Adquirir una casa en la Ciudad de México sale mucho más caro y el suelo, comparado con el resto de la República, se ha encarecido el doble en los últimos 10 años. Hace una década el costo promedio de la vivienda era de un millón 500 mil pesos y hoy el promedio es de 4 millones de pesos.
Para el sector inmobiliario es poco probable que los jóvenes de la capital vivan en los mismos barrios que sus padres, simplemente porque ya no les va alcanzar. La única forma de vivir en las colonias donde crecieron es quedándose con su familia y trayéndose a sus esposas porque los precios son inasequibles.
El informe «Los jóvenes y los mercados laborales», elaborado por la Ibero, refiere que el 66.5 por ciento de los jóvenes mexicanos, de 15 a 29 años de edad, se encuentra en una situación de precariedad laboral (por carencia de prestaciones de Ley en salario y condiciones laborales) y el 58 por ciento ni siquiera tiene un contrato laboral.
Por Laura Quintero
Ciudad de México, 22 de junio (EconomíaHoy/SinEmbargo).– Las condiciones laborales que viven la mayoría de los jóvenes del país hace que aspirar a tener una vivienda sea cada vez menos posible, pero adquirir una casa en la Ciudad de México se vuelve todavía más difícil, ya que es mucho más caro y el suelo, comparado con el resto de la República se ha encarecido el doble, así lo indicó Homero Garza Terán director de la Sociedad Hipotecaria Federal.
«Es muy poco probable que los jóvenes vivan en los mismos barrios (de la Ciudad de México) donde vivieron sus padres, simplemente porque ya no les va alcanzar. La única forma de quedarse a vivir en el barrio donde probablemente crecieron es quedándose a vivir con sus papás trayéndose a sus esposas porque los precios son inasequibles», afirmó Garza Terán durante su participación en el foro «Expectativas de la industria inmobiliaria frente al proceso electoral 2018».
El funcionario detalló que el precio de la vivienda en la Ciudad de México ha venido incrementando entre un 7 y 8 por ciento anualmente por lo que si sigue esta tendencia en cinco años, las casas se habrán encarecido más de un 40 por ciento.
De acuerdo con datos de la consultoría inmobiliaria Softec, hace 10 años el costo promedio de la vivienda era de un millón 500 mil pesos y hoy el promedio es de 4 millones de pesos. Mientras que en ciudades como Monterrey y Guadalajara los precios se han mantenido estables, en 700 mil y 900 mil pesos, respectivamente, y 10 años después se mantienen. En concreto, en Guadalajara el precio promedio de la vivienda hace 10 años era de 900 mil pesos y también conserva el mismo valor.
ESQUEMAS LABORALES SON UN OBSTÁCULO
El informe «Los jóvenes y los mercados laborales», elaborado por el observatorio de Salarios de la Ibero, refiere que el 66.5 por ciento de las y los jóvenes mexicanos, de 15 a 29 años de edad, que forman parte de la población trabajadora asalariada en México, se encuentra en una situación de precariedad laboral (por carencia de prestaciones de ley en salario y condiciones laborales) y el 58 por ciento ni siquiera tiene un contrato laboral.
Además, la carencia de un salario digno de acuerdo a la Constitución Mexicana, y la carencia de seguridad social, aportan dos terceras partes de esa precariedad. El otro 33 por ciento de la inestabilidad laboral se debe a la carencia en prestaciones sociales, salud, tipo de contratación y en la jornada de trabajo.
Al respecto, Jordan Magulen, director general de Nomad Living, afirmó que además de las dificultades porque los salarios son bajos, muchos jóvenes obtienen sus ingresos a través de honorarios, empleos independientes, sin cotizar y sin tener un ingreso fijo mensual, por lo que esto es otro de los obstáculos que enfrentan los jóvenes para adquirir una vivienda.
RENTAS INCREMENTAN DEMANDAS
Ante las pocas oportunidades que tienen los jóvenes de la Ciudad de México para adquirir vivienda, las rentas han incrementado su demanda, pero incluso éstas están fuera del alcance de muchos jóvenes por lo que han tenido que implementar formas de vivir no ‘tradicionales’ para tener un hogar, así lo indicó Magulen.
«Por los niveles de los salarios de los millenialls, éstos destinan alrededor de un 40 y un 60% de los sus ingresos netos para pagar una renta. El año pasado las rentas en la Ciudad de México aumentaron en promedio un 11%, por lo que para solucionar este tema han implementado formas de vivir no ‘tradicionales’, es decir, viven con un roomie, comparten cuartos y hay proyectos como el co-living que no está tan probado aquí en México», explicó.
El co-living consiste en que un grupo de personas deciden compartir vivienda. Esta tendencia se ha observado en grandes ciudades por lo caras que son, y los nuevos centros de co-living son una mezcla de hostales y centros co-working.
Detalló que la Ciudad de México es una ciudad global en donde las viviendas son muy caras para los salarios que ganan los jóvenes. Hay mucha demanda de vivienda porque no sólo vive la gente que nació aquí, también hay muchas personas de otras partes de la República y de otros países que están incrementando la demanda.
Los especialistas indicaron que el problema es que los terrenos son muy caros, por lo que la solución para bajar las rentas y el costo de la vivienda es aumentar la densidad de la vivienda, lo cual implicaría modificar los usos del tipo de suelo.