El juez Cogan amonestó al abogado Jeffrey Lichtman por haberse «apartado de pruebas directas o indiciarias». Dijo que dará instrucciones al jurado para que se concentre en las pruebas. «Su alegato inicial emitió un pagaré que su caso no va a cobrar», dijo el juez y calificó el argumento de engañoso.
Un vocero del Presidente Enrique Peña Nieto calificó las denuncias de «completamente falsas y difamatorias». El ex Presidente Felipe Calderón dijo que eran «absolutamente falsas y temerarias».
Por Tom Hays
Nueva York, 14 de noviembre (AP/EFE/SinEmbargo).— Un juez federal estadounidense amonestó al defensor del narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, tras un alegato inicial en el que se acusó a dos presidentes mexicanos de aceptar sobornos.
Los fiscales en el juicio al solicitaron al juez Brian Cogan que desestimara el alegato inicial en el juicio a Guzmán por estar «imbuido de argumentos indebidos, defensas afirmativas inadvertidas y habladurías inadmisibles».
El juez Cogan se abstuvo de desestimar el alegato, pero amonestó al abogado Jeffrey Lichtman por haberse «apartado de pruebas directas o indiciarias». Dijo que dará instrucciones al jurado para que se concentre en las pruebas. «Su alegato inicial emitió un pagaré que su caso no va a cobrar», dijo el juez y calificó el argumento de engañoso.
En su alegato el martes, Lichtman dijo al jurado que los fiscales estadounidenses soñaban desde «hace décadas» con condenar a Guzmán y añadió que «el mundo se enfoca en esta figura mítica de ‘El Chapo’».
Lichtman aseguró que su defendido no era el verdadero líder de un cartel que enviaba toneladas de cocaína a Estados Unidos. Trató de echar la culpa a Ismael «El Mayo» Zambada, otro notorio jerarca del cartel de Sinaloa. Zambada está prófugo en México, agregó Lichtman, gracias a sobornos que «llegan hasta lo más alto», con cientos de millones de dólares pagados al presidente actual de México y algunos de sus predecesores.
«Este caso les obligará a descartar muchas de las cosas que les enseñaron acerca de cómo funcionan los gobiernos y cómo se comportan, los gobiernos en América del Sur y Central y México e incluso Estados Unidos», dijo Lichtman.
«Este caso les obligará a abrir sus mentes a la posibilidad de que los funcionarios de gobierno en los más altos niveles pueden ser sobornados, pueden conjurar para cometer crímenes horribles… y que los agentes de La ley en Estados Unidos también pueden ser corruptos».
Un vocero del Presidente mexicano Enrique Peña Nieto calificó las denuncias de «completamente falsas y difamatorias». El ex Presidente Felipe Calderón dijo que eran «absolutamente falsas y temerarias».
Guzmán, que se encuentra en encierro solitario desde su extradición a Estados Unidos a principios del año pasado, se declaró inocente de amasar una fortuna enorme mediante el contrabando de toneladas de cocaína y otras drogas en una enorme cadena de suministro que llegaba hasta muy al norte de Estados Unidos.
Guzmán era una figura mítica en México que ha sido comparado con Al Capone y Robin Hood y es festejado en baladas conocidas como narcocorridos. Es de baja estatura y su apodo significa corto de estatura.
Lichtman reanudó su alegato el miércoles diciendo que «el mito de El Chapo» es «muy fuerte». Dijo que los policías que lo arrestaron le pidieron su autógrafo en billetes de 100 dólares.
«El señor Guzmán disfrutaba de la publicidad», dijo Lichtman. «Disfrutaba de la notoriedad».
El abogado defensor dijo que los testigos de cargo eran mentirosos que buscaban reducir sus propias condenas. «Son gente que ha mentido a diario», dijo. «Están aquí porque quieren salir de la cárcel como sea».
Los fiscales mostraron el video de un túnel que va de México a un depósito en Arizona, presuntamente utilizado por Guzmán para acelerar las entregas de droga. El depósito estaba apenas a dos cuadras de una oficina de la Aduana estadounidense.
El túnel tenía unos 50 metros (yardas) de longitud y era suficientemente grande como para que un hombre de 1,70 (5 pies, 8 pulgadas) de estatura pudiera recorrerlo casi sin inclinar la cabeza. Estaba equipado con luz eléctrica y un elevador hidráulico de un piso disimulado por una mesa de pool.
El primer testigo, el agente de aduana retirado Carlos Salazar, dijo que la complejidad del túnel sorprendió a los agentes. Usaron herramientas pesadas para atravesar el hormigón, y solo después se dieron cuenta que podían abrirlo del lado mexicano con solo girar una llave de agua.
“No sabíamos que había un sistema hidráulico”, dijo. “No sabíamos que se elevaba el piso”.
DECLARARÁ “EL LICENCIADO”
Salazar fue llamado a declarar inmediatamente después de que el abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, terminara su alegato inicial, en el que trató de minar la credibilidad de algunos de los testigos que planean usar las autoridades.
Lichtman adelantó que los fiscales van a llamar a declarar a varios narcotraficantes que han decidido colaborar para tratar de ver reducidas sus penas de cárcel.
El abogado dibujó a esos narcotraficantes como «gente que miente cada día» y cuya única motivación para cooperar es lograr la libertad.
Entre ellos, destacó por ejemplo a un testigo llamado Miguel Ángel Martínez, que casi habría perdido la nariz tras «esnifar cuatro gramos diarios de cocaína» durante años, según Lichtman.
También aseguró que la Fiscalía prevé llamar a declarar a César Gastelum, supuesta «mano derecha» de Guzmán, y a Dámaso López Núñez, conocido como «El Licenciado», considerado sucesor de Guzmán en el Cartel de Sinaloa y que fue extraditado este año a EU desde México.
Lichtman insistió en que todo el caso contra su cliente está «construido sobre una base de mentiras» y pidió a los miembros del jurado que mantengan una «mentalidad abierta» pese al «poderoso» nombre del «Chapo».