Las ocho víctimas enviaron una carta a la reciente reunión de los jerarcas de los Legionarios de Cristo para reclamar una compensación por los abusos sexuales y psicológicos que sufrieron.
La carta revela que el caso de Marcial Maciel, predicador carismático que gozaba de los favores del Vaticano, aún no se resuelve.
Los afectados, todos ciudadanos mexicanos, pidieron que se establezca una “agenda de trabajo” para “para evaluar y acordar la determinación de los daños que se nos hayan ocasionado, encaminados a su reparación”.
Ciudad del Vaticano, 12 de abril (AP).- Ocho víctimas del cura pedófilo más notorio de la Iglesia católica reclamaron el jueves a la orden religiosa Legionarios de Cristo una compensación por los abusos sexuales y por los daños psicológicos que dicen haber sufrido como resultado de la larga campaña de la orden para desacreditarlos.
Los hombres enviaron una carta a la reciente reunión de los jerarcas de los Legionarios para reclamar el reconocimiento público de su estatus como víctimas del reverendo Marcial Maciel y la orden, otrora una de las de mayor crecimiento de la Iglesia pero luego desprestigiada por los crímenes de líder y su encubrimiento.
La carta, obtenida por The Associated Press, es emblemática de la compensación que reclaman por los daños sufridos a manos de la jerarquía eclesiástica tras denunciar los abusos.
El Papa Francisco reconoció recientemente haber cometido “errores graves” y pidió perdón a las víctimas en Chile. Los Legionarios no respondieron de inmediato a los pedidos de declaraciones.
La carta revela que el escándalo en torno a Maciel dista de estar resuelto. El predicador carismático gozaba de los favores del Vaticano, pero resultó ser un drogadicto que abusaba sexualmente de sus seminaristas, tuvo tres hijos y creó un culto en torno a su persona para ocultar su doble vida. El Vaticano sabía de las denuncias en su contra desde los años 50, pero apenas tomó medidas en 2006. Maciel murió en 2008.
En la carta, las víctimas piden que una comisión instituida por mandato del Vaticano durante un período de reforma de la orden cuando salieron a la luz los crímenes de Maciel sea reabierta para estudiar sus casos. Por distintas razones, los hombres nunca se acercaron a la comisión y, según dicen, “la ‘Comisión de Acercamiento a las Víctimas’ nunca se acercó” a ellos.
Los hombres, todos ciudadanos mexicanos que presentaron la denuncia original contra Maciel en 1998, pidieron a la comisión que establezca una “agenda de trabajo” para “para evaluar y acordar la determinación de los daños que se nos hayan ocasionado, encaminados a su reparación”.
Cuando las acusaciones se hicieron públicas en 1997, la legión se lanzó a una campaña de años para desacreditarlos. Acusaron a las víctimas de atacar a la Iglesia y calumniar a un hombre considerado un santo viviente por sus seguidores, elogiado por el entonces papa Juan Pablo II y sus cardenales.
Finalmente, la Santa Sede determinó que las víctimas tenían razón y la orden emitió una larga disculpa en 2014.
Después que el Vaticano condenó a Maciel en 2006 a dedicar el resto de su vida a la penitencia y la oración, el papa Benedicto XVI le impuso un largo período de renovación. Se creó una comisión de compensación que estuvo activa de 2011 a 2014 e indemnizó a 12 personas por una suma indeterminada.
En su carta del 26 de marzo, los ocho hombres insisten en que la orden los reconozca como víctimas del abuso de Maciel y los “daños morales, psicológicos y religiosos” infligidos “de manera consistente, continua y prolongada” después de denunciarlo.
Piden que se reconozca que sus revelaciones no fueron una traición sino un servicio tanto a la Iglesia como a la orden.
La orden Legionarios de Cristo no mencionó la carta en su comunicado de prensa del 8 de abril tras una reunión de sus líderes regionales.