El doctor Greenfield, académico de la Universidad de Connecticut, alertó sobre el uso de internet. El también fundador del Centro de adicción a la internet y tecnología explicó que la adicción a navegar en dispositivos móviles y de escritorio puede afectar nuestra habilidad de organizar nuestro tiempo, energía y atención.
Ciudad de México, 20 de mayo (LaOpinión/SinEmbargo).- ¿Cuántas veces al día te tardas en completar una tarea debido a las interrupciones electrónicas que aparecen constantemente en la pantalla del teléfono, tableta o computadora?
El doctor Greenfield, Profesor asistente de la Universidad de Connecticut y fundador del Centro de adicción a la internet y tecnología, explica en su artículo de Psychology Today que el uso de la internet, particularmente a través de los teléfonos celulares, puede ser adictivo y afectar nuestra habilidad de organizar nuestro tiempo, energía y atención.
“La facilidad de acceso, la desinhibición, la estimulación del contenido, la distorsión y disociación del tiempo, el anonimato percibido, así como la activación de las vías de recompensa neurobiológicas en el sistema mesolímbico y la corteza prefrontal, contribuyen al poderoso impacto psicoactivo de la Internet”, describió el experto.
Greenfield comparó la adicción electrónica a la adicción a los juegos. “Cuando entras a la internet, nunca sabes qué es lo que vas a conseguir o cuan placentero será el contenido” Se trata de la misma impredecibilidad con la que funcionan las máquinas tragamonedas, y que mantiene a nuestros cerebros conectados en espera de una ‘recompensa’”, indicó.
Cuando encontramos algo satisfactorio en la internet se elevan los niveles de dopamina en el cerebro, una sustancia asociada con sentimientos de recompensa, compulsión y adicción. Debido a que no es un resultado predecible, seguimos chequeando constantemente y de manera compulsiva nuestros teléfonos, aunque muchas veces el contenido termine resultando irrelevante o poco satisfactorio.
Este es un comportamiento que nos mantiene automatizados, como si estuviésemos viviendo en piloto automático, y crea aislamiento social e intolerancia al aburrimiento. Básicamente terminamos sobre-estimulados y con problemas de atención y concentración.
El experto destaca que la cultura digital resulta en el menosprecio de actividades en “tiempo real”, y el adicto termina creyendo que una experiencia no es válida, a menos que pueda compartirla en las redes sociales.
Otros resultados negativos incluyen el comportamiento sedentario, el estrés de estar siempre conectados y la limitada capacidad de atención.
CÓMO «DESCONECTARSE»
Compartimos algunas medidas simples que pueden ayudarte a recuperar la concentración y deshacerte de interrupciones innecesarias:
1.- Descanso de las redes sociales. ¿Te animas a desconectarte de vez en cuando de Instagram, Facebook, Twitter o tu red social favorita? Prueba hacerlo cada semana, por un día, o aunque sea por un par de horas.
2.- El teléfono tiene límites. Si lo primero que haces al levantarte y lo último antes de irte a dormir es checar tu teléfono, quizás puedas probar dejarlo fuera de tu dormitorio o establecer otros límites donde el teléfono tenga “prohibido la entrada”.
3.- Lleva control del uso. Te sorprenderá darte cuenta de cuanto tiempo inviertes conectado a la internet. Irónicamente, existen aplicaciones como Offtime, BreakFree o RescueTime, que pueden controlar el tiempo que pasas conectado e incluso bloquear tus visitas a sitios que tú elijas, por determinados periodos de tiempo.