Si quieres mejorar tu higiene y descanso a la hora de dormir, deberías checar la lista de cosas que no puedes tener en tu habitación.
Por Andrea Núñez-Torrón Stock
Ciudad de México, 13 de diciembre (TICbeat/SinEmbargo).- En muchas ocasiones hemos tratado un tema tan prioritario para la salud como el del sueño, cuya carencia, exceso o irregularidad desata nefastas consecuencias para el organismo, estando relacionado con problemas cardiovasculares, Alzheimer y trastornos metabólicos.
Además de cenar ligero y optar por alimentos suaves, adoptar la postura correcta o seguir la misma rutina horaria para que tu cuerpo regule sus propios ritmos circadianos, es fundamental acondicionar el espacio para que este sea propicio para un sueño óptimo.
Es fundamental descansar a oscuras –para que la melatonina haga su trabajo– en un espacio seco, tranquilo, cómodo, silencioso y carente de distracciones. Para echarte un cable, repasamos diez cosas que deberían desaparecer de tu dormitorio, al menos a la hora de dormir.
10 COSAS QUE DEBEN DESAPARECER DE TU DORMITORIO
· Tu smartphone y otros dispositivos electrónicos: La luz de la pantalla de móviles, tabletas y ordenadores empeora la calidad de tu sueño según diversos estudios científicos, ya que propicia que generes menor cantidad de melatonina. Si el hardware genera patrones deficientes de sueño, las redes sociales, aplicaciones de mensajería y notificaciones también pueden disparar tu estrés, aumentar el cortisol y descender la segregación de serotonina.
· Televisión: Según recomiendan desde sleep.org, lo mejor es disfrutar de ella en el salón y eliminarla del dormitorio, ya que además de emitir la luz azul, responsable de la interrupción del ciclo de sueño, es una infinita fuente de distracciones para conciliar el sueño, restando horas de descanso de calidad y fomentando más el insomnio.
· Comida: Además de que es poco higiénico -pueden quedar migas y molestos restos entre las sábanas-, tener comida para picar cerca puede potenciar tu ansiedad por la comida, predisponerte a comer en exceso o empeorar tu rutina de alimentación, además de estimular a tu cerebro en un momento en el que debe prepararse para el descanso.
· Escritorio freelance: Si trabajas desde casa, el acondicionamiento de un espacio para las exigencias de tu actividad profesional es indispensable. Todos los expertos coinciden en señalar la importancia de separar la vida personal y la laboral, por lo que no deberías trabajar donde duermes. De esta manera podrías empeorar con creces tu productividad y tu concentración.
· Mascotas, con excepciones: Las mascotas pueden traer gérmenes, pulgas o incluso líos si aún no están adaptadas a la casa, de acuerdo con Everyday Health. Sin embargo si la higiene de tu perro o gato es óptima y le realizas chequeos veterinarios frecuentes, no existen riesgos. Eso sí, si se mueve mucho puede despertarte e interrumpir tus ciclos de sueño. Una buena alternativa es preparar su propia cama dentro de la habitación, donde tu peludo amigo dormirá cerca de ti sin invadir tu espacio.
· Desorden: Psychology Today advierte que un entorno desordenado puede tener importantes efectos negativos en su bienestar mental y físico. Tu habitación debe ser el lugar más libre de estrés de la casa además de los evidentes motivos higiénicos, puesto que si todo está lleno de polvo, empeorarán problemas como el asma o la alergia.
· Colchones y almohadas viejos o de baja calidad: Al igual que para trabajar es clave disponer de mobiliario ergonómico, invertir en un colchón de calidad en lugar de esperara que los muelles se incrusten en tu espalda es una apuesta de futuro. Desde la división del sueño de la Facultad de Medicina de Harvard recomiendan que lo reemplaces cada diez años. Tu almohada también debe adaptarse a su estilo y postura para dormir.
· Colores demasiado brillantes: Los colores, al igual que la temperatura o el sonido, tienen efecto sobre tu organismo. Una encuesta británica descubrió que los tonos azul, amarillo, plateado, verde e incluso naranja eran los más propicios para el descanso y la relajación, mientras que los morados, marrones y grises en las habitaciones eran los peores. Apuesta por los colores apagados, y te sentirás más tranquilo y relajado a diario.
· Temperaturas extremas: Recuerda que tu cuerpo disminuye su temperatura para prepararse para dormir, y una habitación demasiado caliente puede obstaculizar el proceso, pero estar demasiado frío también puede ser incómodo y molesto. La temperatura ideal es entre 15 y 19 grados centígrados, de acuerdo con sleep.org. Puede variar según las preferencias personales, época del año o aclimatación y aislamiento de tu hogar, además de, por supuesto, la ubicación geográfica.
· Carencia de cortinas, estores o persianas: Estos elementos son indispensables para obtener un sueño de buena calidad, especialmente si eres un ave nocturna o sueles levantarte después de que salga el sol. Si puedes seguir los efectos de la luz natural, mucho mejor.