Arnoldo Cuellar
28/12/2018 - 12:00 am
¿Dónde está Diego Sinhue?
La última aparición pública del gobernador Diego Sinhue Rodríguez en este fin de año fue el pasado viernes 21 de diciembre: un evento con migrantes en Huanímaro, Guanajuato, donde anunció que las políticas dirigidas a ese sector no se verán afectadas por la disminución de los recursos federales del presupuesto 2019 hacia la entidad.
La última aparición pública del gobernador Diego Sinhue Rodríguez en este fin de año fue el pasado viernes 21 de diciembre: un evento con migrantes en Huanímaro, Guanajuato, donde anunció que las políticas dirigidas a ese sector no se verán afectadas por la disminución de los recursos federales del presupuesto 2019 hacia la entidad.
Antes de eso había subido un video a sus redes sociales y a la Web oficial del Gobierno del Estado con un mensaje navideño en el que lo acompañó su familia.
La ausencia más notoria del mandatario guanajuatense fue quizá la de este martes 25 de diciembre en el funeral de estado donde se le rindió homenaje a la fallecida gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y a su esposo el senador panista Rafael Moreno Valle.
La tragedia reunió a una parte importante de la clase política, pero sobre todo a los panistas. Militantes como los legisladores Juan Carlos Romero y Alejandra Reynoso tuvieron un papel protagónico en la ceremonia luctuosa. Sinhue solo envió condolencias por Twitter, tal y como lo hizo López Obrador, quien fue sumamente criticado por ello, sobre todo por panistas y perredistas.
Sinhue recién se hizo cargo del gobierno hace 90 días, pareciera poco tiempo para tomarse ya unas vacaciones prolongadas, máxime tomando en cuenta que aún tiene pendientes en la conformación de su gabinete, pues ofreció que muchos de los funcionarios ratificados estaban a prueba y se les iría sustituyendo paulatinamente.
Además, antes de tomar posesión ya se la había llevado con calma, con un paseo turístico a Asia disfrazado de gira de ilustración sobre nuevas realidades políticas, de difícil traslape a nuestra realidad, por cierto.
Pero no solo eso. A lo largo de estos noventa días, el gobernador Diego Sinhue se la ha llevado a medio gas: con un evento público al día, en promedio, con poses en redes sociales para mostrar que está trabajando y escabulléndose de las preguntas de los medios de comunicación.
No parece ser una actividad agotadora para un joven de menos de 40 años, sin embargo, así lo ha querido el equipo de asesores que rodea a Sinhue y que muchas veces parece más dedicado a ocultarlo que a construir un liderazgo.
Las cosas se han complicado por el activismo desatado de Miguel Márquez, el exgobernador que parece no haberse preparado para dejar el poder, que sigue extrañando los reflectores y que quiere seguir teniendo un papel protagónico, aprovechando además de que casi la mitad de su primer equipo y mucho más de eso en los mandos medios, siguen siendo cuadros influyentes en la administración pública.
Con un Diego a medio gas y un Márquez que no suelta la batuta y que sigue empleando el auxilio de operadores como el comunicador Enrique Avilés Pérez y su red de influencias construida con un brutal gasto de comunicación, en Guanajuato se consolida la idea de que existe un Maximato, el primero a nivel de una entidad federativa en la etapa moderna de México.
Quizá por eso nada extrañe que el gobernador Diego Sinhue Rodríguez no haya tenido ni siquiera la gentileza de unas palabras de consuelo para la familia de Leonardo Reyes Cayente, migrante asesinado en la comunidad de Corralejo de Abajo, en San Miguel de Allende, por los policías que están bajo su nómina, pero bajo las órdenes directas del secretario marquista o quizá mejor dicho zamarripista, Alvar Cabeza de Vaca.
Incluso la flamante comisionada de “análisis y estrategia de seguridad ciudadana”, Sophia Huett López, en quien Diego había puesto buena parte de sus esperanzas para reorientas esa desprestigiada área de su gobierno, en lugar de investigar primero y hablar después, salió a defender a rajatabla a sus policías sin haber escuchado antes a los ciudadanos, esos a los que se debe la creación de la dependencia que encabeza si atendemos a su pomposa denominación.
Así que en Seguridad tenemos que el golpe de timón se reduce a lo mismo de antes: policías que se mandan solos, que atentan contra los ciudadanos y que reciben la protección de sus superiores.
Mientras que, en las políticas de apoyo a la migración, las cosas parecen peor que antes, pues el otro flamante fichaje de Diego, el académico mexicoamericano Juan Hernández o JohnnyHernández, sencillamente se fue de vacaciones sin percatarse de que un joven migrante residente de Dallas Texas había sido asesinado por policías del gobierno del que forma parte.
Entonces, tenemos una comisionada de seguridad ciudadana, que defiende policías y no ciudadanos, además de que se presta al encubrimiento de evidencias, pues su tarea no es exonerar, sino poner a disposición de la autoridad competente, en este caso el procurador carnal Carlos Zamarripa.
Y un secretario del migrante que se olvida de los migrantes cuando se vulneran sus derechos.
Pero, por si algo faltara, tenemos un gobernador beisbolero que ya pide esquina cuando no llegamos ni a la mitad de la primera entrada.
Vaya panorama. No me pidan que les desee un feliz 2019 en esas circunstancias, por lo menos no en lo que hace a las expectativas puestas en nuestro nuevo gobierno.
Sin embargo, pese a eso, creo que con el esfuerzo de los propios ciudadanos si tendremos mejores oportunidades en los años venideros, sobre todo si no dejamos de exigir a estos políticos que se pongan a trabajar en serio y se dejen de contarnos cuentos y querer vernos la cara.
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