La taberna Swan es uno de los tantos establecimientos que descansan a lo largo del río. Un lugar conocido por las apuestas que los clientes realizan dentro, otro por las peleas disputadas entre sus paredes y uno más por la música que tocan. Pero el Swan es famoso porque ahí se cuentan las mejores historias. Los clientes saben que, si van ahí, es para escuchar o contar alguna anécdota.
Por Andrea Tamayo
Ciudad de México, 21 de mayo (Langosta Literaria/SinEmbargo).– El mundo está hecho de historias. A través de lo que otros nos han contado, lo que otros le contaron a ellos, y lo que les contamos a los demás, es cómo nos relacionamos con nuestro entorno, con la realidad. La historia de las distintas civilizaciones, de nuestro país, de nuestra familia, y la propia, es la manera en que le damos forma a la vida. Las historias que leemos en los libros son parte importante de este conjunto de anécdotas y relatos; crean mundos a través de los que podemos vivir vidas alternas.
“Había una vez una taberna…”, así comienza Érase una vez la taberna Swan, un homenaje que Diane Setterfield realiza a las historias que nos contamos unos a otros. La autora británica sitúa la historia en la parte alta del río Támesis, un torrente de agua que cruza el sur de Inglaterra y que es el escenario principal de esta novela.
La taberna Swan es uno de los tantos establecimientos que descansan a lo largo del río. Un lugar conocido por las apuestas que los clientes realizan dentro, otro por las peleas disputadas entre sus paredes y uno más por la música que tocan. Pero el Swan es famoso porque ahí se cuentan las mejores historias. Los clientes saben que, si van ahí, es para escuchar o contar alguna anécdota.
Una noche en la que Joe, el esposo de la dueña de la taberna, se preparaba para contar una de sus famosas anécdotas, una nueva y emocionante historia comenzó al abrirse una puerta. Un hombre alto, de espalda ancha, y visiblemente herido, entró a la taberna con un bulto en los brazos. Sin poder decir nada, cayó inconsciente.
“¿Acaso podía haber algún lugar en todo el país que fuese más interesante que el Swan de Radcot esa noche? Y además podrían decir: «¡Yo estuve allí!».”
Lo que el hombre cargaba resultó ser una niña pequeña que, al inicio, parecía estar muerta, pero que después despertó. Con este renacimiento surgen incógnitas y confusiones. Tres personas podrían ser los familiares de la pequeña: el caballeroso Robert Armstrong, el adinerado señor Vaughan o la atormentada Lily White.
Esta historia, que comienza en la taberna Swan, dará la vuelta a todos los poblados alrededor del río Támesis. Los distintos clientes de esa noche se encargarán de esparcir la noticia, como si la historia fuera el agua que corre por el río. De esa forma, en las tres personas que buscan a una niña de aproximadamente cuatro años despertará la esperanza de que la pequeña recién llegada al Swan sea su hija o hermana, y con ello, termine su angustia.
Robert Armstrong busca a su nieta, una pequeña de quien no sabía de su existencia hasta que su esposa encontró una carta hecha pedazos en el abrigo de su hijo Robin. En la carta, una mujer parece rogar por la hija de ambos. Armstrong va en búsqueda de la mujer pero sólo encuentra una habitación con un cadáver y la noticia de que su nieta está desaparecida.
El señor Vaughan anhela encontrar a su pequeña hija quien tiempo atrás fue robada de su casa. También tiene la esperanza de que, al encontrarla o saber qué fue de ella, su esposa Helena vuelva a la normalidad y puedan continuar con la vida que siempre deseó con ella.
Por último, Lily White, una joven cuya culpa y tormentos la persiguen en forma de fantasmas provenientes del río. Sólo podrá terminar con su temor y remordimiento cuando encuentre a su hermana pequeña, tiempo atrás desaparecida.
Todas estas historias corren a través del río Támesis y pasan junto a la taberna Swan, lugar en donde la niña de cuatro años podría ser reconocida por alguna de estas personas que anhelan terminar con su dolor y reanudar su vida. Aunque también podría no ser parte de ninguna de estas familias y revelar el misterio de quién es y por qué llegó con Daunt, el hombre que la traía entre sus brazos. Ahí radica el misterio de la taberna Swan.
Diane Setterfield logra una historia cautivadora con personajes profundos y complejos. El misterio entre la niña, los clientes y dueños de la taberna Swan, y las personas que viven alrededor del río son la mezcla idónea para una historia llena de enigmas y magia. Lo único que queda es navegar el río para descubrir cómo desemboca y seguir contándonos historias para construir y reconstruir nuestro mundo.