Las obras de reparación y mantenimiento que la Conagua realizará al Sistema Cutzamala provocarán cortes en el suministro de agua en 13 Alcaldías de la Ciudad de México a partir de este 31 de octubre y hasta el 3 de noviembre; sin embargo, las autoridades informaron que el restablecimiento total del suministro se prolongará otras 72 horas: hasta el próximo 6 de noviembre.
El Sistema de Aguas de la Ciudad de México calcula que esta contingencia afectará a alrededor de 3 millones 840 mil capitalinos, aunque la suspensión se extiende a 13 municipios del Estado de México.
A unas horas de que comiencen los recortes, los especialistas consideran que la experiencia servirá para que la ciudadanía considere cuáles son los usos habituales que dan al agua y valoren cómo es su aprovechamiento sobre el vital líquido.
Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).- En septiembre pasado, Ramón Aguirre Díaz, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex-CdMx), anunció el cataclismo. Durante cinco días, 13 de las 16 alcaldías de la capital del país y 13 municipios del Estado de México se quedarían sin agua debido a las obras de mantenimiento del Sistema Lerma-Cutzamala, del que depende apenas una quinta parte de la población del Valle de México, el más poblado del país.
Este martes, mientras había compras de pánico en la metrópoli y en municipios mexiquenses (miles salieron a hacerse de botes y depósitos de plástico), hubo un incremento en los precios de los retenedores de líquido. Quizás fue la especulación. La ciudadanía respondió de última hora a un problema que, sin embargo, ya es parte de la realidad de una megalópolis agobiada por la sobrepoblación y con un crecimiento desordenado en todas las áreas.
Para algunos habitantes de las alcaldías de Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Coyoacán y Tlalpan los recortes de agua no son una novedad. Tampoco lo son el cuidado y reutilización del líquido, el acarreo desde tomas clandestinas y el abastecimiento a través de pipas. El problema del agua es para ellos tan cotidiano como los cortes por mantenimiento, necesarios para el buen funcionamiento del sistema hídrico.
A pesar de ello, la alerta que comienza este jueves y seguirá durante todo el fin de semana ha generado reflexión y análisis sobre los problemas de gestión y advertencias sobre la fuerte dependencia de la Cuenca del Valle de México de sistemas hídricos ajenos a sus límites territoriales.
SOBRE EL AGUA QUE USAMOS
La Ciudad de México pertenece a la Región Hidrológica Administrativa XXII, conocida como la Cuenca de México, que abarca los estados de Hidalgo, Ciudad de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Todos ellos están alimentados por la combinación de aguas de diverso origen: el 68 por ciento proviene de la extracción de lluvias subterráneas; el 3 por ciento proviene de ríos y manantiales; el 7 por ciento de la reutilización y un 23 por ciento de la extracción de los sistemas de las cuencas del Lerma y del Cutzamala.
Las estimaciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) plantean que actualmente para la zona metropolitana de la Ciudad de México se dispone en promedio de un abastecimiento de agua potable de 61 mil litros por segundo (L/s), de los cuales 39 mil 700 L/s provienen del subsuelo del Valle de México; 14,700 L/s del Sistema Cutzamala, además de alimentar con 817 L/s a la ciudad de Toluca; 5 mil 100 L/s del Sistema Lerma y mil 100 L/s de aprovechamientos superficiales como la presa Marín y los manantiales del propio Valle de México.
El Sistema Cutzamala inició su operación en 1982 y aprovecha el agua de la cuenca alta del río del cual toma su nombre. Está conformado por las presas Tuxpan y el bosque en Michoacán; Colorines, Ixtapan del Oro, Valle de Bravo, Villa Victoria y Chilesdo, en el Estado de México. Con excepción de esta última, que se construyó para aprovechar el agua del río Malacatepec, los otros embalses mencionados forman parte del sistema hidroeléctrico Miguel Alemán.
A pesar de los múltiples servidores de agua, la situación de la cuenca es crítica, la urbanización y el crecimiento poblacional la ha llevado a una situación de estrés hídrico extremo. La Conagua ha señalado que en el 2011 la cuenca de México tenía 21.8 millones de habitantes y 3,515 millones de metros cúbicos anuales (m3/año) ; por lo que cada habitante disponía de 161 m3/año, cifra considerablemente menor a los 500m3/año fijados como límite de una situación grave.
La falta de alimentación de los mantos acuíferos, que los ha llevado a la sobrexplotación, así como la falta de aprovechamiento del agua pluvial y las fugas existentes en la misma red de distribución de agua han añadido distintos niveles a esta crisis que ha sido recibida de manera pasiva tanto por las autoridades correspondientes como por la ciudadanía.
Recientemente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que el 35 por ciento del agua que abastece a la Ciudad de México se pierde en fugas de las redes de distribución. De los 63 m3/s que llegan, se desperdician 21.5 m/s. Esta situación, que advierte Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, resulta alarmante.
El investigador estima que existen alrededor de un millón de fugas, incluyendo a aquellas relacionadas con el robo del agua, que producen deficiencias hídricas importantes. Advierte que de no atenderse recortes como los de esta semana serán cada vez más frecuentes y prolongados.
Además insiste en la importancia de ofrecer mantenimiento al Sistema Cutzamala “que tiene grandes necesidades, acentuadas porque no ha recibido el mantenimiento adecuado por falta de presupuesto.
FALTA DE PRESUPUESTO Y CORRUPCIÓN
En 2016, el actual titular de Sacmex-CdMx, Ramón Aguirre, denunció una reducción de presupuesto destinada para el servicio del 69 por ciento, de 989 millones de pesos en 2016 se pasaba a 309 millones en 2017; para el 2018 se contaría con solo 230 millones. El funcionario advertía que dicha situación dificultaba aún más los problemas de suministro y mantenimiento.
En efecto, reconoce el investigador Perló Cohen, la falta de presupuesto ha obligado a omitir obras necesarias tanto para el sistema interno de la Ciudad de México, que procure la detección de fugas y su reparación, como para el sistema Cutzamala que funciona como “una carcacha vieja” que necesita muchos cambios que no se le han dado.
Asevera que esta falta de recursos se debe a que los programas relacionados con agua, “no soy muy populares ni para las autoridades, ni para los habitantes de la ciudad” a los que les causa molestia que se levanten algunas calles para la detección de irregularidades.
“Es indiscutible querer tener mejores servicios de agua. Tenemos derecho a exigirlo”, dijo Perló Cohén, investigador de la UNAM.
Miguel Ángel Montoya, consultor en Gestión Integral del Agua y asesor parlamentario, agrega que a los problemas presupuestarios se añaden la fuerte dependencia de la presión del Sistema Cutzamala para nuestro sistema de bombeo, lo que es poco recomendable en términos energéticos, ecológicos y financieros.
La UNAM ha señalado que el Sistema Cutzamala tiene un consumo de energía de dos mil 200 millones de kilovatios hora (kWh) al año, equivalentes al tamaño de una ciudad como Puebla.
Sobre los recortes añade, que estos tienen diferentes líneas de responsabilidad: la primera de ellas la abstinencia del gobierno federal que en el año 2013 anunció la construcción de la tercera línea de conducción del Cutzamala, una tercera vía –que serviría de soporte al cierre de las otras dos– y que hasta el momento no ha sido habilitada a pesar de la promesa de su entrega en octubre de 2018.
La supuesta línea de conducción tendría una extensión de 80 kilómetros que podría evitar “que estemos pasando por este corte” y cuenta con un presupuesto de 5 mil 800 millones de pesos de los que no se tiene constancia sobre su utilización.
ANÁLISIS SOBRE EL RECORTE
Jessica Jiménez, académica de la UNAM y colaboradora de la organización Agua para Todos: Agua para la Vida, insiste en entender los recortes a través de diferentes niveles de análisis, para empezar llama la atención sobre las inconsistencias informativas que se han dado alrededor del mismo, ya que se ha cambiado en diferentes ocasiones horarios y fechas de corte.
La falta de información, afirma, responde a una “infantilización” de la sociedad a la que consideran “incapaz de comprender». También comenta que no se ha aclarado porque los recortes tendrán tantos días de duración y que pasará con la distribución para las grandes industrias, que hasta el momento no han hecho ninguna manifestación sobre el hecho, por lo que asegura “han de tener garantizada el agua”.
“Recortes como este dañan a la población más pobre, a los que ya sufren desde hace décadas por problemas de desabasto y abastecimiento a través de pipas”, dice.
Reconoce que dichos problemas son la muestra de una crisis en la estructura, que comienza con el despojo de los habitantes de Michoacán –en donde da inicio el Cutzamala– y el Estado de México, y que beneficia a los más ricos que sí tienen oportunidad de acceder a oportunidades de compra de cisternas o tambos de agua.
A unas horas que comiencen los recortes, los especialistas consideran que la experiencia servirá para que la ciudadanía considere cuáles son los usos habituales que da el agua y como es su aprovechamiento sobre el recurso.
“Ya no se puede dejar estos temas a quiénes se dicen expertos. Requiere la participación de todos los usuarios del agua”. Jessica Jiménez.
Algunas medidas recomendadas son la captación y reutilización del agua de lluvia. El reuso para espacios sanitarios y la insistencia en la formación de una cultura sobre el agua que inicie desde la niñez.