más que decir”.
Ruiz ha cambiado algunas percepciones y los boxeadores de ascendencia mexicana ya no serán catalogados como púgiles de clases bajas, como de la Hoya o Canelo Álvarez, manifestó Mondragón. Además, no tiene el mismo aspecto que campeones mexicano-estadounidenses de artes marciales mixtas como Tito Ortiz, monarca semipesado de la UFC entre el 2000 y el 2003.
“Está cambiando la imagen eurocéntrica de belleza y la gordofobia”, manifestó Mondragón. “Si se le da la oportunidad de defender su título en México, sería algo épico”.
Apenas terminada la pelea, Aaron Pico, de 22 años, artista de artes marciales mixtas, hizo una pausa a los festejos y pensó en la derrota de Joshua. “Ya viví eso. Me noquearon, de modo que me puedo identificar con él”, declaró Pico, de Whittier, California, que se entrena en la famosa Academia Jackson Wink de Artes Marciales Mixtas en Albuquerque.
Acto seguido Pico se puso en los zapatos de Ruiz. Dos días después estaba en el gimnasio, entrenándose. Por momentos cierra los ojos mientras hace sombras, y se imagina una victoria como la de Ruiz en el Madison Square Garden.
Tendrá su oportunidad. El 14 de junio, Pico, un peso pluma con foja de 4-2, se enfrenta al húngaro Adam “The Kid” Borics (12-0) en el mismo escenario donde Ruiz hizo historia.
“Él viene de donde vengo yo”, dijo Pico. “Estaré más motivado que nunca”.