Los chips a base de vegetales constituyen una nueva moda como aperitivo o incluso para que los niños picoteen «algo de verdura». Sin embargo, no siempre son más sanos que las patatas fritas de bolsa, pese a lo que puede sugerir el aporte de la palabra «vegetal».
Por Jordi Sabaté
Madrid/Ciudad de México, 18 de marzo (ElDiario.es/SinEmbargo).– Los cheetos, los doritos, las lays y las pringles… ahora llega la moda de picotear chips de vegetales. Son una de las últimas sensaciones en snacks e incluso algunos padres los dan a sus hijos como tentempié para que así coman «algo de verde», ya que la ensalada o las hortalizas ni las prueban porque les da pereza masticarlas. La idea que subyace tras las fotos de ricas hortalizas de su bolsa de empacado, y especialmente tras la palabra «vegetales«, es que son muy saludables.
Tanto que han comenzado a sustituir en las bandejas de aperitivos a las tradicionales patatas fritas de bolsa, consideradas muy poco recomendables por su alto porcentaje de grasa y sal, que las hacen altamente adictivas. Incluso en algunos casos en la bolsa puede aparecer indicado que están enriquecidos con vitaminas A o C, o la palabra healthy, que en inglés significa «saludable». ¿Realmente lo son?
ANÁLISIS DE LA OCU
La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, realizó un estudio con el contenido de 17 bolsas de estos productos compradas de manera equitativa en distintos supermercados; el objetivo era tener una muestra representativa de esta modalidad para estudiar tanto sus componentes como la claridad en su etiquetado o la presencia de sustancias tóxicas. En lo relacionado con la falta de transparencia en el etiquetado solo dos muestras suspendieron, una por no especificar componentes y otra por hacerlo en inglés y además sin seguir las normas de la Unión Europea, pues en España se hizo este estudio.
En cuanto a la presencia de sustancias tóxicas, no se descubrieron niveles llamativos de aflatoxinas o acrilaminas, aunque dos bolsas mostraron una cantidad alta de nitritos, si bien siempre dentro de los niveles permitidos. Pero donde más se evidenció que en realidad estos productos son tan poco saludables como puedan serlo las patatas fritas es en su composición nutricional.
Hay que tener en cuenta que si bien por sí mismos no tienen por qué presentar excesiva materia grasa, al estar fritos en aceite lo absorben, incorporándolo gracias a su estructura cavernosa y esponjosa, por lo que su grado calórico se dispara en comparación al que tienen como vegetales naturales.
Así, el número medio de calorías que arrojaron los análisis fue de 506 kcal frente a las 522 kcal de los chips de patatas fritas. Esta carga calórica se corresponde con un contenido graso de un 30 por ciento de media, frente a un 31.8 por ciento de las patatas fritas. Por lo tanto, en este aspecto son muy poco saludables y recomendables tanto los unos como los otros.Y más si se tiene en cuenta que los aceites de fritura que se emplean no son siempre ricos en ácidos grasos monoinsaturados.
EXESIVOS EN AZÚCARES
No obstante, en no pocos casos los chips vegetales son incluso menos saludables, según los análisis de la OCU, que las patatas fritas, pues contienen mayor número de azúcares libres. Tal es el caso de los chips de remolacha, que con sus 493 kcal, atesoran un 28 por ciento de materia grasa y un alarmante 45 por ciento de azúcares libres, si bien dicho porcentaje se compensa por su 11 por ciento de fibra dietética y la ausencia práctica de sal.
En similar situación se encontraron los chips de zanahoria, con un 32 por ciento de materia grasa y un 44 por ciento de azúcares libres, lo cual quiere decir que comiendo 100 gramos de este producto ingerimos 44 gramos de glucosa, el equivalente aproximado a una lata y media de refrescos azucarados. Estos porcentajes se corresponden con 503 kcal, y si bien la proporción de fibra dietética es del 13 por ciento, hay un 1 por ciento de sal en los chips de zanahoria.
Más sanos se antojan los chips de calabaza, que en los análisis arrojaron 337 kcal para un porcentaje de solo el 5 por ciento de materia grasa, pero con un 44 por ciento de azúcares libres, que se compensan con un porcentaje de fibra del 22por ciento, el más alto de todos los analizados. Además, los chips de calabaza no presentaban sal.
Finalmente también es destacable el caso de los chips de brócoli, que a pesar de tener solo un 6 por ciento de azúcares, presentaron un 47 por ciento de materia grasa, lo que les otorgó el mayor poder calórico de todos los analizados: 647 kcal. Como referencia, las patatas fritas, que habían sido analizadas en otro estudio, aportaban 522 kcal pero solo un 1 por ciento de azúcares, si bien su porcentaje de sal es alto (1.8 por ciento) y su fibra alimentaria solo de un 4 por ciento. En cuanto a materia grasa aportaban un 32 por ciento, similar al de los chips de zanahoria.