Científicos españoles, brasileños y australianos instalaron una red de diez sensores en una reserva ecológica en la selva para registrar los sonidos y movimientos de la vida silvestre de la zona.
Barcelona (España), 17 abr (EFE).- Un grupo internacional de científicos ha obtenido la primeras imágenes y sonidos en tiempo real en el Amazonas gracias a sensores allí instalados y con los que se quiere combatir la extinción de especies en esa selva tropical.
La instalación de los diez primeros sensores de monitorización en tiempo real de la biodiversidad en las reservas brasileñas de Mamirauá y Amañá en enmarcan en el proyecto «Providence» y en ella han participado científicos españoles, brasileños y australianos.
Esos sensores inahalámbricos instalados hace una semana en extremo sur de la reservas de Mamirauá y Amañá realizan ya un seguimiento constante de la vida silvestre en la zona, según explicó Michel André de la española Universidad Politécnica de Catalunya (UPC).
El equipo está formado por científicos del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la UPC, el Instituto de Desenvolvimento Sustentável Mamirauá y la Universidad Federal de Amazonas (UFAM) de Brasil, y la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), de Australia.
Se trata de la primera fase de ‘Providence’, un proyecto financiado por la fundación estadounidense Gordon and Betty Moore.
Durante 12 días, un equipo de 30 personas, entre científicos e indígenas locales, han instalado la red de sensores entre los ríos Amazonas y Japurá, en el Estado de Amazonas.
Los equipos están dotados con cámaras y micrófonos, alimentados por energía solar, que captan durante las 24 horas del día el movimiento y el comportamiento de los animales de la selva.
Según André, el gran avance de esta tecnología es la capacidad para identificar especies de animales (aves, reptiles, mamíferos, peces e insectos) a través de la imagen -también de noche gracias a las lentes infrarrojas- y el sonido, y enviar automáticamente esta información (vía satélite, wi-fi o 3G) desde la reserva de Mamirauá a una base de datos localizada en el LAB.
Para evitar consumos innecesarios, parte de los dispositivos de imágenes funcionan en estado semi-latente, es decir, se activan sólo cuando detectan movimiento de un animal que se acerca.
Para garantizar la comunicación, las antenas se han instalado en los puntos altos de los árboles más grandes y transmiten fotos, estudios y el nombre de la especie a la base de datos.
El sistema se completa con un módulo sonoro ubicado dentro de un lago «para registrar los sonidos de especies subacuáticas, como el delfín rosado y el tucuxi (otra especie de cetáceo)», según André.
Según el investigador, las tecnologías de análisis acústico instaladas «tienen capacidad para llegar a distancias mayores que las de los dispositivos de imagen, limitadas por la densidad de la selva, y permiten identificar en tiempo real los animales por los sonidos que emiten».
Además, los módulos de sonido disponen de dos micrófonos, uno para frecuencias sonoras audibles y el otro para el sonido que no capta el oído humano, como el producido por los murciélagos, así como de un hidrófono para grabar delfines y peces.
La identificación acústica de especies de animales se lleva a cabo mediante un sistema de inteligencia artificial, desarrollado por el LAB-UPC y que permite reconocer más de 30 especies de animales característicos de la fauna amazónica, como el jaguar, el delfín rosa y varias especies de monos.
Según André, en la fase siguiente del proyecto se ampliará a un centenar el número de sensores para hacer un seguimiento de toda la extensión de la Reserva Mamirauá, que se convertirá en la primera del mundo a ser monitorizada constantemente.
La tercera fase incluirá la instalación de un millar de sensores a lo largo de todo el Amazonas.