Alejandro Calvillo
05/03/2019 - 12:03 am
El fraude de Liverpool
Un estudio anterior, citado por Tec-Check, sobre el Buen Fin entre 2011 y 2015 registró la existencia de descuentos pero identificó la práctica de inflar los precios antes de esos días, siguiendo más de mil productos en las tiendas en línea.
Fraude es definido, entre otras cosas, como un “engaño económico con la intención de conseguir un beneficio, y con el cual alguien queda perjudicado”. Qué le parecería a usted que un comercio infle el precio de sus productos unos días antes de iniciar lo que presentara como una gran rebaja de 30 por ciento en sus precios, cuando realmente es una rebaja de solamente 10 por ciento o menos del precio que esos productos llegaron a tener unas semanas antes. Qué le parecería que el Gobierno acompañara a ese comercio promoviendo esa campaña de ofertas como una gran oportunidad para los consumidores. El comercio comete fraude y el Gobierno se vuelve cómplice de ese fraude. Y qué le parecería que esto lo hicieran varios comercios y durante varios años con el apoyo y la publicidad del Gobierno.
La recientemente creada organización Tec-Check, especializada en comercio electrónico, ha comprobado lo que nosotros suponíamos y advertíamos a los consumidores que seguramente estaba sucediendo en el Buen Fin. Tec-Check seleccionó nueve tiendas en línea para identificar el mejor precio en 1.226 productos desde dos meses antes del Buen Fin de 2018, hasta un día antes y durante. El Buen Fin es el evento de ofertas más promocionado en el país por los propios comercios y el gobierno.
Entre las tiendas en línea destacó Liverpool por la práctica más extendida de inflar precios previo al Buen Fin en el 53.40 por ciento de los productos que fueron analizados. En Elektra fue en el 14.6 por ciento y en Walmart en el 13.9 por ciento. Estas tiendas inflaron sus precios previo al Buen Fin para presentar ofertas exageradas, engañosas. Un estudio anterior, citado por Tec-Check, sobre el Buen Fin entre 2011 y 2015 registró la existencia de descuentos pero identificó la práctica de inflar los precios antes de esos días, siguiendo más de mil productos en las tiendas en línea.
En Liverpool se encontró que en el Buen Fin de 2018 ningún producto analizado presentó una rebaja superior al 30 por ciento como publicitaba la tienda. De todas las tiendas en línea, de los 1,226 productos analizados, solamente 13.13 por ciento tuvo una rebaja de más del 10 por ciento y solamente 1.55 por ciento una de más de 30 por ciento, a pesar que en la mayoría de los comercios se publicitaban rebajas de hasta más de 30 por ciento.
Los electrónicos fueron los más vendidos en el Buen Fin y anunciados con grandes rebajas Entre estos productos los que tenían descuentos por encima del cinco por ciento no superaban el 11 por ciento. De los más de 40 televisores analizados sólo tres modelos tuvieron una rebaja de más del 10 por ciento, entre ellos, dos eran modelos de 2016. De todos los productos con un precio mayor a 15 mil pesos, sólo 11 por ciento tuvo un descuento mayor a 10 por ciento.
El Buen Fin es más bien un Gran Engaño del que el Gobierno ha sido cómplice. La importancia del reporte de Tec-Check, en este momento, se debe a que con una nueva administración de Profeco y con el reconocimiento de que el programa de esta institución “Quién es quién en los precios” es obsoleto para proteger al consumidor de este tipo de prácticas, es necesario establecer una plataforma útil para la comparación de precios en el mercado electrónico, como en el mercado directo en las tiendas departamentales.
El acceso a la información es fundamental para tener competencia en el mercado, para que los consumidores no sean manipulados y engañados. La competencia genera mejores precios para los consumidores, mejores ofertas, pero esta no existe sin transparencia y herramientas que permitan a los consumidores acceder a la información de forma sencilla. Profeco tiene una gran oportunidad para dejar de ser un aliado de las estrategias de engaño y manipulación a los consumidores por parte de las grandes empresas y proveer a los consumidores de herramientas de información. Si una organización de la sociedad civil, con pocos recursos, puede hacerlo, Profeco tiene las posibilidades de hacerlo.
Y, por otro lado, necesitamos reformas en la ley de defensa de los derechos de los consumidores para establecer una mayor protección a los consumidores y sus derechos. En este sentido, es urgente reformar los marcos legales de las acciones colectivas para que sean una herramienta útil para que los consumidores podamos actuar de forma colectiva contra este tipo de engaños y fraudes, pudiendo exigir la reparación del daño. Una legislación que no establezca obstáculos a los consumidores para ejercer nuestros derechos, una legislación establecida sin conflicto de interés, sin la interferencia de la industria, como pasó en las administraciones anteriores.
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