Redacción/SinEmbargo
07/08/2018 - 7:10 am
La alianza que siempre valió madre / Reclamo Burócrata
La coalición «Por México al Frente» fue desde su nacimiento señalada como una alianza antinatura, que nada bueno traería para los partidos que la integraban, mismos que tras la elección se han enfrascado en guerras internas.
La alianza que siempre valió madre
La coalición «Por México al Frente» fue desde su nacimiento señalada como una alianza antinatura, que nada bueno traería para los partidos que la integraban, mismos que tras la elección se han enfrascado en guerras internas. Al respecto en Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, escribe que: «por meses sostuve que la alianza PAN-PRD-MC viviría hasta que el candidato presidencial, Ricardo Anaya, la dividiera, lo que los suyos negaron […]. Pero embriagados de su proyecto de poder siguieron en una campaña que nunca levantó por las bajas que Anaya dejó en el camino de su plan presidencial. Y por eso partió al PAN, formó la alianza antinatura y se designó candidato. Su fallida estrategia fue la de colocarse en segundo lugar, igual que la de José Antonio Meade, para desde ahí, asaltar al puntero permanente, Andrés Manuel López Obrador, lo que no les funcionó, y los ataques que intercambiaron fortalecieron al tabasqueño. Así, en las elecciones del 1 de julio la victoria del candidato de Morena fue total, tanto, que ni con la suma de los votos de sus contrincantes alcanzaba para empatarle, con lo que vino la debacle de los partidos. El primero en reorganizarse y tomar una decisión fue el PRI: Meade se reunió con cuadros del partido, su equipo de campaña y dirigentes de provincia para agradecerles, al tiempo que se acordaba que René Juárez dejaría la presidencia del partido a Claudia Ruiz Massieu para ser coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro, y Miguel Osorio en el Senado. Mientras tanto, en el PAN, ante el vacío de Anaya, se ha dado una lucha fratricida por la presidencia de sus despojos donde al menos siete han levantado la mano, sin programa y sin sus coordinadores legislativos. Y peor, uno de los emblemáticos de Anaya […], su cercano coordinador en la Cámara de Diputados, Marko Cortés, vino a acordarse el lunes que siempre estuvo en desacuerdo con la alianza, lo que nunca denunció, al contrario. Y en el PRD, el pleito es por sus desechos, en la presidencial tuvo menos de 3 por ciento de la votación, y ahora los Chuchos denuncian la misma alianza que celebraron y acusan a Anaya de cometer errores de campaña, y en MC, Dante Delgado, que será Senador, ya anunció que votará todo con Morena. En esto acabó la malnacida alianza PAN-PRD-MC. Y el viejo régimen de partidos».
Sobre las disputas al interior del Sol Azteca en El Universal, el periodista Salvador García Soto, escribe que: «ni siquiera en momentos en que la realidad y el fenómeno de Morena los han reducido a su mínima expresión, en el PRD dejan de lado sus permanentes pugnas entre corrientes y con miras a las definiciones de las coordinaciones parlamentarias de sus minibancadas en el Senado y la Cámara de Diputados, se ha desatado una pugna interna por el control de las pocas posiciones de poder que le quedarán tras haber perdido casi todas sus gubernaturas, incluido su bastión de la Ciudad de México. En estos momentos la pugna es entre la corriente de ADN, encabezada por Héctor Bautista, que busca desplazar a Nueva Izquierda de Los Chuchos del control del partido. Y es que Bautista y su corriente, junto con Vanguardia Progresista (VP), han hecho una alianza con Miguel Ángel Mancera y su grupo para que sean ellos quienes definan a los próximos coordinadores parlamentarios, mientras que a Los Chuchos podrían dejarles la dirigencia nacional del partido. Con ese acuerdo, ADN se quedaría con la coordinación del Senado, con Juan Zepeda como líder de sus 8 senadores, mientras que los manceristas impulsarían a Héctor Serrano para coordinar la bancada perredista de 21 diputados. El entendimiento entre Mancera y Bautista […], ya provocó una reacción en contra de la corriente que comanda Jesús Ortega. El domingo pasado, reunidos en Oaxtepec, el grupo de Los Chuchos rechazó el ‘acuerdo político’ entre las Corrientes de ADN y VP con el grupo mancerista y exigieron que haya votaciones abiertas tanto para elegir a un nuevo dirigente del PRD como para definir a los coordinadores parlamentarios en el Congreso. El problema es que Los Chuchos ahora son víctimas de la reforma estatutaria que ellos mismos aprobaron, la llamada ‘reforma Barbosa’, que […] eliminó el voto de los legisladores para elegir a su coordinador y le otorgó la facultad de los nombramientos directamente al Comité Ejecutivo Nacional tanto en el Senado como en Diputados. Otro síntoma del debilitamiento de Los Chuchos al interior del PRD, es que en estos momentos uno de sus principales líderes, Jesús Zambrano, intenta desesperadamente llegar al Senado por la vía plurinominal […]. Ni ADN ni Zepeda quieren ceder la posición del suplente a Zambrano y en estos momentos está el jaloneo por esa senaduría. Veremos cómo se resuelven estas pugnas en un reducido PRD que, mientras intenta reinventarse y reformarse tras la peor debacle de su historia, corre el riesgo de fracturarse y debilitarse aún más».
Quienes no se quedan atrás en las disputas son los panistas, fuerza política en la que las fracturas no podrían ser más evidentes, al respecto en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: «Ricardo Anaya reapareció junto a Damián Zepeda, el líder nacional del PAN, quien confirmó que éste no retomará las riendas del partido. José Rosas Aispuro, Gobernador de Durango, dijo que Anaya y Zepeda “sufren un desgaste”. Pese a los dichos del Gobernador, los números indican lo contrario, el bloque en contra de Anaya suma apenas el 21% del padrón total del panismo. Durango tiene cinco mil 557 militantes, Querétaro ocho mil 130, Tamaulipas siete mil 72, Aguascalientes nueve mil 857, Baja California Sur dos mil 428, Puebla 24 mil 255 y Quintana Roo mil 812. Si el total del panismo nacional es de 281 mil 24 militantes, la suma es sencilla: la mayoría estaría del lado de Anaya. Comenzó el juego de las fuercitas».
Las disputas en el blanquiazul también son retomadas en El Universal, donde su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: «en la disputa por la presidencia del PAN, nos comentan algunos panistas, no solo está en juego la dirigencia, sino la subsistencia misma del partido. Nos mencionan que la sucesión se ha convertido en un caso de alto riesgo para el futuro de Acción Nacional. Aseguran que en la disputa por ver quien sucederá en el cargo a Damián Zepeda no hay, por el momento, un personaje que sea bien visto por los grupos internos que buscan quedarse con la dirigencia. Comentan que, en la actuales circunstancias del PAN, se requiere que el jefe nacional sea una persona que no tenga ya alguna aspiración política posterior, es decir, que no vea en la dirigencia un paso para conseguir una candidatura. Además, es deseable que el aspirante tenga un buen grado de interlocución con el PRI, con el fin de que exista un mayor contrapeso al régimen en el que Morena será mayoría aplastante. Y por si fuera poco, añaden, tendrá que lidiar con un partido con bajo presupuesto, y con una deuda de al menos 200 millones de pesos, que estará obligado a la austeridad. Bajo esos parámetros, nos hacen ver, ninguno de los que hoy mencionan para presidir al partido llena por completo el perfil. ¿Habrá en el PAN alguien que lo cubra?»
Reclamo Burócrata
Entre las propuestas de AMLO que conforman su proyecto de gobierno, existen varias que han comenzado a preocupar a los ciudadanos, sobre todo los que laboran en la administración pública, pues aseguran que varias medidas de las anunciadas por el tanasqueño vulneran los derechos no sólo de los trabajadores sino de otros sectores de la población, Al respecto en Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: «hay la convicción de que en México ganó por fin la izquierda. Yo tengo una idea vieja de la izquierda, una idea socialdemócrata, de los años 80 del siglo pasado. Según esa idea, un gobierno de izquierda no puede no plantearse el cobro de más impuestos como instrumento para redistribuir la riqueza. A esta noción de redistribuir la riqueza, en vez de concentrarla, hay que añadir una pasión igualitaria anterior: la de la igualdad ante la ley y la de la universalización de los derechos. Universalizar derechos implica internacionalismo: la disposición a defender los derechos de otros pueblos y naciones como si fueran los propios. La mayor ampliación de derechos civilizatorios que recuerda mi generación es la que en el último siglo ganó el feminismo. Una larga y emocionante historia: de las sufragistas inglesas al #MeToo. Lo ganaron jugándose la vida a la sencilla noción igualadora, igualitaria, y verdadera, de que las mujeres no pueden ser una ‘minoría’, como se les sigue llamando, con derechos disminuidos, sino la mitad y un poco más del género humano. Hago esta introducción para poner en su justa resonancia el reclamo que han hecho al nuevo próximo gobierno un grupo de feministas (hombres y mujeres) preocupados por lo que parece solo un alegato laboral a favor de ‘los trabajadores de confianza’ de la administración pública. Les preocupa a estos firmantes que en el proyecto de reingeniería del gobierno federal, se diga, como al pasar, que los contratados de confianza deben trabajar seis días a la semana y ocho horas cada día. La reflexión de estos ciudadanos incluye planteamientos de inusitada complejidad y sorprendente realismo. Sostener el proyecto de seis días de asistencia por ocho horas de trabajo, dicen: 1. Fomentará la desigualdad contra las mujeres. 2. Vulnerará el Interés Superior de la Infancia. 3. Creará retrocesos en derechos laborales adquiridos. 4. Entorpecerá la reconciliación nacional. 5. Atentará contra el desarrollo humano, la calidad de vida y la aspiración a la felicidad de las personas y sus familias».
Otro sector de la burocracia gubernamental que actualmente se encuentra preocupado son los que tras el cambio de administración se quedarán sin hueso. Al respecto en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: «le quedan menos de cuatro meses al gobierno de Enrique Peña Nieto, muchos integrantes de la Alta Burocracia -léase secretarios, subsecretarios y directores generales- ya anticipan su ingreso a la llamada ‘Renata’ (Reserva Nacional de Talento). Ese concepto, creado en el 2000 cuando el PRI perdió la Presidencia, se está poniendo de nuevo en boga y, quienes van que vuelan para allá después de años de tener cargo público, están pensando qué hacer cuando pierdan el hueso. Por lo pronto, que nadie se extrañe si comienzan a surgir decenas de despachos de ‘Consultoría Política’, o si quienes llevan años en cargos de diferentes Secretarías comienzan a aparecer en las nóminas de «Asesores» de gobernadores del tricolor. En los hechos, esas son las dos principales actividades de quienes dejan el Gobierno. Porque está visto que, a la mayoría de los políticos y burócratas de abolengo, le cuesta muuucho trabajo aterrizar en la Iniciativa Privada».
Miente, pero es inocente y eficiente
El nombramiento de Manuel Bartlett como titular de la Comisión Federal de electricidad ha recibido numerosos críticas, sobre todo por su pasado como funcionario de administraciones priistas. Sin embargo, existen algunas voces que señalan su experiencia como una ventaja, entre ellas está en Milenio, el periodista Carlos Marín, quien escribe que: «en 1985, a Manuel Bartlett se le pretendió implicar en el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena y, en 1988, se le acusó de operar el ‘fraude’ contra Cuauhtémoc Cárdenas con la dichosa ‘caída del sistema’. Lo primero fue una demencial patraña […] y lo segundo para nada decidió el triunfo de Carlos Salinas de Gortari, pues no se vota de manera electrónica sino acudiendo a las casillas distritales. Miente Bartlett, eso sí, cuando ya fuera del PRI sostiene que hubo fraude y que las boletas se quemaron por acuerdo de Salinas y Diego Fernández de Cevallos, ya que por ley se destruyen pero se preservan, microfilmadas, en el Archivo General de la Nación. Hoy, ante el anuncio de que dirigirá la CFE, se le quiere descalificar, pero con su experiencia en Gobernación y la SEP, y sobre todo con su exitosa gubernatura de Puebla, tiene atributos de sobra para el cargo que AMLO le asignó y haría mal, muy mal, en echarse para atrás».
¿Por qué Maduro no se va?
Esta es la principal interrogante de la opinión pública ante la crisis que se vive en Venezuela, dirigida por Nicolás Maduro quien parece querer retener el poder a toda costa. En ese sentido, en el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, cuestiona: «¿qué oscuras fantasías cree que cumple Nicolás Maduro cuando no es capaz de irse voluntariamente? […]. A los ojos del mundo, pocos países han sido tan cuestionados unánimemente y por tantos años. De Venezuela se han contado mil historias. Todas bajo el mismo hilo conductor: el autoritarismo con el que son gobernados sus más de 31 millones de habitantes y la miseria que esto les ha provocado. Peor aún, el autoritarismo que se aferra, de la mano de las más inverosímiles narrativas, a seguir en el poder […]. Nicolás Maduro sigue ahí, ostentándose como el Presidente de un país al que sólo ha podido darles bienestar en forma de mediocre burocracia. Su Viceministerio para la Suprema Felicidad Social no ha detenido la caída de la economía que, a decir de expertos, ha llegado a un millón por ciento de inflación […]. Las manos de Maduro lo controlan todo. Y lo destruyen todo. Por ello el colapso de todos los servicios. No hay uno solo que se salve. El transporte, la electricidad […], el agua […]. También los servicios de salud […]. El nivel de producción de petróleo está en su nivel más bajo, con base en la OPEP; pero el gobierno cita otras cifras más lejanas a la realidad, pero más acordes a la narrativa que les permite seguir con su dolorosa farsa. Maduro hace lo posible para mantener a raya a la oposición, que desde sus trincheras sigue en lucha. Evidentes violaciones a los derechos humanos, persecución política, límites a la libertad de expresión. El gobierno venezolano es hoy el espejo más crudo de régimen autoritario dispuesto a todo lo que dé, ahora sí literalmente, el imaginario: un atentado que generó detenciones y operativos del que no se ha visto una sola imagen. No hay nombres, no hay caras, no hay evidencias archivadas. Sólo un escándalo mediático que le sirvió para movilizar a sus seguidores […]. La culpa es de EU; la culpa es de Juan Manuel Santos, asegura. Pero lo cierto es que Venezuela entró el sábado en nuevo nivel de autoengaño. El que está narrado a través de la paranoia madurista. ¿Qué tan difícil es aceptar que el tiempo terminó? […] ¿por qué no se va? Incomprensible».
Pacificación
En tanto en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: «Andrés Manuel López Obrador afinó los últimos detalles de su participación en el primero de los 17 foros, a los que convocó para la pacificación del país, durante el vuelo de la capital a Ciudad Juárez, por lo que incluso Olga Sánchez Cordero tuvo que cambiarse de lugar a fin de delinear los puntos a discutir esta mañana. También durante el vuelo se declaró listo para contar ya mañana con el “diploma” —así llama a la constancia de mayoría como Presidente electo— y en Chihuahua sorprendió que fuera el Gobernador panista Javier Corral quien hasta con abrazo recibiera al tabasqueño y se fueran en la misma camioneta».
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