Cincuenta años después de que los africanos Mamo Wolde y John Stephen Akwani escribieran sus nombres en el Maratón de los Juegos Olímpicos de México (uno por llegar en primer lugar y el otro por no rendirse), miles de personas recorrieron la misma ruta para hallar el fuego griego, el cual esperó en la Ciudad Universitaria.
La competencia arrancó en la Catedral Metropolitana, frente a la Plaza de la Constitución, y concluyó 42 kilómetros y 195 metros después, en la pista de tartán del Estadio Olímpico.
Tras 2 horas y 10 minutos de iniciada la prueba, el keniano Titus Ekiru fue el primer varón en llegar a la meta, y en la rama femenil, la etíope Etaferahu Woda ganó con un tiempo de 2 horas y 40 minutos.
Ciudad de México, 26 de agosto (SinEmbargo).- Lo bautizaron como el mejor último lugar. La lesión no lo detuvo y recorrió con dolor más de la mitad de la ruta del Maratón de los Juegos Olímpicos de México 1968. No alcanzó podio, pero sí historia. Se llama John Stephen Akwani; representó a Tanzania en la justa deportiva y su leyenda transitó las principales arterías capitalinas junto a miles de participantes del magno evento.
A las 7:00 horas de este domingo, y a cinco décadas de distancia de los juegos que trajeron la llama griega a México, miles de corredores recibieron la señal y abandonaron la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico, para enfilarse rumbo a la meta: la pista de tartán del Estadio Olímpico Universitario.
Los connacionales y extranjeros que madrugaron consiguieron la presea que lleva inscrita la letra “O”, con la cual se formaría, junto a las medallas de 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017, la palabra “México”.
“Es un evento muy significativo porque se cierra una etapa de seis años. Los corredores van por la medalla con la letra ‘O’, que significa ‘orgullo’, ‘olímpicos’. Se subió, además, la cantidad de participantes a 42 mil 195, que es el símil de los kilómetros que se van a correr”, detalló el locutor Alejandro Correa, conocido como “La Voz de las Carreras”, a SinEmbargo.
Con la edición XXXVI del Maratón, que se llevó a cabo bajo el lema “Corro con espíritu olímpico”, autoridades mexicanas buscan la etiqueta internacional de Oro.
LOS 42 KM
La ruta de 42 kilómetros y 195 metros tuvo como testigos al Palacio Nacional, la plancha del Zócalo, la Catedral Metropolitana, Bellas Artes, Tlatelolco, la Alameda Central, la Glorieta de la Diana Cazadora, el Museo Soumaya, el Bosque de Chapultepec, el Auditorio Nacional, avenida Reforma, avenida Insurgentes, el World Trade Center y el corazón del campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Para que sea todavía más emotivo y el tema del olimpismo esté presente, se va a encender el pebetero (del Estadio Olímpico Universitario), el fuego olímpico, la flama olímpica, y para recordar que hace 50 años se llevó a cabo el Maratón olímpico aquí en el territorio mexicano, dentro de los juegos del 68, la ruta será en un 95 por ciento similar a la que se corrió aquella vez”, explicó el ya citado Correa.
“Hemos estado saliendo del Hemiciclo a Juárez o de 20 de Noviembre, y ahora vamos a salir a un lado de la Catedral. Hace 50 años, cuando todavía no se descubría ni el Templo Mayor, se salió de la calle que estaba a un costado de la Catedral; entonces ahora vamos a salir frente a la Catedral para hacer un recorrido más apegado a lo que fue la ruta de 1968”, dijo.
AKWANI
Mamo Wolde, de Etiopía, ganó el Maratón de los Juegos Olímpicos de México; completó la ruta en 2 horas y 20 minutos. Las medallas se repartieron entre él y abanderados de Japón y Nueva Zelanda.
La ceremonia de premiación se realizó sin contratiempos y los atletas hicieron retumbar el estadio de CU. Pero la jornada aún guardaba una leyenda que se aproximaba entre las penumbras de la Ciudad de México.
Una hora y cinco minutos después de que Wolde cruzó la meta, John Stephen Akwani arribó a la pista de tartán. Los presentes le aplaudieron y lo ovacionaron. Decidió no rendirse y concluyó los 42 kilómetros y 195 metros.
El tanzano John Stephen dijo después que lo habían enviado a terminar el recorrido y no sólo a iniciarlo, de acuerdo con medios.
Hoy, 50 años más tarde, los personajes perfilados a escribir su nombre en oro también eran africanos.
En la rama femenil, Etiopía destacaba con Biruktayit Eshetu Degefa; Etaferahu Woda Temesgen; Fantu Eticha Jimma y Fatuma Sado Dergo. También robaron cámara Hortencia Arzapalo, de Perú; Pamela Jepkosgei, de Kenia, y Rosangela Pereira Faria, de Brasil.
En la rama varonil, Kenia tenía cinco nombres que podían meterse al podio: Allan Kipkorir Kiprono; Edwin Kipngetich Koech; Félix Kipchichir Kiprotich; Titus Ekiw y Matthew Kipkoech. Entre los competidores también resaltan Ferdinand Pacheco Macías, de Perú; Fikadu Kebede Girma, de Etiopía; Jeffrey David Eggleston, de Estados Unidos; Reid Allan Coolsaet, de Canadá; Tsegay Tuemay, de Eritrea, y Zinash Debete Getachew, de Etiopía.
“MÉXICO”
Son cientos de kilómetros los que han recorrido las miles de personas que esta mañana visten de blanco y avanzan por las principales vías de la Ciudad de México. Han entrenado en pavimento o arcilla y la cereza del pastel es la medalla que recibirán en el Estadio Olímpico Universitario.
Algunos aseguran que lo hacen como un reto personal. Vencer, por ejemplo, el tiempo del año anterior. También están los debutantes, quienes buscan por primera vez concluir un Maratón. Serán contados los que junten las seis letras y formen el nombre del país, pero serán muchos más los que se marchen con satisfacción de la competencia.
“He visto la evolución de gente que se acercó conmigo hace seis años. Me decían que iban a correr su primer Maratón y ahora son expertos corredores”, compartió Alejandro Correa desde la Expo Maratón, donde los participantes recogieron sus playeras y números con chip para la competencia.
Este año, los organizadores otorgaron 9 horas como plazo para que la gente termine la ruta. En 2017, miles de participantes fueron descalificados por no pasar por todos los puntos de control.
Cientos de voluntarios se pararon tempano para dar agua y ayudar a los competidores que necesiten atención médica durante el trayecto. Bolsas y vasos rellenos de bebidas hidratantes y agua, golosinas, fruta y letreros de apoyo son los alicientes que reciben los corredores durante la prueba.
Son 42 kilómetros y 195 metros…