La policía de Guanajuato es uno de los sectores más afectados por la violencia que se vive en el estado. Sólo en el último año, seis oficiales han desaparecido: cuatro en Celaya y dos en Irapuato.
Celaya, Irapuato, Guanajuato/Ciudad de México, 14 de abril, (ZonaFranca/SinEmbargo).- Los niveles de violencia que se han reportado en el estado a últimas fechas han afectado todos los sectores de la sociedad, siendo la Policía uno de los blancos más visibles. Además de registrar bajas a causa de las balas, en el último año varios oficiales han sido privados de su libertad. En Celaya se han contabilizado cuatro casos, en tanto que en Irapuato siguen sin parecer dos elementos, un policía municipal y policía federal.
EN CELAYA, LOS POLICÍAS ESTÁN FRANCOS
En el municipio de Celaya, en un lapso de pocos más de 8 meses se han registrado cuatro casos de la privación ilegal de la libertad de igual número de policía municipales. En los cuatro casos, los oficiales estaban francos, es decir, en su día de descanso.
El primer hecho se registró el 12 de julio de 2017, cuando el oficial César Higareda se encontraba en compañía de su hijo pequeño en la comunidad Helguera, cuando hombres armados lo interceptaron y se lo llevaron al fuerza a bordo de un vehículo.
Afortunadamente, los hombres respetaron el menor y lo dejaron en el lugar, donde fue encontrado por otros elementos de policía, quienes lo entregaron a su madre.
Dos meses después, el 18 de septiembre, en la colonia Villas del Bajío, el policía Diego Armando Ramírez Rodríguez también fue levantado por un grupo hombres armados armados, enmedio una jornada de violencia en la zona.
El agente se encontraba en dicha colonia vendiendo tamales, actividad a la que también se dedicaba, cuando descansaba de su actividad como policía municipal. En este caso, días después de la desaparición, la madre del oficial, la señora Cecilia Rodríguez García, en compañía de otros familiares, acudieron a la Presidencia Municipal para exigir al alcalde Ramón Lemus Muñoz Ledo dé apoyo para que su hijo apareciera, lo que aún no ocurre.
En este año, ya se han presentado otros dos casos de policías desaparecidos en un lapso de 15 días: el jueves 29 de marzo, plena Semana Santa, un comando armado arribó al domicilio del oficial identificado solo como Eduardo, ubicado en la calle Cebada del Fraccionamiento Campo Azul, de donde se lo llevaron a bordo de un vehículo.
En tanto que Andrei Ramírez fue el cuarto policía privado de su libertad, hecho que ocurrió el pasado 9 de abril, también por hombres armados, esto por la mañana cuando se encontraba en las inmediaciones de la calle Kalambuco, de la colonia Geovillas Los Sauces.
Sobre estos cuatro hechos la Subprocuraduría de Justicia de la Región C informó que se sigue trabajando en las investigaciones y búsqueda para dar con el paradero de los policía municipales, situación que no se ha dejado en el olvido.
Ante esta situación, el Director de la Policía Municipal, Jaime Rosales Miranda, dijo que los policías municipales que están de descanso o de vacaciones se tienen que cuidar solos como cualquier ciudadano”.
En entrevista, el jefe policiaco dijo que sobre el caso del último policía privado de la libertad, el lunes 9 de abril en la colonia Geovillas Los Sauces, no podía proporcionar ningún tipo de información al respecto, ya que de la investigación estaba encargada la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
EN IRAPUATO, OTROS DOS CASOS
Han pasado cinco meses que Adrián Valtierra, elemento de la Policía de Irapuato, con 16 años de servicio en el municipio, fue “levantado”. A la fecha sigue desaparecido. De acuerdo a la Procuraduría General de Justicia no hay avances de la investigación, su estatus permanece como “no ha sido localizado”.
La desaparición ocurrió el pasado 25 de octubre. El agente Valtierra había sido designado al área de diligencias luego que estaba siendo investigado al interior de la corporación “por varias cuestiones”, sin ahondar, según informó en ese entonces Samuel Ugalde, secretario de Seguridad Ciudadana.
Antes de las siete de la mañana de ese día, en la glorieta de Lázaro Cárdenas, presuntamente un grupo de hombres en una camioneta habría simulado un choque contra la motocicleta del oficial y al ofrecerse a llevarlo a un hospital, el elemento se negó y lo subieron a la fuerza a la camioneta. Minutos más tarde, a unas cuadras de la glorieta de la Zona Militar se localizó una camioneta abandonada Tahoe de color café y en su interior había manchas de sangre.
El otro caso de un policía privado de su libertad, ocurrió el pasado 17 de marzo de 2017. Eduardo Rodríguez Bustos, policía federal adscrito al destacamento del municipio de Irapuato, desapareció, de acuerdo a los mandos del destacamento en la localidad, luego que el agente salió de las oficinas y se dirigía a su casa para pasar un fin de semana.
Eduardo Rodríguez conducía un automóvil particular Mazda de color gris con placas de circulación MVK-7048 del Estado de México, pero nunca llegó a su casa, por lo que los familiares reportaron el hecho. Aún sigue desaparecido.
EN SALAMANCA, CASO EMBLEMÁTICO
En Salamanca, el pasado 18 de agosto de 2017, hombres armados levantaron a varios policías municipales en la comunidad de Valtierrilla al acudir a atender un reporte, al no haber versión oficial del número de elementos plagiados, los medios de comunicación manejaron cifra de 3 a 8 elementos; luego en un video difundido por el presunto grupo delictivo que los levantó, varios de los oficiales denunciaron que toda la corporación estaba metida con el crimen organizado.
Siete horas después, los cuerpos semidesnudos de Juan Manuel Vergara Rojas, de 45 años de edad, quien ingresó a la corporación el mes de octubre de 2016; Martín Alberto García Ortega, de 44 años de edad, quien ingresó el mes de octubre de 2011 y de Luis Ángel Reséndiz Muñoz, de 31 años de edad quien ingresó el mes de febrero de 2017, fueron localizados con el tiro de gracia.
Tanto la Policía Municipal como la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato, confirmaron que los tres policías fueron localizados muertos. La investigación sigue.