Un siglo después de la “emancipación” se imprimió el libro que trae entre las manos Jesús Burciaga. El calor de Ciudad Juárez no ha podido eliminar las hojas ni la sonrisa del dueño.
Ciudad Juárez, Chihuahua, 4 de junio (SinEmbargo).– Jesús Burciaga lleva cargando un libro enorme en Ciudad Juárez, Chihuahua. Lo presume. Dice que es lo que usa a falta de máquinas del tiempo.
Crónica oficial de las fiestas del primer Centenario de la Independencia es el título del texto. Tiene más de 100 años, 108 para ser exactos. Se imprimió en los Talleres del Museo Nacional en 1911. Su publicación corrió a cargo de Genero García por acuerdo con la Secretaría de Gobernación.
Las hojas ya se le caen. Cinta adhesiva transparente intenta guardar los recuerdos. Las hojas ya se le hicieron amarillas, pero ha logrado mantenerse.
Es “un obsequio a la familia Burciaga de parte de la estimada señorita doña Berta Romo y Taboada”. La entrega ocurrió el 9 de noviembre de 1992, cuando el libro llevaba 81 de maduración.
Entre la familia de Berta Romo y la de Burciaga hubo lazos fuertes de amistad. Tienen fotos que ya se borran con los años, pero que sirven para completar la máquina del tiempo de Jesús.
“El tener este libro de más de 100 años implica mucha nostalgia. Este libro me lleva a recordar cómo fueron las fiestas en los primeros 100 años de emancipación”, dice Jesús Burciaga.
“Las fotografías me recuerdan personas, como el que elaboró la columna del Monumento a Juárez, que es emblemática para esta Ciudad. La lectura de este libro nos muestra la era progresista que se vivió con don Porfirio Díaz y el reconocimiento que tuvo de varias naciones amigas de México, pues vinieron muchas delegaciones de todas partes del mundo que reconocieron los años de progreso”, añade. No lo oculta: es porfirista. Lo dice con orgullo.
“Yo quisiera saber si después de don Porfirio hubo reconocimientos de todos los países al mandatario en turno. Para mí estas son cosas de mucha valía. Las guardo, las leo, las releo y complemento”, dice. Después sonríe.
Lamenta que en 2010 no se haya celebrado como en 1910. Lamenta la guerra fratricida entre mexicanos. Lamenta las heridas de Juárez. Y después se marcha cargando el libro. Lleva más de un siglo entre las manos.