El parque temático de Francia, Puy de Fou, inició el proyecto para amaestrar cuervos capaces de recoger colillas del suelo y depositarlas en una «máquina expendedora» a cambio de comida.
Por Marcos Merino
Ciudad de México, 2 septiembre (TICbeat/SinEmbargo).- Todos los años, miles de millones de colillas terminan tiradas en las calles de todo el mundo; ¿qué pasaría si pudiéramos entrenar a un inteligente habitante de nuestras ciudades para recogerlas todas? ¿Y si dicho habitante no fuera humano? Los cuervos, por ejemplo, son capaces de razonar, resolver problemas lógicos, tener consciencia de sí mismos, distinguir y recordar a otros individuos, construir herramientas y deducir relaciones sociales. Son, al menos, tan inteligentes como un niño de 8 años. Pero, ¿serían buenos barrenderos?
Hace unos meses, una startup con sede en Ámsterdam llamada Crowded Cities anunció que estaba entrenando cuervos para realizar esa tarea. Crowded Cities no hacía sino que recoger una idea previa de Joshua Klein, un hacker fascinado por estas aves, convencido de que se las podía entrenar para que introdujeran las monedas que encontrasen en el suelo en una especie de máquina expendedora (con corazón Arduino), para recibir comida a cambio. Crowded Cities tan sólo proponía cambiar monedas por colillas. Pero, antes de que su experimento llegara a su final y pudiéramos comprobar su efectividad… alguien se les ha adelantado.
El Puy de Fou es un popular parque temático francés (el más popular después de Disneyland París), situado en pleno bosque, cerca del castillo en ruinas homónimo. Y acaban de poner en marcha su propio proyecto de cuervos de recogida de basuras. La iniciativa está, de hecho, inspirada en un espectáculo de cetrería realizado en el parque: en él, los cuervos (formados en la misma «Academia de Cetrería» del Puys de Fou en la que se han formado los nuevos barrenderos) recogen rosas con sus picos para entregársela a la «princesa del castillo». Los cetreros son ahora los responsables de evitar que los cuervos «hagan trampa» (depositando objetos que no sean basura) o que los visitantes del parque tiren basura sólo para que las aves la recojan.
“Nuestro objetivo no es tan sólo limpiar, porque los visitantes son generalmente cuidadosos a la hora de mantener las cosas limpias”, afirma Nicolas de Villiers, jefe del parque, también se trata de demostrar “que la propia naturaleza puede enseñarnos a cuidar el medioambiente“.