Margarito luchó hasta el último momento para tratar de salvar la vida de su compañera de vida, su esposa. Tomó un triciclo, subió al convaleciente cuerpo de Macaria y pedaleó fuerte para poder acercarse a un hospital que la atendiera.
Sin embargo, el esfuerzo fue en vano; su esposa falleció en el trayecto ante la mirada de automovilistas que no ofrecieron ayuda al hombre.
Ciudad de México, 17 de abril (Infobae/SinEmbrago).- Una bicicleta de triciclo –o carga– fue el único medio de transporte con el que contó Margarito para trasladar a su esposa enferma a un hospital. Sin embargo, no pudo llegar antes de que ella falleciera en el trayecto.
Los hechos ocurrieron en la delegación Tláhuac de la Ciudad de México. El matrimonio estaba comiendo en su casa cuando Macaria, esposa de Margarito, comenzó a sentir un dolor muy fuerte en el pecho.
Él no pudo encontrar ayuda para trasladarla y no tuvo otra opción que colocar una tabla en su «triciclo» para recostarla y él mismo llevarla al hospital.
Pero el esfuerzo de sus piernas no fue suficiente y a los pocos minutos, en la calle Felipe Ángeles de la colonia Zapotitlán, en Tláhuac, Margarito detuvo su marcha al darse cuenta de que su mujer ya no se movía.
Gente que estaba en el lugar llamó a los servicios de emergencia porque Margarito aún tenía la esperanzas de que Macaria estuviera viva, pero al llegar los paramédicos, confirmaron su fallecimiento por muerte natural.
Distintos medios reportaron que Margarito tuvo que regresar a su casa con el cadáver de su esposa, lo que conmocionó a los mexicanos por la frustración que pudo sentir Margarito y la indiferencia de las personas que no lo ayudaron.
Pareciera que la Ciudad de México, vista en postales, no padece de pobreza. Pero no es así. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 27.6 por ciento de los capitalinos vive en situación de pobreza, lo que representa un total de 2 millones 434 mil personas.
La población social con al menos una carencia social es de 4 millones 983 mil personas, el 56.5 por ciento, mientras que un millón 732 mil capitalinos carecen de los servicios de salud.
En el último informe del Coneval, con corte en el año 2016, los 10 municipios que tienen el mayor número de pobres son Ecatepec, Puebla, Iztapalapa, León, Tijuana, Chimalhuacán, Acapulco, Toluca, Ciudad Juárez y Nezahualcóyotl, de acuerdo com cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En la Ciudad de México, la delegación Iztapalapa tiene al 62.5 por ciento de su población con al menos una carencia, la principal es la de acceso a la seguridad social, le sigue el acceso a la salud y la carencia por acceso a la alimentación.
EPN Y EL SEXENIO DE LA POBREZA
Sólo 68 mil 249 personas dejaron de vivir en condiciones de pobreza entre 2012 a 2016 -un promedio de 17 mil 062 personas por año-, esta cifra podría ser el dato con el que se podría resumir la política de combate a la pobreza empleada por la administración de Enrique Peña Nieto.
Ocurrió lo mismo con la desigualdad. Si en 2008, según el Coheficiente de Gini, se ubicó en 0.4739, pasó a 0.4625 en 2016: una reducción de 0.0114 puntos, según esa escala donde cero es igualdad perfecta y 1 es desigualdad máxima.
De acuerdo con las cifras disponibles, el 43.6 por ciento de la población en México vive en condiciones de pobreza, que se sigue concentrando en el sur y sureste del país: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla. El mapa, por más años que pasen y más programas que se apliquen, no se movió.
Esa será la herencia de Peña Nieto y su Gabinete para quien llegue a Los Pinos en 2018. A quien gane la elección le espera una pobreza estancada y alrededor de ella, un montón de programas sociales que absorben presupuesto y parecen no tener rumbo.
La pobreza y la desigualdad es uno de los problemas que se ha afianzado en México durante décadas. Según la última medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), referente al periodo de 2014-2016, 53.4 millones de personas son pobres y además, 8.6 millones más son vulnerables a ser pobres por sus ingresos; 62 millones de personas viven con un ingreso inferior a la línea de bienestar (el equivalente al valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes) y 21.4 millones más, viven con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (el equivalente al valor de la canasta básica alimentaria por persona al mes).
En contra parte, sólo 27.8 millones de mexicanos, es decir, el 22.6 por ciento es el que está a salvo de ser pobre y tampoco es vulnerable a serlo.
– Con información de Daniela Barragán e Infobae