Los talibanes informaron que el cese al fuego, el primero en 17 años de conflicto, es para que los afganos puedan «realizar los rezos del Eid y otros rituales con confianza»; sin embargo, aclararon que «si los guerreros son atacados deberían responder con fuerza y defenderse», además de que la tregua no incluye a los «invasores extranjeros.
Kabul, 9 de junio (EFE).- Los talibanes anunciaron hoy un alto al fuego de tres días en Afganistán desde el comienzo del Eid al Fitr, la fiesta que marca el fin del Ramadán, dos días después que el Gobierno afgano presentase una tregua unilateral sin precedentes.
«Todos los mujahidin (guerreros) tienen instrucciones de parar todas sus operaciones ofensivas contra las fuerzas de oposición locales (fuerzas afganas) a lo largo del país durante el primer, segundo y tercer día del Eid, pero si los guerreros son atacados deberían responder con fuerza y defenderse», afirmó la formación insurgente en un comunicado difundido por correo electrónico.
Los talibanes precisaron que la tregua, la primera en 17 años de conflicto desde la invasión estadounidense, no incluye a los «invasores extranjeros», que deben ser atacados «en cualquier lugar y en cualquier momento».
De acuerdo con el comunicado, firmado «la dirección del Emirato Islámico (como se denominan a sí mismos los talibanes), el alto al fuego llega para que los afganos puedan «realizar los rezos del Eid y otros rituales con confianza».
Según la duración del mes sagrado de Ramadán, que varía cada año dependiendo del calendario lunar, la tregua anunciada por los talibanes comenzará el 15 o el 16 de junio, coincidiendo con el primer día del Eid.
Los talibanes no mencionaron en su comunicado al alto al fuego unilateral anunciado hace dos días por por el Gobierno afgano con motivo del Ramadán y después de que unos dos mil líderes religiosos llamaran a los talibanes a buscar un proceso de paz.
El presidente afgano, Ashraf Gani, presentó la tregua como una nueva oportunidad para que la formación insurgente abandone las armas, después de que ésta rechazase una ambiciosa oferta de paz lanzada en febrero por el Gobierno.
Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas tras el final de la misión de la OTAN en 2015, que solo continúa en el país en tareas de adiestramiento y capacitación de las fuerzas afganas.