La Fundación Nacional del Sueño informó que el tiempo para dormir en cada persona varía en función de su edad, género y necesidades individuales.
Por Christiane Drummond
Ciudad de México, 2 de abril (TICbeat/SinEmbargo).- Para llegar al éxito no sólo tienes que trabajar, también necesitas dormir. Si no dormimos bien, nuestro nivel de productividad cae en picado y el trabajo que producimos tiene peor calidad.
Además de empeorar nuestro desempeño laboral, la falta de sueño también perjudica nuestro estado de ánimo, provocando que nos atasquemos más en los pensamientos negativos que progresivamente derivan en ansiedad, tristeza e irritabilidad.
A esto se le suman las innumerables consecuencias físicas de no dormir: desde un aumento de peso o envejecimiento de la piel hasta mayor riesgo de sufrir enfermedades como alzheimer o problemas del corazón.
No cabe duda de la importancia que tiene dormir para nuestro bienestar físico, emocional y laboral pero, ¿exactamente cuántas horas hay que dormir para estar descansados? Realmente no hay una respuesta exacta, pues las horas que tenemos que dormir cada noche varían en función de nuestra edad, género y necesidades individuales.
Empezamos nuestra vida durmiendo entre 14 y 17 horas al día, o deberíamos. Desde la Fundación Nacional del Sueño revelaron que los recién nacidos deberían dormir entre 14 y 17 horas al día. Desaconsejan que los bebés de esta edad duerman menos de 11 horas y más de 19. Los bebés completan sus primeros 12 meses de vida durmiendo entre 12 y 15 horas, para un bebé de entre cuatro y 11 meses dormir menos de 10 horas y más de 18 horas no es aconsejable.
A partir de un año de edad hasta los dos años recomiendan dormir entre 11 horas y 14 horas, por lo que no es aconsejable dormir menos de nueve y más de 16. Los niños de entre tres y cinco años deben dormir entre 10 y 13 horas, procurando evitar dormir menos de ocho y más de 14.
Desde los seis años hasta la adolescencia los niños deberían dormir idealmente entre nueve y 11 horas, no bajando de las siete horas y no superando las 12 horas. Los adolescentes de entre 14 y 17 años deberían dormir idealmente entre ocho y 10 horas, siendo poco recomendable dormir menos de siete o más de 11.
Cuando entramos en la vida adulta podemos empezar a dormir algo menos; expertos recomiendan dormir entre siete y nueve horas cuando tenemos entre 18 y 25 años, procurando siempre no dormir menos de seis horas al día pero tampoco más de 11 horas. A medida que cumplimos años los científicos aconsejan no dormir demasiado. Un adulto de entre 26 y 64 años debe dormir entre siete y nueve horas, y no deben bajar de seis horas. No obstante, la capacidad para dormir mucho deberían disminuir: a partir de los 26 años no aconsejan dormir más de 10 horas.
Cuando cumplas 65 años probablemente tengas más tiempo para estar en la cama, pero lo necesites menos. De esta edad en adelante aconsejan dormir entre siete y ocho horas, desaconsejando dormir menos de cinco horas y más de nueve horas.
No obstante, la edad no es lo único que determina cuántas horas debemos dormir cada noche, el género también influye. La propia Fundación Nacional del Sueño reconoce que las mujeres necesitan dormir cada noche de media hora o 20 minutos más que los hombres.
Entre los motivos citan la capacidad de multitarea de las mujeres. Su tendencia a realizar más tareas al mismo tiempo no es un mito, sino resultado de su estructura neuronal, destaca El País. Pese a estar preparadas para la multitarea, se trata de una práctica que cansa por lo que requieren de mayor descanso.
Sin embargo, pese a que deberían dormir más, muchas mujeres se encuentran con dificultades para hacerlo por motivos que varían a lo largo de su vida. Desde el embarazo hasta la menopausia pueden afectar la calidad del sueño de una mujer, además de las causas que afectan a ambos géneros como el insomnio provocado por una preocupación excesiva.
Hay muchas maneras de mejorar nuestra calidad de sueño y dormir mejor, pero expertos aseguran que lo más importante es tener una rutina antes de dormir. Dentro de esa rutina la clave es intentar acostarse y levantarse siempre sobre la misma hora, evitando así lo denominado como jet lag social.