Hábitat

Hogar para miles de aves y gran captador de agua, al Lago Nabor Carrillo lo amenaza la extinción

25/10/2018 - 12:05 am

El Lago Nabor Carrillo es una de las únicas fuentes captadoras de lluvia en el Valle de México, con una capacidad de 12 héctometros cúbicos. Y hoy se enfrenta a su extinción. La disyuntiva es: ¿seguridad hídrica o aeropuerto?.

Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– Martha Ángeles López es una joven arquitecta que vive en la colonia Transportistas del municipio de Chimalhuacán, Estado de México, a unos cuantos kilómetros de donde se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y del Lago Nabor Carrillo, un cuerpo de agua de mil hectáreas implementado con el objeto de respetar la vocación lacustre del Valle de México y del Lago de Texcoco, en donde en 1325 se fundó la ciudad de México-Tenochtitlán.

Martha se preocupa porque ha escuchado rumores del drenado del lago en el que habitan miles de patos y otras especies de aves que enriquecen el Valle de México y que, además, protege de inundaciones a los pobladores cercanos que ya “de por sí” tienen que cuidar sus casas en cada temporal de lluvias, porque “los ríos tienen memoria” y recorren sus viejos caminos ocultos bajo la urbanización.

El agua y el Lago Nabor Carrillo, como su contenedor, dice la joven, están amenazados por quienes desean continuar con la gran obra millonaria del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que se construye sobre un terreno blando y bajo el riesgo de inundación, de acuerdo con especialistas.

La carretera y un par de kilómetros de tierra seca separan a Martha del Lago Nabor Carillo, un santuario de aves que se extiende sobre un terreno de tierra en el que distintas tuberías se encuentran para depositar el agua previamente tratada. En él aún son visibles miles de aves que dibujan trayectorias en el sitio y que sirve para su descanso luego de volar desde Canadá y Estados Unidos.

Entre los pobladores del área y el vaso contenedor de lluvia se levanta una cerca que únicamente permite el acceso de enormes góndolas llenas de tierra y tezontle con las que –se presume– se tapa el terreno y se construyen caminos que dan salida y entrada a camiones desde la zona de construcción del NAIM.

En abril de este mismo año, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) admitió la conversión del lago en una pequeña laguna de regulación que no podrá replicar la concentración aviar actual. Es por ello que organizaciones de la sociedad civil, activistas y académicos denunciaron el inicio de la desecación del Lago Nabor Carrillo. El daño provocado por las obras de construcción del Nuevo Aeropuerto no fue anunciado por ninguna de las evaluadoras del proyecto. Las afectaciones ambientales, ecológicas y sociales simplemente fueron ignoradas.

José Luis Luege Tamargo, ex titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y ex director de la Conagua, argumenta que el Gobierno federal ocultó a los mexicanos la destrucción del hábitat de un número importante importante de aves locales y migratorias. La Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto omitió tanto esa condición como la de los beneficios en el microclima para el Valle de México, lo cuál viola la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección del Medio Ambiente.

A pesar de la advertencia de un daño ecológico irreversible que se causaría por la extinción del único cuerpo de agua vivo en Texcoco, los trabajos continúan y ya han reducido al 30 por ciento su capacidad total.

El Lago Nabor Carrillo es un cuerpo de agua de mil hectáreas implementado con el objeto de respetar la vocación lacustre del Valle de México y del Lago de Texcoco, en donde en 1325 se fundó la ciudad de México-Tenochtitlán. También es el hogar de miles de aves endémicas y migratorias. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

El LAGO Y LAS AVES

En 1965, el ingeniero Nabor Carrillo Flores, ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de 1953 a 1961, propuso un plan de rescate para la Ciudad de México que desde tiempos histórico sufría de inundaciones y problemas de desabasto de agua, provocados principalmente por el crecimiento poblacional y la urbanización que acompaño el proceso.

El Plan Lago de Texcoco tenía el objetivo de crear un sistema hídrico completo para el almacenamiento y tratamiento del agua del área metropolitana como una forma de resolver los problemas de hundimiento de la ciudad. Para ello, se construyó un primer modelo a escala de lo que podría representar la recuperación de todo el viejo lago. El Lago Nabor Carrillo nació en 1982 luego de que se colapsaran mil hectáreas para su llenado.

El modelo que para entonces ya era replicado por los ingenieros Fernando Hiriart, Roberto Garau y Gerardo Cruckshank se convirtió en la obra más exitosa de recuperación ambiental del país. De manera gradual miles de aves comenzaron a apropiarse del Nabor por lo que fue reconocida como región hidrológica prioritaria por parte de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y como humedal prioritario para la distribución de aves playeras en México en la Estrategia para la conservación y Manejo de Aves Playeras y su Hábitat en México (Semarnat 2008).

Patricia Escalante Pliego, bióloga e investigadora de la UNAM, explicó en entrevista para SinEmbargo que en el Nabor Carrillo llegaron a ser contabilizadas más de 350 mil aves, alrededor de 250 especies distintas de las cuales 104 son residentes y 146 migratorias o invernales.

Entre las clases reconocidas se han ubicado tres familias endémicas a los humedales del centro de México; cinco en la lista roja de la IUCN; 19 especies consideradas en la NOM-059-ECOL-2010 como en peligro de extinción, amenazadas o en protección ambiental; 23 más enlistadas como prioritarias para la conservación por la Semarnat y 199 en el Acta para la Conversación de las Aves migratorias Neotropicales (NMBCA) .

Especies como el búho llanero, la mascarita transneovolcánica, el pato mexicano, el rascón azteca y el chorlito nevado están siendo amenazadas.

“Es una obligación moral el no permitir que se extingan las especies. Estamos destruyendo poblaciones de animales con una visión antropocentrista y ecocida. Me preocupo por las aves que no se pueden defender y que vamos a exterminar”, dijo Escalante Pliego, quien es especialista en aves y en materia de conservación animal.

La también promotora de la campaña «Yo prefiero el Lago» advirtió que de no revertirse la situación “las aves morirán”, sin alimento y sin poder tomar un descanso después de la gran hazaña que representa cruzar dos países.

El investigador Fernando Córdova, doctor en Ecología también por la UNAM, ha explicado en diversos foros que para evitar esta clase de riesgos para la fauna y la flora, las normas internacionales establecen un mínimo de ocho kilómetros entre un aeropuerto y un cuerpo de agua, norma que no corresponde con el kilómetro y medio existente entre el NAIM y el Lago Nabor Carrillo.

Ignorar lo que ocurre con el lago dañará a los animales que lo han convertido en su hábitat, insisten los especialistas. A su vez tendrá fuertes consecuencias para el Valle de México, ya que el Nabor Carrillo se comporta como un vaso contenedor de precipitación que regula la temperatura del área.De acuerdo con algunos especialistas acabar con el lago aumentará el problema del agua, ya catastrófico para una cuenca que tiene un déficit de recarga de sus mantos acuíferos de 6 mil 103 metroc cúbicos por sefgundo (m3/s), y que presenta inundaciones y problemas de desabasto en diferentes épocas del año.

Entre los pobladores del área y el vaso contenedor de lluvia se levanta una cerca que sólo permite el acceso de enormes góndolas llenas de tierra y tezontle con las que –se presume– se tapa el terreno y se construyen caminos que dan salida y entrada a camiones desde la zona de construcción del NAIM. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

LOS PROBLEMAS HIDRÍCOS

Las causas de inundaciones y de las desigualdades en abastecimiento de agua en el Valle de México es la sobreexplotación de los mantos acuíferos y la falta de infiltración de agua de lluvia. En esta zona caen al año alrededor de 45 mil 358 metros cúbicos por segundo (m3/s) de precipitación, de esta cantidad sólo el 11 por ciento se filtra a los mantos acuíferos –10 mil 685 m3/s… mientras que se extraen para consumo 16 mil 788 m3/s.

El Lago Nabor Carrillo es una de las únicas fuentes captadoras de lluvia –con una capacidad de 12 hectómetros cúbicos (hm3)– que ofrece una alternativa al problema de gestión de aguas, el mal aprovechamiento de la precipitación que se conjuga con la sobreexplotación, por lo que su desecación lleva implícita una disyuntiva: o seguridad hídrica o aeropuerto.

El hectómetro cúbico equivale a un Gigalitro (mil millones de litros) y por ser una unidad de medida de alta envergadura se usa para definir la capacidad de los embalses o de los trasvases de agua.

Miguel Ángel Montoya, consultor independiente que asesoró la incorporación del Derecho Humano al Agua al Artículo 4 de la Constitución Mexicana, explica que este cuerpo de agua es una barrera natural contra las inundaciones, que a la vez produce corrientes de aire benéficas para todo el Valle de México, el cual se caracteriza por un exceso de cemento que ha aumentado su temperatura.

“La desecación no es aislada, lo están disecando para que sea útil al aeropuerto”, dijo Oscar Monroy

En el Lago de Texcoco confluyen nueve ríos del Oriente del Valle que serán saneados; es decir, entubados y encausados, con el objeto de no permitir inundaciones en el área del aeropuerto. Dicho tratamiento, explica el investigador, traerá problemas de sobre carga para el sistema hidráulico del que depende la Ciudad de México. La pretensión es que toda esa agua que de manera natural va a Texcoco salga por el Túnel Emisor Oriente, una obra inacabada presupuestada en 9 millones de pesos, pero en la que ya se ha invertido 46 millones.

“Dependeremos de tubos y bombas para sacar el agua del Valle pero, ¿con qué costo energético?”, expuso Oscar Monroy, ex Rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)

Oscar Monroy, académico del departamento de Biotecnología de la UAM, coincidió que encausar el agua del oriente y el poniente será una gran carga para el drenaje profundo. Por lo que se tendrá que recurrir al bombeo para la movilización, lo que a su vez aumentará los costos monetarios pero también los energéticos ya que se requerirá de más petróleo para el funcionamiento del sistema.

A lo anterior habrá que sumar la demanda de agua que se producirá al urbanizar los 3.7 kilómetros que rodean al NAIM y que podrían dejar en desventaja con el suministro a las comunidades cercanas como Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Iztacalco o Iztapalapa.

En el Lago de Texcoco confluyen nueve ríos del Oriente del Valle de México que serán saneados; es decir, entubados y encausados para impedir inundaciones en el área del NAIM. Dicho tratamiento, dice Miguel Ángel Montoya, traerá problemas al sistema hidráulico del que depende la CdMx. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

El VALLE, EL CLIMA Y LA CONTAMINACIÓN

Los lagos funcionan como reguladores térmicos de sus áreas adyacentes. Durante más de 20 años, el Lago Nabor Carrillo ha contribuido al control del clima del área metropolitana, por lo que su desaparición tendrá un impacto directo en la zona.

En la investigación La importancia de la cobertura del suelo en el pronóstico del tiempo realizada por del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, se determinó que la desaparición de los lagos ubicados en la zona metropolitana ha incrementado la temperatura en los últimos 500 años de 1.4 a 5.2 grados centígrados en épocas de secas y de 1.0 a 5.7 en periodo de lluvias, lo que provoca días más calurosos.

De acuerdo con los datos ofrecidos por Omar Arellano, integrante de los Científicos Comprometidos por la Sociedad, en los últimos 15 años la temperatura ha aumentado 2 grados centígrados, porcentaje que irá en ascenso en caso de construirse el aeropuerto y su zona urbana.

Aunado a esto tendrá que considerarse que urbanizar el área traerá consigo problemas como el deterioro de la calidad del aire que, de acuerdo con el investigador, ya ha resultado afectado con las primeras construcciones. El dióxido de azufre (SO2) ha aumentado un 12.5 por ciento, mientras que los óxidos de nitrógeno (NOx) un 64. 9 por ciento; ambas sustancias con consideradas tóxicas para la salud humana cuando rebasan apenas el 10 por ciento de emisión.

Imagen actual de las inmediaciones del Lago Nabor Carrillo, que durante durante más de 20 años, ha contribuido al control del clima del área metropolitana de la Ciudad de México y de municipios colindantes del Estado de México, por lo que su desaparición tendrá un impacto directo en la zona. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

AFECTACIONES SOCIOAMBIENTALES

Las consecuencias más visibles e inmediatas para los pobladores  de las áreas cercanas son las inundaciones. Miguel Ángel Montoya afirma que estas  lograrán afectar a los municipios mexiquenses de Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Los Reyes, Ixtapaluca, Ecatepec, así como las alcaldías de Iztacalco, Iztapalapa y Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.

Los efectos se vivirán de manera gradual en todo el Valle de México, sin embargo algunas comunidades ya experimentan las consecuencias de la construcción del NAIM y del desecamiento del lago y entubamiento de ríos.

La investigadora del CRIM-UNAM, Fernanda Paz, reconoce tres ejes de afectaciones directas: la extracción directa de tezontle, el que se presume se usa para dar estar estabilidad al terreno del aeropuerto y para tapar el lago; el transporte del material dañino y las afectaciones por disposición de los lodos tóxicos.

En Texcoco se han llegado a contabilizar 150 minas para la extracción de tezontle y basalto, la mayoría de ellas ilegales. De dichas excavaciones  se saca la tierra que se transporta a través de góndolas que pasan las 24 horas del día por la calles de la región, produciendo ruido y daños a las carreteras, y dejando esporas de polvo que causan enfermedades respiratorias.

Algunos de estos agujeros también son usados de manera ilegal para soltar los lodos tóxicos que resultan de la extracción de la tierra y que quedan  a la intemperie soltando sustancias tóxicas sin ningún control.

Las consecuencias de acabar con el lago han sido denunciadas por los pobladores de Texcoco, por lo que han iniciado un movimiento ciudadano de oposición que ha tenido diferentes salidas, entre ellas la campaña Yo prefiero el Lago que de la mano de académicos denuncia el ecocidio. Por otro lado, desde el pasado 2 de junio los vecinos de la comunidad Trinidad, en Texcoco, han alertado sobre la desaparición de flora y fauna que crece a la orilla de los ríos que ya se están recubriendo con cemento.

Los ríos Teotihuacán, Papalotla, Xalapango, Coxcacoaco, Texcoco, Chapingo, San Bernardino, Santa Mónica y Coatepec –que actualmente desembocan en el Lago de Texcoco– son parte del Plan de regulación y saneamiento de ríos del Oriente, obra complementaria al Nuevo Aeropuerto Internacional de México que dejará fuera las áreas verdes necesarias para completar los ciclos de agua, incluido su almacenamiento, además de que controlan los niveles de contaminación.

La extinción del Lago Nabor Carrillo no es un fenómeno aislado, insisten los investigadores. Por el contrario es parte de todo un gran entramado que a causado dañado al ambiente y los pobladores que dependen de él, alertan.

en Sinembargo al Aire

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