La ola de violencia en México se gestó en los 12 años del PAN, y aunque en su regreso al poder el PRI prometió pacificar al país, la inseguridad alcanzó niveles históricos y se expandió a estados que antes de este sexenio aún vivían en paz. Además, los casos de corrupción de funcionarios públicos detonaron sin que se tomaran medidas ejemplares, a la par que la economía se frenó, aumentó el número de pobres, el peso se depreció y el incremento de precios de bienes y servicios también tocaron niveles récord. Esa es la foto que toman los politólogos al momento actual.
Tras estos 18 años de bipartidismo, este domingo los mexicanos serán protagonistas de unos comicios históricos por el número de ciudadanos que participan, por sus costos económicos y por la cantidad de puestos de elección popular que se eligen, entre ellos, el de Presidente de México para los próximos seis años.
Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).– Este domingo 1 de julio más de 89 millones de mexicanos están llamados a salir a emitir su voto para elegir al próximo Presidente de la República. Más de 97 mil ya lo hicieron desde el extranjero. Frente a la boleta con la opción de los cuatro candidatos: Ricardo Anaya Cortés (Por México al Frente), Andrés Manuel López Obrador (Juntos Haremos Historia), José Antonio Meade Kuribreña (Todos por México) o Jaime Rodríguez Calderón (independiente), el electorado evaluará 18 años de bipartidismo del Partido Acción Nacional (2000-2012) y del Partido de la Revolución Institucional (2012-2018), expusieron politólogos.
Este día, dependiendo la entidad, luego de más de 90 días de campaña, de 59 mil spots y un periodo de veda electoral, también se elegirán más de 18 mil cargos públicos incluyendo legisladores federales y locales, alcaldes, síndicos, regidores o gobernadores en 30 entidades. Hay 156 mil 849 casillas establecidas en el país, de las cuales solo 100 están en riesgo de instalarse por conflictos locales, informó el Instituto Nacional Electoral (INE).
Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Yucatán, Veracruz y Ciudad de México renovarán Gobernador o Jefe de Gobierno.
«Para eso sirven las votaciones: para premiar o para castigar a autoridades y gestiones», dijo el politólogo Hervey Rivera González, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). «La gente busca una esperanza, no un castigo», consideró el sociólogo y politólogo Valeriano Ramírez Medina, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El presupuesto al INE para organizar el proceso electoral federal fue de 7 mil 961 millones pesos y los partidos políticos recibieron más de 6 mil 788 millones de pesos para sus campañas.
El Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, dará a conocer los resultados del conteo rápido sobre la elección Presidencial alrededor de las 11 de la noche con carácter de «irrevocable», el cual reflejará las tendencias sobre qué candidato federal encabeza las votaciones basado en una muestra de 7 mil casillas de cuadernillos de escrutinio y cómputo. Por otra parte, el conteo de las copias de las actas de las casillas (el PREP) iniciará este domingo a las 8 de la noche al lunes a las 8 de la noche, por lo que se tiene previsto que a las 3:00 horas se tendrá un 55 por ciento contabilizado y publicado.
Para emitir los resultados oficiales se contarán las actas originales entre el miércoles 4 de julio y domingo 8 de julio.
«Ahora que nos hemos formado como país, los problemas ya no son económicos como en los ochenta-noventa, sino de seguridad que no veíamos desde la posrevolución», dijo el politólogo Hervey Rivera. «Vemos una gran desaprobación al Presidente de la República [sólo el 17 por ciento aprueba su gestión, de acuerdo con una encuesta de Grupo Reforma]. Ese partido ya se conocía y regresó en 2012».
El cambio que los mexicanos anhelan, dijo, es que cese la violencia y corrupción, que la economía llegue a los bajos sectores, más seguridad y que el gobierno funcione y «no vele por sus intereses».
La plataforma Democracia sin pobreza de las organizaciones civiles de Acción Frente a la Pobreza reveló que el voto se compra en promedio en 500 pesos por elector, de acuerdo con denuncias ciudadanas que han recibido de diversos estados de la República. En el Estado de México, de donde la Fepade recibió más denuncias por delitos electorales, dan entre 200 a 5 mil pesos.
El viernes pasado, el Consejero Presidente del INE, Córdova Vianello, y Janine Madeline Otálora Malassis, Magistrada Presidenta del Tribunal Electoral, invitaron a los ciudadanos a votar y confiar en que como autoridades electorales garantizarán elecciones libres y con justicia neutral. Horas después, Córdova llamó enérgicamente a las casas encuestadoras y a medios de comunicación a no difundir las encuestas de salida antes de las 8 de la noche para no generar incertidumbre ni publicar datos falsos.
El Concejo Indígena de Gobierno, por su parte, mediante la ex precandidata y vocera María Jesús Patricio Martínez «Marichuy», llamó a la unión del pueblo mexicano, sin importar quién gane este día.
PANISMO, EL INICIO DE LA VIOLENCIA (2000-2012)
Luego de la crisis petrolera de 1982, la caída del sistema en 1988 donde se impuso Carlos Salinas de Gortari y la crisis económica de 1994-1995, ya con un Instituto Nacional Electoral más sólido, México votó por el cambio y puso fin a siete décadas del PRI.
El 2 de julio del 2000 el 42.52 por ciento votó por Vicente Fox Quesada, el candidato de la Alianza por el Cambio compuesta por los partidos Acción Nacional (PAN) y Verde Ecologista de México (PVEM), y en 2006 el 36.89 por ciento eligió al panista Felipe Calderón Hinojosa.
El politólogo y sociólogo Valeriano Ramírez de la UNAM, recordó que de acuerdo con una cláusula de democracia firmada para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México estaba obligado por la OCDE a la alternancia en el poder. Sin embargo, el panismo dejó tres huellas en el país: una reducción del Estado ya que la vivienda pasó de una obligación del sector público a cargo de Infonavit, Fovissste y constructoras; una polarización social por las diferencias políticas y religiosas, además de la violencia generada por el crimen organizado; y «un país que no alcanzó a dar conclusión al proyecto que buscaban».
Hervey Rivera, académico en Ciencias Políticas, aseveró que «los problemas de violencia se gestaron ahí», en los 12 años de gobierno blanquiazul.
Fox Quesada, empresario ex Gobernador de Guanajuato, se comprometió a pacificar Chiapas tras el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), combatir la corrupción, no privatizar a las empresas Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), recuperar el campo, combatir la pobreza, entre otras, como crecer 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Durante su sexenio el tipo de cambio se mantuvo estable y surgió el entonces Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI).
«No ganó Fox, perdió el PRI», dijo el académico Ramírez.
Sin embargo, el guanajuatense enfrentó diversos escándalos: el financiamiento a su campaña denominado “Amigos de Fox”; la cancelación del proyecto del aeropuerto en Texcoco tras la oposición de ejidatarios y poblados como San Salvador Atenco, Estado de México; señalamiento de enriquecimiento ilícito de los hermanos Bribiesca, hijos de su esposa Martha Sahagún; la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2001 del penal de Puente Grande en un carrito de la ropa sucia; la compra de toallas para Los Pinos por 4 mil pesos; roces con el mandatario de Cuba, Fidel Castro, durante su visita a México; y fallas en la inauguración de la Biblioteca Vasconcelos detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Ahora, en Oaxaca es considerado persona non grata por asegurar que Benito Juárez no fue un buen Presidente.
Fox, quien en su campaña apeló al voto útil de los militantes del PRD hacia su proyecto, participó en el intento de desafuero al entonces abanderado perredista Andrés López Obrador para intentar impedir que fuera candidato a la Presidencia en 2006 y entregó la banda al panista Felipe Calderón Hinojosa en medio de señalamiento de un fraude electoral ante los resultados cerrados (0.54 por ciento).
El politólogo Valeriano Ramírez expuso que en el 2006 el PRI estaba fragmentado entre el grupo de Beatriz Paredes y el de Roberto Madrazo, entre sus miembros la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, quien se salió del tricolor y del Congreso.
«Ambos peleando por el destino del partido. Paredes buscaba mantener una línea de la tecnocracia y neoliberalismo, y por el otro lado Madrazo buscaba un proyecto diferente mucho más nacionalista», evocó. «No gana Calderón porque fuera la mejor opción, sino porque el PRI venía fragmentado», dijo.
Hace casi doce años, «Que la droga no llegue a sus hijos» fue la promesa de Felipe Calderón. Entonces mandó a más de cinco mil elementos contra el crimen organizado en el primer operativo en Michoacán en diciembre de 2006. La guerra comenzó y sigue. Hasta el término de su gestión, hubo más de 100 mil muertos y más de 28 mil desaparecidos.
En 2008, el 1.4 por ciento de la población reportó consumir drogas ilegales en el último año y en 2016 se duplicó a 2.7 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas 2016-2017.
En 2008 el panista enfrentó la crisis financiera mundial y luego, en junio de 2009, se incendió la Guardería ABC en Sonora. Entre los involucrados estaba una familiar de la Primera Dama, Margarita Zavala, ex aspirante presidencial. Pero todos los involucrados fueron liberados.
En abril de 2012, en el ocaso del sexenio calderonista, The New York Times reveló que de 2001 a 2005 la trasnacional Walmart pagó millones de pesos a funcionarios de todos los órdenes de gobierno para acelerar permisos y quitar trabas a la proliferación de tiendas y así ganar el dominio en el mercado mexicano.
Durante este proceso electoral, el economista apoyó la campaña de la ex candidata independiente Margarita Zavala hasta que en mayo decidió renunciar a la contienda.
EL REGRESO DEL PRI
En el marco de una ola de violencia sin precedentes en la historia actual del país, México salió a las urnas en julio de 2012 y un 38.20 por ciento votó por el candidato del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto. Sin embargo, el nivel de violencia en este sexenio superó al del calderonismo y se expandió a estados otrora pacíficos como Guanajuato, de acuerdo con cifras oficiales. Y a eso se sumó una lista de escándalos de corrupción.
El politólogo de la BUAP Hervey Rivera dijo que el mandato de Peña Nieto comenzó con el impulso de la prensa internacional por las reformas estructurales, pero después se «revirtieron» y se sumó la corrupción en los niveles federal y estatales, así como la inseguridad. «Al parecer solo Yucatán se salva», expresó. «Hace diez años Puebla era una entidad tranquila y hoy ya compite con el Bajío y en momentos con el norte», lamentó el académico local.
«Una de las promesas de Peña Nieto fue pacificar, pero al contrario, se disparó por mucho al legado de Calderón», enfatizó.
Calderón acumuló 102 mil 859 asesinatos durante sus seis años de Gobierno, pero el sexenio de Peña, antes de terminar, ya llevaba más de 104 mil homicidios en los primeros dos meses de este año, de acuerdo con el Secretariado de Seguridad Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El 2017 fue el año más violento en la historia. Se registraron niveles no vistos en homicidio doloso y ocho de los 10 delitos de alto impacto a nivel nacional tuvieron alzas, reveló el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC). Durante el año pasado, el homicidio doloso aumentó 5.90 por ciento respecto a 2011, el año más violento del que se tenía registro. Por este delito, se registraron 25 mil 339 carpetas de investigación y 29 mil 168 víctimas.
Valeriano Ramírez, sociólogo de la UNAM, aseguró que el PRI volvió al poder con la promesa de «recuperar» un Estado de bienestar, «pero tampoco se cumplió», ya que hubo una mayor inversión del capital en áreas estratégicas que no generó empleos y se polarizó aún más la población, además de incrementar la pobreza, la desigualdad y «por lo tanto el descontento». Con Peña además se depreció más de un 50 por ciento el peso frente al dólar, la deuda pública subió hasta los históricos 10 billones de pesos y la inflación, dados los gasolinazos, casi alcanzó el 7 por ciento.
Durante este sexenio surgió la co-participación con la inversión privada a través del Pacto por México. «La gente está resentida con la privatización porque siente que no han habido beneficios por la privatización de Telmex, de la banca, de los ferrocarriles, ni ahora con la incorporación de capitales al petróleo [con la Reforma Energética]. No se han generado más trabajos ni se han hecho realidad las promesas que se hicieron [menores precios energéticos]», afirmó.
Asimismo, desde el segundo año de mandato del priista se reveló el primer escándalo de corrupción por la “casa blanca” y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Guerrero. Se sumaron más casos: los supuestos sobornos de la constructora OHL México, el desvío de recursos públicos de gobiernos estatales y el de la constructora brasileña Odebrecht que, a pesar de involucrar a funcionarios de Pemex, México ha sido el único país –junto con Venezuela– en no sancionar a los señalados.
Como resultado, durante el sexenio se pasó del año 2013 a 2017 del sitio 106 al 135 en percepción de corrupción en el sector público, con lo que también se ubicó en el peor lugar entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y destaca como el segundo más corrupto en la región latinoamericana, de acuerdo con el Índice de Transparencia Internacional.