“Estaba como ido, era una felicidad total, no sabía lo que hacía”, dice Steven Gerrard en el documental de Amazon Make Us Dream, hecho por James Gay-Rees, quien también trabajó en la película Senna, sobre el piloto Ayrton Senna y en Amy, sobre la cantante fallecida Amy Winehouse.
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Era una tarde del 2005. Todos habíamos ido a comer a un restaurante con televisión porque ese día se jugaba la final de la Champions: Liverpool contra el Milan, en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, Turquía.
El equipo italiano por supuesto que tenía por última vez a Paolo Maldini, ese jugador hijo de jugador y padre de un jugador, con toda la esencia futbolística a sus espaldas. También estaba Andrea Pirlo, en uno de sus mejores momentos, aunque su penal fue atajado por Dudek.
¿Qué pasa con los jugadores de futbol? Son geniales y modélicos en la cancha de futbol, en la vida real es mejor no conocerlos, por lo menos así lo refleja el documental Make Us Dream, hecho y transmitido por Amazon, donde se trata de contar la vida del otro héroe del 2005, Steven Gerrard.
Gerrard venía del Anfield Rock, en Liverpool, esa ciudad que era de todos porque nacieron Los Beatles y que fuera de la música tiene al futbol como el fruto de sus sueños y pesadillas.
El equipo de Rafa Benítez hizo una hazaña sin igual que quedará para la historia del balompié mientras todos nos podamos acordar de esa final, donde los del Milan estaban vestidos de blancos y los del Liverpool con ese rojo estridente que disputa con el Manchester la propiedad del color.
La final era con Kaká (el brasileño evangelista), Maldini o ese rubio de cara angelical Andriy Mykolayovych Shevchenko y lo cierto es que cuando vino el descanso del primer tiempo, el Milan ya llevaba 3 a 0 contra Liverpool, el conjunto inglés que hacía que todas sus predicciones –volver a levantar la copa 21 años después- se hicieran imposible.
Al Liverpool le dicen “los reds”, esos rojos que sólo tenían en su capitán Steven Gerrard (1980) alguien valiente y dispuesto a dejar su corazón, su alma, su yo entero en la cancha.
La historia es conocida. Al volver a jugar en el segundo tiempo, el Liverpool fue capaz de lograr el empate en seis minutos demenciales.
Ganaron la Copa por penales y fue Dudek el otro héroe inesperado de la final. El disparo centrado de Shevchenko fue desviado por Dudek y el Liverpool levantó su quinta y última Copa de Europa contra todo pronóstico contrario.
Steven Gerrard era el héroe de esa hazaña, cuando nadie volvió de su comida, todos se fueron a su casa con los ojos abiertos, pensando si lo que vio no había sido un sueño.
¿QUÉ PASÓ DESPUÉS CON STEVEN GERRARD?
“Estaba como ido, era una felicidad total, no sabía lo que hacía”, dice Steven Gerrard en el documental de Amazon Make Us Dream, hecho por James Gay-Rees, quien también trabajó en la película Senna, sobre el piloto Ayrton Senna y en Amy, sobre la cantante fallecida Amy Winehouse.
Tentado por Román Abramóvich, el dueño del Chelsea, Steven pensaba irse del Liverpool. Buscando más dinero, menos presión, tratando de crecer lejos de casa. El documental muestra a los simpatizantes del Liverpool, eso que tan bien describió en su novela Fiebre en las gradas, el escritor Nick Hornby: “No quisiera dar a entender que la contemplación del fútbol sea por sí misma un reprobable uso de la imaginación. David Lacey, el jefe de la sección de fútbol del Guardian, es un estupendo escritor y un hombre obviamente inteligente; es de suponer que dedica al fútbol su vida interior en cantidades aún mayores que yo. Lo que nos diferencia es que yo muy rara vez me pongo a pensar. Me dedico a recordar jugadas, a fantasear; procuro visualizar todos y cada uno de los goles que ha marcado Alan Smith; saco la cuenta de los campos de fútbol de Primera División en los que he visto algún partido. Una o dos veces, cuando no podía conciliar el sueño, he intentado incluso contar a todos los jugadores del Arsenal que he visto en directo a lo largo de mi vida. (De pequeño, me sabía incluso cómo se llamaban las mujeres y las novias del equipo que ganó el doblete, Liga y Copa en el mismo año; hoy ya sólo me acuerdo de que la novia de Charlie George se llamaba Susan Farge y de que la mujer de Bob Wilson se llamaba Megs, pero hay que reconocer que hasta ese recuerdo parcial es espantosamente innecesario.)”.
La película muestra al siempre espigado Steven Gerrard hablando con su padre, quien le dice: “nadie te amará como esta gente”.
“Menos mal que tengo a mi padre y a mi hermano para que me digan de dónde soy”, dice Steven, un hombre que habla poco, que se ha casado con una rubia que parece ser del Liverpool, que ha tenido tres hijas y que no entrega grandes definiciones sobre el futbol. Sobre todo, no cuenta la verdad.
Lo cierto es que cuando pensaba irse al Chelsea, amenazas de muerte para él y su familia comenzaron a llegar a su casa, todos sus familiares eran insultados y él tuvo que dejar atrás su idea de partir.
Era en Inglaterra el tiempo de los “hooligans”, de la barra brava que mataba al opositor sólo por llevar la camiseta contraria (algo que pasa todavía en Argentina) y que no iba a admitir que su ídolo se pusiera la camiseta del Chelsea.
Otra vez Nick Hornby: “Cuando vieron a una muchedumbre de hooligans ingleses vociferando a pleno pulmón y corriendo hacia ellos, les entró el pánico y echaron a correr en bloque hacia uno de los extremos de la gradería. Se desmoronó uno de los muros de carga y en el caos consiguiente muchas personas murieron por aplastamiento. Fue una horrorosa forma de morir, y es probable que todos viésemos cómo morían aquellas personas. Todos nos acordamos del hombretón barbudo, el que tenía cierto aire de Pavarotti, implorando con una sola mano un auxilio que nadie le pudo prestar.
Parte de los hinchas del Liverpool que fueron posteriormente detenidos tuvieron que sentirse genuinamente pasmados. En cierto modo, su delito consistió nada más que en el hecho de ser ingleses. Lo que había ocurrido fue que las prácticas propias de su cultura, sacadas de contexto y transferidas a otro lugar donde nadie las comprendía, habían dado por resultado la muerte de muchas personas”.
EL RETIRO DE STEVEN GERRARD
El 15 de mayo del 2015 Steven Gerrard dijo adiós al Liverpool. Se iba con su camiseta número 8, tenía 35 años, se iba para Los Ángeles Galaxy, donde se retiraría para siempre un año después.
“Estoy muy orgulloso de haber jugado más de 700 partidos con el Liverpool, muchos como capitán, y de haber ayudado al club a conseguir grandes éxitos, ninguno mayor que aquella noche en Estambul”, fue la declaración de Steven.
Es una leyenda en Anfield y eso lo recuerda el documental, donde presenta un dolor en la espalda crónico que el jugador superó a fuerza de inyecciones y a veces de soportar estoicamente su dolencia.
Había anotado 186 golpes para el Liverpool, mostrando siempre un carácter templado que lo ayudó a ser capitán de su equipo.
Entró a los ocho años al club. Abandonó el equipo 26 años después, con una Liga de Campeones, una Copa de la UEFA, dos FA Cups, tres Copas de la Liga, una Community Shield (Supercopa inglesa) y una Supercopa de Europa.
Hoy dirige el Glasgow Rangers.