Diego Petersen Farah
04/05/2018 - 12:00 am
Las cuitas del joven Anaya
Salieron las primeras encuestas post debate con muy buenas noticias para López Obrador, pésimas para el PRI, y buenas y malas para el candidato del Frente. López Obrador puede estar tranquilo. La diferencia con sus contrincantes es de 16 puntos con el segundo lugar y 27 con el tercero, una ventaja que a 60 días […]
Salieron las primeras encuestas post debate con muy buenas noticias para López Obrador, pésimas para el PRI, y buenas y malas para el candidato del Frente.
López Obrador puede estar tranquilo. La diferencia con sus contrincantes es de 16 puntos con el segundo lugar y 27 con el tercero, una ventaja que a 60 días se antoja definitiva. Meade quedó ya fuera del juego y Anaya tiene bastante que festejar, pero mucho más de qué preocuparse.
La buena para el candidato del Frente es que, ahora sí, quedó claro que hay un segundo lugar claro, sin ambigüedad ni posibilidades de confusión. Si hay voto útil es para él, para nadie más. La mala es que las mismas encuetas revelan que el voto útil es insuficiente. Cuando se pregunta a los electores por quién votarían en caso de que solo hubiera dos candidatos, López Obrador y Anaya, Andrés Manuel se mantiene, mientras que el candidato del Frente solo suma tres puntos. Esto significa dos cosas. La primera es que el voto que perdió el PRI en los primeros meses de la campaña lo ganó Morena no el Frente, y segundo que en caso de apelar al voto útil lo que puede sumar Anaya es solo tres por ciento, porque el PRI ya se quedó en los huesos, ya no tiene voto blando que prestar. Ese 17 por ciento que tiene Meade es casi en su totalidad el voto duro, identificado y amarrado políticamente al tricolor. La segunda es que si Anaya quiere crecer tiene que hacerlo sobre el voto de López Obrador, y eso es mucho más complicado.
El voto útil se loga pactando con el poder, haciendo acuerdos cupulares, convenciendo a los electores que ya sabes quién es un peligro para México, sembrando miedo. Pero ese discurso ya no prende, a base de repetirlo lo vaciaron de contenido y no funciona más, y los puntos que puedan logar no sirven para mucho cuando la distancia es tan amplia. La única forma de alcanzar al puntero es, entonces, quitándole votos; cada punto que le quite Anaya a López Obrador suma doble, pero para ello candidato que va arriba tienen que dejarlos i (cometiendo errores, descuidando algunos sectores, radicalizando ciertas posturas, y el retador debe tener una red de propuestas y discursos capaz de cacharlos. Dicho de otra manera, si Anaya quiere quietarle votos a Andrés Manuel no solo tiene que comenzar a emocionar a los electores (cosa que no está fácil, pues es con mucho el más distante y poco emocional de los candidatos) sino correrse ideológicamente hacia donde están los electores: al antisistema.
Los dos caminos son incompatibles. El voto útil es el voto del statu quo; el voto antisistema requiere romper con muchos de los compromisos que carga el candidato. Esa será la decisión que el equipo de campaña del Frente deberá tomar en los próximos días. Esas son las cuitas del joven Anaya.
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