El acoso sexual en las convenciones para fans es un problema a menudo abordado, pero el escrutinio será aún más intenso este año con la intensificada conciencia sobre la violencia sexual.
Por Lindsey Bahr
Los Ángeles, 17 de julio (AP) .- Comic-Con, que cada año congrega más de 130 mil admiradores, artistas, coleccionistas y eruditos de la cultura geek, ya ha sido afectada por la era de #MeToo y Time’s Up, con al menos una figura notable retirándose debido a señalamientos de conducta sexual inapropiada. Pero las interrogantes sobre su atmósfera y si los organizadores de la convención tomarán medidas adicionales para manejar acusaciones de acoso durante el evento que arranca el miércoles por la noche en San Diego prevalecen.
La convención siempre ha sido un hogar para entusiastas de los libros de historietas y de género y un refugio donde admiradores con cosas en común se mezclan, pero también ha sido un lugar plagado por el acoso de mujeres, gente disfrazada, público general y hasta vendedoras de mercancía.
«No creo que ninguna convención haya sido históricamente un lugar seguro o acogedor para las mujeres», dice Cher Martinetti, directora editorial del sitio SYFY Wire’s Fangrrls.
El acoso sexual en las convenciones para fans es un problema a menudo abordado, pero el escrutinio será aún más intenso este año con la intensificada conciencia sobre la violencia sexual.
Apenas hace unas semanas, el fundador de Nerdist Chris Hardwick, un pilar de la Comic-Con que suele moderar numerosas conferencias, se retiró de los paneles de AMC y BBC America tras ser acusado por una ex novia de violencia sexual, señalamientos que él ha negado. Y desde el pasado otoño un puñado de rostros familiares en la Comic-Con también han sido acusados de conducta inapropiada, incluidos el fundador de Ain’t It Cool News Harry Knowles y el creador de «Honest Trailers» Andy Signore.
La Comic-Con tiene un código de conducta que sus representantes dicen que fue «creado intencionalmente para servir como una amplia medida que hace de la seguridad de los asistentes una prioridad”.
«Queremos que todos los participantes sientan que si son tratados de una manera que los hace sentir incómodos, hay un sistema listo que responderá a conducta inapropiada y acoso sexual», dijo Comic-Con International a The Associated Press en una declaración el domingo.
Según el código, los asistentes deben «respetar las reglas comunes de comportamiento público» e «interacción personal» y el «acoso o comportamiento ofensivo no serán tolerados». El código especifica que cualquiera que se sienta en peligro debe reportarlo a una persona de seguridad o a un miembro del personal y provee la ubicación de la oficina de la convención en el Centro de Convenciones de San Diego, abierta durante las horas del evento. Cualquiera que viole el código de conducta está en riesgo de perder su pase.
Pero como la mayoría de las grandes charlas y festivales del espectáculo, los eventos no paran cuando el centro de convenciones cierra: muchos asistentes continúan sus noches en fiestas e instalaciones afuera del predio, más allá del alcance del personal de seguridad, durante el evento de cuatro días. Y la Comic-Con tiene la particular distinción de que muchos de sus asistentes usan disfraces, algo que puede ser revelador.
En 2014, un grupo llamado Geeks for CONsent pidió política formal anti-acoso en la Comic-Con. Los organizadores del grupo portaron pancartas y repartieron ese año tatuajes temporales que decían «Los disfraces no equivalen a consentimiento».
Desde que el movimiento #MeToo sacudió la cultura, otros eventos de gran escala han reevaluado sus propios protocolos de seguridad. Algunos han abordado el asunto abiertamente y creado líneas telefónicas para que los asistentes reporten casos de acoso o abuso. El Festival de Cine de Sundance actualizó a principios de año su código de conducta y se asoció con la procuraduría general de Utah para implementar una línea directa las 24 horas.
Sunu Chandy, directora legal para el Nacional Women’s Law Center, ha visto mejores prácticas implementarse en respuesta a #MeToo y Time’s Up.
«Veo muchas organizaciones aprovechando este momento para ser muy claras y directas en las sesiones inaugurales sobre el comportamiento esperado, qué está prohibido y a dónde debe acudir alguien», dijo Chandy. «Eso ayuda mucho a fijar las pautas para el evento y asegurar que todos los participantes puedan participar de una manera segura y amena».
Representantes de Comic-Con International declinaron proporcionar detalles sobre sus medidas de seguridad, pero dijeron que trabajan de cerca con el Departamento de Policía de San Diego y otras entidades de la ley. También emplean varias compañías de seguridad privadas.
Algunos asistentes esperan una atmósfera diferente este año debido a los movimientos sociales y el mensaje implícito enviado cuando Hardwick se retiró de su panel. Martinetti, quien será la anfitriona de una sesión el viernes sobre mujeres que están cambiando el juego en la ciencia ficción y el contenido de género, con panelistas como la creadora de «Crazy Ex-Girlfriend» Rachel Bloom, es una de ellas.
«Creo que será un poco diferente porque cuando ves que una personalidad prominente y conocida es responsabilizada de sus actos y comportamiento, eso pone en alerta a todos los demás», dijo Martinetti. «Pero creo que es algo temporal».
Aun así, ha visto cambios positivos en los últimos años, «no solo en la conformación de paneles y los temas que fueron discutidos, sino también en el lenguaje que se usa hacia las personas disfrazadas y ser más corteses no solo con las mujeres sino con cualquiera que no sea un hombre blanco heterosexual y cisgénero en buena condición física».