Chun-Li desafió por completo las expectativas sobre las mujeres en los videojuegos. Usaba un atlético qipao modificado, botas de combate, brazaletes con picos en cada muñeca, y tenía grandes músculos, impresionantemente tonificados. Además, era uno de los mejores personajes competitivos de Street Fighter.
Por Christobel Hastings traducido por Laura Castro
Ciudad de México, 22 de julio (SinEmbargo/Vice Media).- Era el año 1991 y el lanzamiento de un nuevo videojuego estaba a punto de revolucionar la industria. El juego en cuestión, Street Fighter II: The World Warrior, había sido diseñado con un marco innovador, movimientos especiales de alta velocidad y una amplia gama de personajes, cada uno armado con su propio y único estilo de pelea. En poco tiempo, el lanzamiento del nuevo juego de Capcom reviviría el género de pelea uno a uno y traería de vuelta la escena arcade que estaba al borde del colapso.
Pero el diseño vanguardista de Street Fighter no era lo único que les dio de qué hablar a los jugadores. Entre los descomunales luchadores, los mutantes de piel verde y los maestros de yoga que escupen fuego en la alineación de World Warrior, se encontraba una nueva y sorprendente adición: un artista marcial chino de primer orden, con puñetazos relámpago y patadas ágiles que también resultó ser una mujer. Su nombre era Chun-Li.
Hoy, no puedes hacer una lista de los mejores personajes de videojuegos sin incluir a la icónica heroína de Street Fighter. En los casi 30 años de historia de los videojuegos, Chun-Li ha pasado de ser un gráfico granuloso en 2D a ser un símbolo mundial de excelencia femenina, una poderosa guerrera que ha derrotado tanto a villanos nefastos como a estereotipos de género con un golpe mortal. A lo largo de los años, Chun-Li se ha convertido en uno de los pocos personajes de Street Fighter en ser representada en largometrajes de acción con personas reales, con Ming-Na Wen protagonizando Street Fighter en 1994 y Kristen Kreuk, Street Fighter: The Legend of Chun-Li en 2009. Y cuando se trata de cameos en juegos fuera de Street Fighter, Chun-Li está estrecha y significativamente relacionada con el protagonista del juego, Ryu. En 2013, Complex describió a Chun-Li como «posiblemente el personaje femenino de videojuegos más popular que se haya creado».
Para poner el legado de Chun-Li en contexto, tenemos que viajar de vuelta a los años 90, donde la representación del género en la pantalla en su mayoría equivalía a una mujer del servicio con poca ropa. Los videojuegos en su conjunto tenían pocos personajes femeninos, y los que tenían eran una farsa sexual absoluta. Esto es más evidente en los videojuegos para adultos de la primera mitad de la década: tenemos a las mujeres haciendo pucheros de Bubble Bath Babes (1991), las «chicas de la bomba de gasolina» de Leather Goddesses of Phobos 2 (1991) y Spellcasting 301: Spring Break (1992), en el que el protagonista, Ernie Eaglebeak, se sale con la suya con una serie de mujeres hermosas y sumisas. En 1995, la sexualización gratuita de las mujeres en los videojuegos alcanzó su punto máximo.
También había muchas damiselas en desgracia: personajes tontos y distraídos que tenían muchas desventajas en su diseño y, como resultado, necesitaban ser rescatadas del peligro. Tomemos, por ejemplo, a la beatífica princesa Zelda (1994) o a la eternamente secuestrada Pauline en Donkey Kong. Otro ejemplo notable es la Princesa Peach de grandes ojos en Super Mario 64 (1996), cuya única defensa contra el ataque enemigo venía en la forma de un corazón sonriente y con hoyuelos.
Luego estaban las peleadoras sexys: la experta en combate Jill Valentine en Resident Evil (1996), Samus Aran en la serie Metroid, y el fenómeno mundial de Lara Croft (1996), cuyos pechos gigantes y su extraordinaria destreza física revelaron un deseo por que hubiera personajes femeninos que fueran tanto eróticos como letales.
En medio de este mundo digital diseñado, desarrollado y dominado por los hombres, Chun-Li desafió por completo las expectativas sobre las mujeres en los videojuegos. Usaba un atlético qipao modificado, botas de combate, brazaletes con picos en cada muñeca, y tenía grandes músculos, impresionantemente tonificados. Además, era uno de los mejores personajes competitivos de Street Fighter; su velocidad, agilidad y victoriosos super combos probaron ser una mezcla devastadora para sus oponentes, y garantizaron su dominio de primer nivel a lo largo de la serie.
Aunque Chun-Li surgió como un héroe de acción irreprimible, la creación de su personaje no fue inmediata y directa. Los artistas de Street Fighter tenían la tarea de hacer que Chun-Li fuera «adorable», «elegante» y «hermosa», y uno de los principales diseñadores del videojuego, Yoshiki Okamoto, incluso quería darle una barra de vida más corta para mostrar que las mujeres eran el sexo físicamente más débil (afortunadamente esto fue descartado). La identidad y la historia de fondo de Chun-Li también fueron una gran fuente de debate para el equipo. En un momento dado, se la llamaría «China Daughter», y su diseño original era el de una soldado del ejército, basada en Vasquez de Aliens. Cuando llegó el momento de precisar su imagen, el diseñador del personaje Akira Yasuda fue extremadamente exigente con respecto a la representación de las piernas y las medias de Chun-Li. Según Akira Nishitani, el director original del videojuego Street Fighter en Capcom, los rediseñó tres veces, lo que casi provocó que el equipo no lograra cumplir con los plazos establecidos. (Incluso se ha dicho que Yasuda tenía un importante fetiche con los muslos, pero en cualquier caso, los fanáticos están absolutamente complacidos puesto que sus muslos extraordinariamente musculosos han ayudado a redefinir el modelo de la feminidad en los videojuegos).
Chun-Li finalmente hizo su debut en 1991. Como una experta en artes marciales y agente encubierto de la Interpol que buscaba vengar la muerte de su padre, su misión era destruir la organización criminal Shadaloo y a su malvado líder, M. Bison. A medida que avanza la serie, nos damos cuenta de que es una firme defensora de la justicia social, comprometida con honrar el legado de su padre y proteger a los ciudadanos de buen corazón de su mundo. En Street Fighter III: Third Strike, se retira de las peleas callejeras para enseñar artes marciales a niños, sólo para después regresar a las fuerzas de seguridad y rescatar a uno de sus alumnos que fue secuestrado por el malvado súper luchador genéticamente modificado Urien.
Chun-Li inmediatamente saltó a la popularidad como el primer personaje femenino jugable de la franquicia. Y al darle la misma profundidad de historia y capacidad de combate que a cualquier otro jugador, Street Fighter estableció el estándar para la caracterización femenina. Desde sus hábiles golpes y poderosos ataques aéreos hasta su infame patada Spinning Bird, las capacidades ofensivas de Chun-Li demostraron que era una mujer que finalmente podía pelear en igualdad de condiciones con sus contrapartes masculinas. Chun-Li fue tan popular que, dos años más tarde, Street Fighter presentó a la vigorosa soldado militar «Delta Red» Cammy en Super Street Fighter II: The New Challengers. Siendo miembro del equipo de élite de las fuerzas especiales británicas, Cammy frecuentemente hacía equipo con Chun-Li en las investigaciones.
«Es posible que para muchos hombres y mujeres jóvenes de principios de la década de 1990», escribe Bryan J. Carr en Los 100 mejores personajes de videojuegos, «Chun-Li haya sido su introducción a la idea de que una mujer podía ser tan capaz como un hombre tanto en el mundo virtual como fuera de él». Otros fanáticos de Street Fighter recuerdan con cariño haber practicado su característica patada de rayo, sintiéndose inspirados por su sentido de justicia y, en palabras de un jugador, haber disfrutando ganar un «torneo lleno de hombres musculosos», así como haber vencido a sus compañeros jugadores durante una tarde de videojuegos.
Gracias al éxito de la serie Street Fighter, Chun-Li ha disfrutado de un inmenso atractivo para los crossovers dentro de la cultura pop, con una película de acción estadounidenses y otra china, cómics, programas de televisión animados y listas de música inspiradas en su legado. Más recientemente, Chun-Li llegó a los titulares después de que Nicki Minaj anunciara un nuevo sencillo que lleva su nombre, con una portada que evoca sus fuertes piernas y sus característicos chongos. Al igual que su musa, Minaj ha sido durante mucho tiempo representante de la fortaleza femenina en una industria dominada por los hombres. Y no le es ajeno ser la primera jugadora importante en su campo, como la rapera actual más premiada de todos los tiempos. Al escuchar a Chun-Li gritar «Yup» cada vez que da una patada eléctrica, casi puedes escuchar a la futura Sra. Minaj estableciendo su propio legado lírico.
Lo más importante es que Chun-Li demostró que los videojuegos podían beneficiarse de tener protagonistas femeninas. Sin la influencia de Street Fighter II, es probable que los personajes femeninos hubieran languidecido siendo simples personajes de apoyo durante mucho más tiempo. El progreso se ha dado con una lentitud extenuante, pero la mayoría de los videojuegos de peleas ahora tienen al menos uno o dos personajes femeninos jugables, si no es que un personaje femenino como principal protagonista.
«Street Fighter fue pionero en el feminismo de la industria de los videojuegos a través del personaje de Chun-Li», escribió Patricia Sarkar en 2016. «Los videojuegos en su conjunto tenían relativamente pocos personajes femeninos, y aún tienen pocos hasta este día. Al igual que cualquier otra industria del entretenimiento, los roles principales están dominados principalmente por personajes masculinos y blancos. Chun-Li fue la excepción a esta regla, y comenzó el movimiento hacia una línea más diversa de personajes. Siendo de nacionalidad china y mujer, ella fue quizás uno de los mejores primeros personajes femeninos de todos los tiempos».